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  16/12/2019

16 de diciembre 2019

Samsung se ha adelantado a sus rivales en la parrilla de salida del naciente mercado de los smartphones 5G. Y la recompensa transitoria ha sido una cuota de tres cuartas partes de los dispositivos despachados hasta finales de septiembre: 4,7 millones sobre 6,1 millones de unidades, según datos de IHS Markit. Obviamente es un éxito provisional, que ha capitalizado la decisión política de la industria y las operadoras surcoreanas de ser las primeras del mundo en poner en servicio comercial su red 5G. Ahora que ha pasado el momento, Samsung y su compatriota LG tendrán que perder cuota, pero nadie les cuestionará la medalla ganada.

Con su impulso inicial, Samsung ha ganado un año de ventaja a Apple, que no ha dicho todavía cuándo podrá presentar [si no acelera su calendario, será en septiembre de 2020] su primer iPhone 5G. También ha sacado partido de la debilidad relativa de Huawei en los mercados occidentales, debida al veto estadounidense. Con la evidente intención de marcar territorio, el catálogo de Samsung ya consigna cinco modelos capaces de usar redes 5G, entre los que destaca un A90 de precio medio – dardo a la diana de Huawei – y una versión 5G del Galaxy Fold plegable que es el más caro del mercado. El más vendido es el Galaxy Note 5G Plus 5G; le sigue el V50 ThinQ 5G, de LG.

En persecución del líder ocasional ya están en carrera seis marcas de origen chino [Xiaomi, Huawei, Lenovo, Vivo, Oppo y ZTE] con un total de 700.000 unidades, lo que significa que se reparten el 17% del mercado; no  dice mucho sobre la tendencia de los  meses venideros: en contraste con la elevada presencia de  marcas chinas en el ranking mundial y contra ellas tendrá que batallar Samsung para conservar la primacía. Con una desventaja: la marca coreana ha desaparecido del mercado chino y corre serio peligro en el indio, los más grandes del planeta.

En esta fase, mientras los operadores siguen invirtiendo en desplegar sus redes, los fabricantes de smartphones hacen el gasto del marketing para que sus marcas se fijen en la memoria de los usuarios con el atributo de ser pioneras de 5G. La verdad es que, mientras los precios sean los que son, no sería razonable esperar ventas masivas. Y mientras la demanda no lo justifique, tampoco hay razones para quemar los precios. Todos los dispositivos lanzados en 2019 llevan chipsets de alto coste gracias a los cuales sus prestaciones responden a la definición de premium. Su precio medio bajado de 1.153 dólares a 994 dólares a finales de septiembre. El más barato de Samsung, A90 5G, se vende a 620 dólares.

Aunque el precio medio seguirá bajando, tardará en generar una gran  demanda: en cualquier caso estará muy por encima de los 309 dólares que es la media del mercado mundial. En el mercado chino, que ahora mismo está despegando con fuerza, ya hay modelos por menos de 700 dólares que el año próximo deberían seguir bajando

El informe de IHS Markit pronostica un total de 13,5 millones este año, para lo que en el cuarto trimestre debería duplicarse la cifra de los dos anteriores.

En uno de esos encuentros que acostumbra llamar Summit (sic), Qualcomm ha informado que actualmente hay 230 dispositivos lanzados o en desarrollo basados en 5G. Aunque no todos son smartphones. Sólo Xiaomi promete una veintena de modelos 5G en 2020, mientras los nuevos Oppo Reno 5G y OnePlus 7 Pro 5G optan por distanciarse de la 4G a la que llegaron tarde.

Un ejercicio estadístico habitual consiste en comparar cuánto han tardado en imponerse las generaciones anteriores. Si se acepta (porque tampoco en esto hay unanimidad) que el primer  smartphone 4G nació en junio de 2010, a finales de ese año se habían despachado 4 millones y pasaron seis años en alcanzar la cifra de 1.400 millones que ahora Qualcomm prevé para 2022. Pero antes, el año entrante, estima 253 millones.

Que buena falta hacen a la industria. Según la última estimación de IDC, los despachos totales en 2019 habrán caído un 7% sobre el pico alcanzado en 2016, pero espera un modesto retorno al crecimiento en 2020, condicionado por la marcha de la economía y especialmente de la guerra comercial.

En su último informe trimestral, IDC espera que los modelos 5G representen el 8,9% del total en 2020 y casi el 30% en 2023. “El declive de la demanda durante los últimos tres años han magnificado las expectativas sobre el impacto terapéutico de 5G”, afirma IDC antes de sentenciar que “no esperamos que 5G sea la cura de todos los males del mercado pero sin duda traerá una evolución crítica en la tecnología.

¿Será suficiente para revigorizar la demanda? Probablemente no mucho, pero tendrá una consecuencia significativa: acentuará el papel de China como mercado preeminente y esto lógicamente reforzará el dominio de su industria.


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