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  10/06/2016

10Jun

Las relaciones entre Apple y Samsung son complicadas, con múltiples facetas. Durante años se han enfrentado en un litigio sobre patentes, hoy aparentemente cerrado con magros resultados (salvo para los abogados y los expertos llamados a comparecer. No puede decirse que sea una pérdida de tiempo del segundo vínculo, la atadura recíproca como suministrador (Samsung) y cliente (Apple). Pero ambas marcas son, sobre todo, competidores: su rivalidad ha sido definida como un duopolio: entra ambas suman el 40% del mercado mundial de smartphones. Samsung, gracias a un catálogo más amplio, lleva nueve puntos de ventaja a Apple, que depende sólo de sus iPhones: 81,9 millones de unidades frente a 51,2 millones.

La palabra duopolio podría aplicarse con justicia al mercado español, donde Apple y Samsung se llevan la parte del león en la categoría de smartphones de más de 400 euros: nada menos que un 87% conjunto a finales de abril, según las cifras de la consultora GfK, dejando al resto de las marcas con un modesto 13% del total. ¿Por qué elegir esta franja para la comparación? Por la sencilla razón de que es la que presenta márgenes de beneficio que se estrechan en los tramos de precio inferiores. Por otro lado, los competidores chinos – con la excepción de Huawei – parecen más interesados en dar la batalla por la gama media.

Sólo tres marcas dan un poco de guerra a los dos líderes del mercado en smartphones de más de 400 euros: LG, HTC y Huawei [orden que podría haberse alterado en mayo por la ofensiva de Huawei con su nuevo modelo P9]. En la gama superior – más de 600 euros – el dominio de Apple y Samsung es casi absoluto: suman el 94,9% del total de unidades vendidas. dejando sólo un 5,1% a repartir entre LG y HTC.

Lo más interesante que revela el gráfico es el punto de inflexión que se observa en la semana de lanzamiento del Galaxy S7, con la dosis justa de innovación para mover la demanda: durante años Samsung ha liderado el mercado español, pero en la franja de móviles de alta gama el dominio de Apple parecía inconmovible. En esa semana, es evidente en el gráfico, Samsung ha cogido la delantera y no quiere soltarla: 55,5% en la categoría de 400+ y 53,4% en la de 600+.

El cambio fue instantáneo y brutal. Una semana antes, Apple podía presumir de un 72,6% de cuota y Samsung había bajado al 17,6% porque se esperaba un nuevo modelo. Ocho semanas después, la última de abril, la voltereta acaba con Samsung controlando la mitad del mercado en la categoría superior.

Hasta aquí, la lectura seca de las cifras. El problema no es el mercado español, que también, sino el crecimiento lento del mercado global de smartphones. El iPhone está pagando las consecuencias, con señales inequivocas de declive: en el primer trimestre, ha vendido 10 millones menos que un año antes (es decir: un 16,3% de caída). En el mejor de los casos sus ventas no podrían reaccionar hasta septiembre, cuando lance el próximo modelo de la saga; mientras tanto, sólo le queda aguantar y hacer todo lo posible por reducir inventarios.

Incluso los analistas más complacientes opinan que la desaceleración de la demanda seguirá pesando en contra de Apple. Gene Munster, conspicuo representante de esa corriente, aventura en un informe a los clientes de Piper Jaffray que Apple se prepara para estirar a tres años el ciclo que media entre un modelo flagship y el siguiente, aprovechando el intervalo para lanzar modelos de gama media que incorporan tecnologías de gama alta para diferenciarse del montón.

A una semana de la conferencia de desarrolladores de Apple, las expectativas son confusas, si se atiende a los analistas. Bill Maurer, por ejemplo, escribe: «con las ventas del iPhone 6S en un retroceso natural y las pobres expectativas que despierta el futuro iPhone 7, de poco serviría que Apple saque ahora a escena un nuevo Watch o un nuevo iPad. Los accionistas sólo se dejarán convencer por anuncios que permitan confiar en que hay un plan para reducir la dependencia con respecto al iPhone».

Por su lado, Samsung tiene, al menos aparentemente, más posibilidades de prolongar el buen momento: más modelos de gama media, nuevos productos afines y accesorios para ampliar la familia Galaxy y – se dice que para el próximo Mobile World Congress, a finales de febrero – un anuncio sensacional: ese smartphone de pantalla plegable sobre el que se especula desde hace tiempo. El problema para la marca coreana será encontrar un «caso de uso», razón suficiente para que los consumidores paguen el precio, sin duda elevado. Buen fin de semana,

Norberto


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