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  15/03/2017

15Mar

Lo dice el refranero: «nunca mucho costó poco». En la compra de Mobileye por Intel, la cuestión a considerar no es tanto el precio como el valor de la oportunidad que se compra. Ciertamente, se puede valorar si los 15.300 millones de dólares son un precio exagerado o no, señalando la prima sobre la capitalización bursátil de la empresa israelí en el NYSE: 10.000 millones, que a su vez es un 24% más alta que la de su salida a bolsa en 2014.  Y habría que señalar que la transacción se pagará con fondos que Intel tiene aparcados fuera de Estados Unidos, por lo que se ahorra el coste fiscal de repatriarlos. En fin, ¿cuánto vale la oportunidad que representa Mobileye para Intel?

En el reciente Investor Day, el CEO de Intel, Brian Krzanich, sorprendió con la tesis de que el  total del mercado al que se dirige la compañía pasará de 45.000 millones de dólares en 2016 a 95.000 millones en 2021 si se cuenta sólo su negocio tradicional y a 220.000 millones si se añaden los nuevos negocios. El siguiente gráfico ilustra esa perspectiva de transformación radical de la compañía.

Ha pasado un mes, y al anunciar la compra de Mobileye, Krzanich ha dicho que el TAM (Total Addressable Market) de Intel se incrementará en otros  70.000 millones de dólares. No tanto por la facturación que pueda aportar Mobileye [358 millones en 2016] cuanto por su impacto sobre las otras líneas de negocio de Intel: las cámaras y sensores tendrán que combinarse con procesadores Xeon y con modems 5G, las respectivas capacidades en inteligencia artificial se incrementarán y el caudal de datos deberá procesarse en nubes equipadas con la tecnología de Intel.

Ziv Aviram, cofundador y CEO de Mobileye, ha resumido al Jerusalem Post la perspectiva tecnológica de su empresa en tres fases: la primera es la conducción semiautóma, como en el Tesla S (el conductor activa el autopilot pero no puede distraerse del volante; no funciona en ciudades), en 2018 estarán disponibles coches con tres cámaras que permitirán al conductor no prestar atención a la autovía; el coche totalmente autónomo llegará en 2021, según Aviram .

Los críticos de la adquisición sostienen que la tecnología de Mobileye está muy bien como sistema de asistencia al conductor, pero insuficiente para la segunda fase enunciada por Aviram y sospechan que no podría hacerlo con sus solas fuerzas. Por otro lado, hay que suponer que después de un año de trabajo en común por el acuerdo que ambas mantienen con BMW, Intel tendrá conocimiento íntimo de la tecnología por la que está dispuesta a pagar 15.300 millones.

Otros interpretan que Intel está decidida a alejarse tanto como pueda de los riesgos que encierra su papel como fabricante de chips para PC y servidores, de los que depende la enorme mayoría de sus ingresos y sus beneficios. Nótese que en el gráfico que estas dos categorías, según Krzanich, representarían dentro de cinco años el 43% del mercado potencial.

El anuncio de esta semana hay que sumarlo a las compras anteriores de Altera, Nervana y Movidius; el monto total de adquisiciones se eleva así a más de 31.000 millones de dólares en dos años. Pese a generar 22.000 millones de cash flow en 2016, Intel destinó ´sólo` 7.600 millones a remunerar a los accionistas vía dividendo y autocartera; ha anunciado que su prioridad será retomar el ritmo de inversión de años anteriores.

Bob Swan, CFO de la compañía californiana, ha defendido la operación con tres argumentos financieros: 1) Mobileye aporta una cartera de clientes real, que va a suponer un cash flow adicional,  2) generará un nuevo flujo de ingresos recurrentes por servicios de datos y 3) producirá ahorros de costes en el desarrollo de nuevos productos.

Otra discusión de estos días me interesa más: Krzanich ha presumido públicamente de que la compra de Mobileye sitúa a Intel en el liderazgo global del emergente mercado del coche autónomo. Con todos mis respetos, omitió decir que tendrá que compartirlo con pesos pesados como Waymo (Alphabet), Uber y Nvidia. Y en la industria de componentes para el automóvil no faltan candidatos a participar del festín. Las bazas con la que juega Intel son buenas, pero no definitivas: sendos  acuerdos tripartitos que comparte con Mobileye, uno de ellos con BMW como socio, y otro con Delphi.

No todos los comentaristas tienen igual confianza en la tecnología de Mobileye. EyeQ3, que equipaba el sistema Autopilot del Tesla S, ha sido reemplazada – pagando el pato de un accidente por el que estaba en juego la reputación de una marca de moda – por otra llamada Drive PX, suministrada por Nvidia. La hoja de ruta publicada por Mobileye prevé que EyeQ4 esté disponible este año, y la siguiente generación ya  sería fruto de la colaboración con Intel. Leyendo entre líneas, creo entender que uno de los motivos de Intel es contrarrestar la ofensiva de Nvidia , cuyo impacto mediático es ciertamente llamativo. Tendré que buscar otro refrán que me ayude a entenderlo.


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