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  3/02/2015

3Feb

Tenía que ocurrir. Amazon lleva su guerra de las nubes contra Google y Microsoft al servicio más utilizado dentro de las empresas, el correo electrónico. WorkMail, actualmente en pruebas con clientes seleccionados, estará disponible en Estados Unidos y Europa en el segundo trimestre. Según la compañía de Jeff Bezos, es su respuesta a la petición de muchas empresas, clientes de Amazon Web Services (AWS) que también lo son de Exchange Online y de Gmail for Work, las dos plataformas de colaboración corporativa más establecidas. Hay una gran diferencia con la competición actual entre los respectivos servicios cloud de las tres empresas: el de AWS es el último en llegar.

AWS necesita ampliar el perímetro de sus servicios, para ser reconocida no sólo como un proveedor fiable de back-end. El correo es una manera de empezar a asentar relaciones estables con las empresas, para retenerlas como clientes más allá de atender cargas ocasionales. Sería ingenuo pensar que se detendrá en esa frontera: de hecho, Microsoft y Google empaquetan sus servicios de mail con ofertas completas de colaboración: Exchange Online forma parte de Office365, y se complementa con OneDrive; Gmail for Work es un componente de la suite Google Apps for Work, que incluye calendario, editor de documentos, hoja de cálculo y videoconferencia, a la que añade GDrive. Lo mismo hará AWS tarde o temprano.

El correo electrónico tiene, por tanto, los visos de ser un primer paso. O el segundo, porque el año pasado ya anunció el servicio de compartición de ficheros Zócalo – incomprendido entonces: «¿qué hace Amazon compitiendo con Dropbox?» – que pasará a llamarse WorkDocs, así que ya tenemos el esbozo de una suite en lucha con las existentes.

La guerra de precios que se libra en los servicios IaaS se reproducirá, con más motivo, en la competencia por el correo electrónico. De entrada, WorkMail se facturará a 4 dólares por usuario/mes con 50 Gb de almacenamiento o a 6 dólares con 200 Gb si el cliente se suscribe a WorkDocs. Sería inaudito pretender que AWS fuera un universo aislado de las otras galaxias: una herramienta de migración está prevista para que los clientes puedan mover buzones desde servidores de mail on-premise al servicio cloud de AWS, y admitirá cualquier dispositivo que soporte Exchange Active Sync (Microsoft), incluyendo iPad, iPhone, Android y Windows Phone.

Decía que habrá guerra de precios, tarde o temprano. Por comparación, Exchange Online tiene la misma tarifa, pero el encriptado requiere la compra de una prestación de Azure, que cuesta 2 dólares por usuario/mes. Gmail Apps for Work cuesta 5 dólares por usuario/mes y también tiene prestaciones adicionales que sumar al precio. Queda por ver cuánto tardarán Microsoft y Google en reaccionar: no tienen prisa en bajar sus precios, pero razonablemente elevarán los límites de almacenamiento. Para tener una suite coherente alternativa, a AWS le faltaría un editor de documentos en línea.

Casualmente (o no) el anuncio coincide con la promesa de Amazon de que a partir del próximo trimestre empezará a desglosar los resultados de AWS, hasta ahora inseparables del vago concepto ´otros`. Será la única manera de empezar a aquilatar el verdadero estado del mercado cloud en sus acepciones IaaS y PaaS. No es que los competidores destaquen por su transparencia: los ingresos de Microsoft, Google e IBM por servicios cloud no son publicados, o se publican enmascarados en agregados propicios a la manipulación estadística.


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