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  17/07/2013

17Jul

Para Apple, divorciarse de Samsung está resultando más difícil que la convivencia que ambas empresas han mantenido durante años. Son encarnizados competidores, se desafían en los tribunales de medio mundo y se dedican mutuamente campañas de publicidad agresivas o sarcásticas, según los días. Pero esto, con ser grave, no impide que mantengan vivo un contrato por el cual el conglomerado coreano suministra procesadores y memorias a la marca californiana, por valor de miles de millones de dólares. Hasta ahora, Samsung ha fabricado en exclusiva los procesadores para los dispositivos iOS, incluyendo el actual A6, pero el contrato expirará en 2014, y la industria de semiconductores se pregunta con quién negocia Apple para más allá de esa fecha.

Digitimes, que se publica en Taiwan, ha informado sobre un acuerdo por el cual TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Co) fabricará los chips de cuatro núcleos A6X, con tecnología de 20 nanometros a partir del año próximo [la versión que actualmente suministra Samsung se fabrica con el proceso de 32nm] para pasar en las series posteriores a la de 14nm, a partir de 2015.

Esa es la versión de un medio que refleja los intereses de la industria taiwanesa, a la que replica otra fuente no menos sospechosa, Korean Economic Daily. Según este diario de Seúl, Apple y Samsung han pensado mejor sus relaciones, lo que ha dado como resultado otro acuerdo, por el cual la segunda fabricará – esta vez sin exclusividad – el procesador A9, que debería equipar a partir de 2015 un dispositivo en teoría llamado iPhone 6S o quizá iPhone 7.

Parece haber tres razones posibles para este doble rasero de Apple. Una sería su exigencia de contar con la garantía de un cierto volumen de entregas, bajo condición de una sanción económica si el proveedor no cumpliera. Pero TSMC, cuyas fábricas tuvieron problemas de producción el año pasado, se habría negado a firmar esa cláusula. Como segunda razón, se apunta que Samsung ha demostrado la viabilidad de su tecnología de 14 nm, mientras que TSMC todavía no lo ha hecho a plena satisfacción de cliente tan exigente. Sin menoscabar la tercera: que esos procesadores se fabricarían en la planta que Samsung está ampliando en Texas.

La diversificación de sus fuentes deseada por Apple estaría cumplida, pero es en este preciso momento cuando aparece – en el Wall Street Journal, que no está libre de intereses creados – otra versión, según la cual GlobalFoundries – antigua rama industrial de AMD, hoy controlada por Abu Dhabi – ha interferido en las negociaciones, ofreciendo fabricar esos mismos chips, con la misma tecnología, en la factoría que actualmente construye en el estado de Nueva York. Aquí podría entrar en juego la sobrevenida vocación nacionalista que Apple exhibe últimamente.

Quedan otras conjeturas: 1) Apple estaría dispuesta a invertir lo que haga falta en una fábrica que le garantice acceso a la tecnología de producción de chips, y eso podría llevarla a entrar en el capital de GlobalFoundries; y2) tales acuerdos, reales o supuestos, no han interrumpido las conversaciones entre Apple e Intel, que por su parte no tendría reparo en poner su capacidad industrial para fabricar obleas de procesadores basados en la arquitectura ARM, fuente de innumerables quebraderos de cabeza. Por lo visto, el poder de convicción de Apple es directamente proporcional a su peso en el mercado.


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