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  16/05/2014

16May

Locuaz como suele, John Chambers dejó el miércoles esta proclama de optimismo: «[…] estamos haciendo que Cisco evolucione de manera fuerte y decidida, con un ritmo de innovación increíble, moviéndonos para capturar un futuro de oportunidades y para superar a nuestros competidores y a nosotros mismos si fuera el caso, para avanzar hasta que llegar a ser la compañía número uno de TI». Lo decía Chambers ante los analistas al presentar los resultados trimestrales de Cisco.

A la confianza de Chambers en su estrategia no le faltan bases racionales. La marcha del actual año fiscal confirman la transición de Cisco: pasados los primeros nueve meses, acumula ingresos de 34.800 millones de dólares, que comparados con los 36.200 millones del mismo período de 2013 son mejores de lo previsto. Pero la tendencia no se ha corregido todavía: a los nuevos negocios les falta madurar y la renovación de los clásicos aún no es suficiente. Por consiguiente, el tercer trimestre revela descensos: del 5,6% interanual en los ingresos [11.545 millones de dólares] y del 12% en el beneficio neto [2.181 millones].

¿Por qué, entonces, los inversores han reaccionado elevando la cotización de Cisco un 7% tras conocer unas cifras que en otras circunstancias les hubieran disgustado? Primero, porque las temían peores. Segundo, porque mejoran los del trimestre anterior, y las previsiones del cuarto y último del ejercicio son razonables: entre 1% y 3% negativos sobre un año, equivalente a una media positiva del 5% secuencial. Tercero: porque la acción sigue barata, a distancia del máximo de 52 semanas, lo que les permite confiar en que la recompra de autocartera le dará un empujón. Cuarto y fundamental, porque – dejando a un lado las finanzas, sobre las que no entraré ahora – objetivamente el negocio está tirando en la buena dirección.

Por primera vez desde hace tiempo han vuelto a crecer las ventas de routers de alta gama – producto que sostiene el margen bruto en un mercado ´commoditizado` – aunque todavía no ocurre lo mismo con los switches (-6%). El segmento de datacenter sigue dando buenas noticias (un 29% de incremento), gracias a los servidores UCS, que en su quinto aniversario sigue creciendo [29%] y gana cuota de mercado. Colaboración y seguridad son dos áreas clave en la estrategia; la primera depende de los anuncios de este año (sin entrar en detalles), mientras de la segunda se espera una mayor contribución en lo que queda del presente año fiscal y en los dos próximos.

Las dos grandes apuestas de Cisco en esta transición de lo conocido a lo que está llegando, se llaman cloud e Internet ´of everythin`, y progresan a buen paso, según Chambers. En la primera, anunció durante el trimestre su iniciativa InterCloud, para contribuir a la creación de entornos híbridos, pero todavía es una intención. En cuanto a la segunda, la compañía persevera con firmeza: en el Cisco Live que se iniciará el lunes en San Francisco, va a presentar un proyecto relevante junto a Shell. Ambos sumados, son los embriones de una fase en la que se espera ver a los servicios retomar su papel en las cuentas de la compañía.

El análisis por geografías rescata la revitalización suave en Estados Unidos. Europa «es todavía frágil, pero vemos estabilidad en el norte y señales de cambio de signo en los países del sur». El problema, ahora, está en los mercados emergentes, «principalmente en los BRICs y México», que tardan en reaccionar a los estímulos.

Un analista preguntó a Chambers si ahora que las cosas parecen más predecibles, ratifica la horquilla de 46.000 a 48.000 millones de dólares como base de ingresos anuales. La respuesta fue afirmativa pero con posibles sobresaltos; dijo no saber «cuánto tiempo nos llevará recuperar la línea de crecimiento esperada [mid-single digit growth]». En resumen, un trimestre esperanzador después de dos muy duros, y la demanda parece recuperarse.


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