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  8/01/2016

8Ene

Feliz año. Como hoy es viernes, no escribiré sobre el seísmo bursátil chino del lunes pasado y sus réplicas en las bolsas occidentales, que nada bueno auguran. Dedicaré este primer newsletter del 2016 a otro asunto, que tampoco es exactamente una alegría: el Consumer Electronics Show de Las Vegas ha dejado la impresión de que el mercado de gadgets languidece, o al menos parece afectado por la apatía de los consumidores. Un estudio desvelado estos días por Accenture lleva un título que, con o sin cálculo, resulta irónico: Igniting Growth in Consumer Technology. Digo que es irónico porque, tras haber entrevistado a 28.000 personas en 28 países (España entre ellos) lleva a la conclusión de que al crecimiento le falta chispa. A continuación, algunos datos:

* El mercado de smartphones ha alcanzado su madurez, y se desacelera. Globalmente, un 48% de los encuestados piensa comprar en 2016 un nuevo smartphone, nueve puntos porcentuales menos que un año antes. Las mayores caídas se esperan en países que hasta ahora han tenido los mayores crecimientos, como China o India [aunque la intención de compra es todavía superior al 60%].

* Aunque en teoría 2016 debería ser un año favorable para la venta de televisores, debido a los eventos deportivos internacionales, sólo el 30% tiene previsto comprar uno nuevo, porcentaje que implica nueve puntos menos que en 2015. También está de capa caída el ánimo con respecto a portátiles (30%) y tabletas (20%)

¿La explicación? Los consumidores se dicen «satisfechos» con los gadgets que tienen: un 56% con sus televisores, el 49% con sus portátiles, un 47% con sus smartphones y un 36% con sus tabletas. De media, el 47% no ve motivos para renovar sus dispositivos en uso. Quienes presumen que la luz al final del túnel está a la vista, deberían saber que el precio es un factor que echa para atrás al 62% de los usuarios de estas tecnologías. El segundo obstáculo (47%) es la inquietud con la privacidad y la seguridad: en otras palabras, el 42% esperarán a que la industria resuelva esos problemas y el 21% declara estar «hartos» de sufrirlos.

Sami Luukkonen, uno de los tres directores del estudio, resume así la situación con tres adjetivos: «la desaceleración de este mercado es irrefutable, seria y global […] se ha pasado el tiempo de lucir gadgets ostentosos, sólo porque están de moda; por el contrario, se busca que sean seguros, con preferencia para aquellos que presten algún servicio digital práctico y faciliten una colaboración más abierta».

Ante este cuadro, la primera reacción de la industria – se ha visto en el CES – es volcarse en nuevos dispositivos que encajen con el pretendido auge de IoT, pero Accenture alerta sobre resultados decepcionantes: las llamadas smart things estaría muy lejos de compensar el descenso de las categorías convencionales. Sólo el 13% de los encuestados tiene previsto – o eso dice – comprar un smartwatch este año. En cuanto a los cascos de realidad virtual, que han convocado multitudes en la feria de Las Vegas, sólo despiertan ganas de compra en el 8% de los entrevistados.

«No todo es lóbrego – añade Accenture. «El crecimiento de las nuevas categorías llegará, y cuando llegue será muy rápido, pero la industria tiene que tomar medidas AHORA MISMO [mayúsculas en el original] para que así ocurra. Los vencedores serán aquellos que trabajen con sus partners para impulsar innovaciones disruptivas que conecten a los humanos con la tecnología de manera que satisfaga sus necesidades fundamentales». Como recomendación, no está mal.

Ahora bien: Ben Bajarin, un analista al que respeto y consulto, ha escrito que el CES de este año abre una fase en la que la industria compite más con prototipos que con productos reales: «casi todo lo visto me ha parecido inacabado». Compañeros periodistas que han estado en Las Vegas me cuentan en privado – otra cosa es lo que publiquen los medios, de algo hay que vivir – que, aparte de prototipos de coches, no han visto novedades capaces de dar un vuelco a la demanda, e incluso esos coches fantásticos no llegarán pronto al mercado, o no van a incorporar pronto las tecnologías que han mostrado inmaduras.

Mario Kotler, colaborador de este blog, me escribe el siguiente mail: «creo que podría contar con los dedos de las manos los anuncios del CES 2015 que doce meses después han resistido la prueba del mercado». Teme Mario que ocurra lo mismo en 2016. Ya veremos, pero el hecho de que la industria del automóvil acaparara el estrellato y las noticias invita a la reflexión: nunca había ocurrido que Las Vegas fuera poco más que un prólogo del salón de Detroit. Permitan una coda: que Intel tuviera que contratar a Lady Gaga para dar empaque (?) al inevitable viraje de su empresa hacia campos cuya fertilidad está por comprobar, no me parece un buen síntoma. Con todos mis respetos por Brian Krzanich.


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