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  20/04/2016

20Abr

Seis horas duró la reunión del viernes entre Oracle y Google, cada una representada por su CEO – a la sazón, Safra Catz y Sundar Pichai – pero no fueron suficientes para desatascar el litigio sobre propiedad intelectual por el uso de componentes de Java en el sistema operativo Android. Seis horas son muchas horas para que, a ese nivel, el encuentro fuera un paripé. O negociaban en serio o el desacuerdo es irreparable. Si así fuera, en mayo un jurado deberá dictar su veredicto. Luego, previsiblemente, vendrá la apelación de una u otra de las partes, con lo que el caso debería prolongarse, quizá por años. Todo por unas pocas líneas de código.

Oracle, que heredó Java entre los activos comprados a Sun, inició su guerra contra Google a los pocos meses, en 2010, argumentando infracción de su propiedad intelectual. La sustancia de la querella está en 37 APIs ´propietarias` que – según Google – representan sólo el 0,8% de los 15 millones de líneas de código incorporadas en Android. La valoración de Oracle va al grano: estima en 8.800 millones de dólares la parte proporcional de los beneficios obtenidos por Google gracias a Android.

En medio, ha habido tiempo para anécdotas risibles. Como esa advertencia del juez a las partes de abstenerse de ´googlear` los nombres de los candidatos a jurados, para evitar que el hallazgo de sus mensajes en las redes sociales pudieran condicionar la selección. El juez dio el siguiente ejemplo, entre otros: «si una búsqueda en Internet revelara que el libro favorito de una persona es Matar a un ruiseñor, no sería muy difícil para un abogado construir analogías con intención de granjearse la simpatía de esa persona hacia su cliente» (sic). Tanto Oracle como Google aceptaron la recomendación de su señoría.

Documentos aportados durante el proceso han tenido la virtud de revelar que Android – sistema operativo ´gratuito` – ha procurado a Google 31.000 millones de dólares de ventas y 22.000 millones de beneficios desde que fue lanzado en 2008. Estas cifras, nunca desglosadas por Google, que contraataca sosteniendo que el conjunto de Android [incluyendo el 99,2% del código ajeno a la demanda] es responsable por el 35,6% de los beneficios por publicidad en dispositivos Android y el 100% de los beneficios por hardware, aplicaciones y contenidos vendidos a usuarios de esos dispositivos. Es lo que tienen de bueno estos juicios: que a veces entreabren la caja de los secretos.

En 2012, un tribunal de distrito dictaminó que las APIs de Java no estaban sujetas a copyright, pero lejos de detener la confrontación, la agudizó. En 2014, un tribunal de apelaciones introdujo como matiz la condición del uso razonable, devolviendo el caso a la jurisdicción original, que a su vez rechazó el consiguiente recurso de Google. Una historia interminable, con el agravante de que Oracle, que inicialmente reclamaba 1.000 millones de dólares – Android no era todavía la plataforma móvil dominante – ha multiplicado por nueve el monto total de la compensación que pide. Otro documento presentado por loa abogados de Oracle da a entender que Google estaría dispuesta a ofrecer 100 millones. Cifra del todo inaceptable para Safra Catz, pero que se esgrime para sugerir que Sundar Pichai estaría dispuesto a asumir la responsabilidad, pero no su precio.

En ausencia de conciliación, la próxima decisión judicial será recurrida, pero Android seguirá siendo el sistema operativo dominante en el mercado de smartphones, aunque en su próxima versión, llamada N, se trataría de atenuar la importancia de las 37 APIs . Entretanto, Java se ha convertido en un incordio para ambas partes.

Algunos ´evangelistas` a sueldo de Oracle han dimitido para unirse a Java EE Guardians, grupo de voluntarios dispuestos a hacer el trabajo de desarrollo que, según ellos, ha sido descuidado por la compañía. Lo que este grupo viene a sugerir es que, a estas alturas, el único interés de Oracle en Java es mantener vivo el litigio para obtener una compensación multimillonaria.

De su lado, Google tiene que anticiparse a la posibilidad de que los tribunales se le vuelvan en contra, y estaría considerando alternativas a Java. Según una información originada en la miriada de blogs del movimiento open source, el mejor candidato como lenguaje de programación sería Swift. Nacido dentro de Apple, fue donado en 2014 a la comunidad, cuenta con el respaldo de IBM y, al parecer, también el de Facebook. Lo que no quiere decir que Google vaya a sustituir Java por Swift, sino que en circunstancias como esta lo mejor es tener más de una bala en la recámara.


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