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  18/12/2013

Adiós XP, hola Windows 8 ¿O eres Windows 7?

Los próximos son meses intensos e interesantes en el mercado del PC. A la estación navideña, sobre la que nadie arriesgaba un pronóstico hace sólo unos días, hay que sumar el próximo final del soporte de Windows XP por parte de Microsoft. Uno de los sistemas operativos más longevos, con más de 10 años a sus espaldas y una muy amplia base instalada, ha sobrevivido a los intentos de jubilarlo, hasta que la hora llegará de hecho en abril de 2014. El comprensible disgusto de Microsoft, a la que no ha gustado tanta longevidad, abre ahora una oportunidad de regenerar la demanda, pero para eso habrá que acertar en la oferta, y aquí empiezan las discrepancias.

En la industria no hay consenso sobre un punto clave: cuál será el sustituto idóneo: ¿un formato más o menos convencional o uno de esos nuevos híbridos que de pronto han abierto el abanico sobre el que tiene que decidirse el comprador? Sobre la mesa de las tiendas, los PC ya no son todos iguales en apariencia. Y un factor que se discute es si la mejor opción es Windows 7, que ya tiene consolidada una buena base instalada, o el nuevo Windows 8, que ha pasado por una fase de confusión de la que ha salido hace bien poco.

En lo que todos coinciden es, con las cifras de IDC en la mano, en que la demanda será menos negativa que en los años anteriores, y esto ya es de celebrar. Las previsiones del mercado español no son positivas, pero al menos se constata una desaceleración de la caída, lo que podría permitir que el año cierre con crecimiento cero, en el mejor de los casos. De aquellos que sólo fabrican portátiles, como es el caso de Toshiba, los fabricantes de ordenadores personales confirman el declive del PC de sobremesa en el mercado de consumo (sólo uno de cada cuatro equipos vendidos), en el segmento profesional sigue siendo un formato válido, al extremo de representar un 46% del total.

Eso sí, el histórico PC de sobremesa ha evolucionado y parece que los nuevos diseños all-in-one (AIO, o también mini PC) se están llevando el gato al agua en este último tramo del año. No sólo por razones de estética sino por ahorro de espacio y de consumo energético. Un fácil manejo por parte del usuario y la facilidad de actualización y reparación son factores que ayudan a esta categoría. Lo curioso es que los AIO fueron originalmente pensados para el hogar, y a él podrían volver si se confirma la teoría de algunos analistas que lo califican como «mejor complemento en casa para quien ha estado todo el día fuera con una tableta insuficiente para ciertas prestaciones».

Alejando un poco el foco del mercado español – un ejercicio saludable en cualquier caso – los analistas internacionales creen que los nuevos formatos, a menudo llamados híbridos o convertibles, están marcando una pauta destinada a convencer a los consumidores de que la dicotomía portátil-tableta no es tan brutal como a simple vista parece. Esta es la razón por la que los estudios de mercado analizan todas las categorías como parte de un mismo universo, a diferencia de lo que hacían hace sólo un año, cuando se discutía si el ascenso de las tabletas condenaba al PC a morir: ahora se sabe que van a convivir, y sólo se discuten las proporciones en las que se van a repartir el mercado.

Todas las previsiones se descabalan cuando se mezclan categorías. Según IDC, este año se despacharán algo más de 1.500 millones de dispositivos, de los que 1.013 millones de unidades serán smartphones y 227 millones, tabletas (la suma da un 79,7% del total), pero aun así el volumen de PC será colosal: 134 millones de sobremesa y 181 millones de portátiles.

Y en cada categoría caben distintas gamas de productos. IDC vaticina que los dispositivos de bajo precio actuarán como estímulos, y se detiene a analizar las posibilidades de canibalización entre categorías. Es algo que ha ocurrido otras veces en el pasado – el mismo debate tuvo lugar con la aparición, fulgor y lenta decadencia de los netbooks – pero esta vez tiene dos vertientes: ¿pueden las tabletas canibalizar las ventas de PC?, ¿cuántos compradores de tabletas se dejarán tentar por los phablets que ya tocan el límite inferior de aquéllas, tanto en tamaño como en prestaciones?

La movilidad es una premisa, y la conectividad también. En opinión de Joao Amaral, director general de Toshiba para España y Portugal, las tabletas actuales no están preparadas para un mundo profesional, al no dar garantías equivalentes de seguridad y redes virtuales, lo que hace que su uso no responda a las exigencias de productividad. Esto cambia con los nuevos modelos de portátiles convertibles, que añaden funciones propias de una tableta, como los que la marca japonesa ha presentado varios en su nueva gama. En opinión de Amaral, buena parte de la demanda de tabletas acabará derivando en ventas de portátiles dos-en-uno y otra parte se decantará por smartphones de 5 pulgadas o más. «Hablar de gama tiene más sentido que nunca», sentencia Amaral: los catálogos serán más heterogéneos, y esto es bueno para la industria, que podrá desplegar sus habilidades de diferenciación.

Al contrario que su competidor, Juan Chinchilla, director general de la filial española de Lenovo, considera que sí existe un claro mercado para las tabletas en el entorno profesional. «No sólo en verticales, como seguros y fuerzas comerciales, sino también allí donde se precise integración con el entorno PC, como complemento tanto de un sobremesa como de un portátil».

Parece como si la evolución del portátil fuera en realidad un fruto de la irrupción de las tabletas. Más autonomía, menos peso y grosor, diferentes tamaños y resoluciones de pantalla, funcionalidades dobles, son tendencia en todas las marcas que quieran pintar algo en el mercado profesional. Si IDC no se equivoca, el año que viene más del 80% de las ventas serán de ultrabooks con pantalla táctil, y siempre siguiendo al binomio Wintel, no por debilitado menos vigente. De hecho, tanto Toshiba como Lenovo y HP, aunque coquetean con otros sistemas operativos y procesadores, no olvidan en ninguna declaración mencionar a Microsoft e Intel como partners fundamentales.

Por mucho que se diga y escriba que el PC está en declive – lo que, si se relativiza, es innegable – la demanda por dispositivos híbridos/convertibles/dos-en-uno o como se prefiera llamarlos, se habrá duplicado este año y volverá a duplicarse el próximo, según la otra fuente de referencia, Gartner.

La gran esperanza de la industria es, como ha quedado dicho en el primer párrafo, la sustitución masiva de PC basados todavía en Windows XP. Pudiera pensarse que es sólo una migración de software, pero no es así: es posible que en los últimos diez años muchas empresas hayan renovado su hardware, especialmente los portátiles cuya vida útil es más corta, pero todos los fabricantes consultados opinan que es el momento de un cambio radical. Aunque no tan radical, en cierto modo: la línea divisoria está entre quienes creen que es mejor para los clientes pasar por la experiencia de Windows 7, y quienes preconizan el salto a Windows 8.

La diferencia reside en la importancia que se le asigne a la experiencia táctil, porque no todos coinciden en que vaya a ser fácil convencer a las empresas y a sus usuarios finales. Los partidarios de Windows 8 [ya en su versión 8.1] defienden que Microsoft ha hecho los deberes que tenía pendientes.

«Muchas empresas se verán en la obligación de renovar su hardware», resume Chinchilla sin meterse en la discusión. Cierto es que el problema no se puede resolver con sólo desenchufar un PC y enchufar su sustituto. Salvador Cayón, director de marketing de sistemas personales de la filial española de HP, subraya que habrá que atender problemas de compatibilidad de aplicaciones y de accesorios. Cayón tiene la impresión de que las pymes y las administraciones públicas están más predispuestas a la adopción de Windows 8, mientras que en las grandes empresas los primeros en dar ese paso serán los altos directivos, mientras el resto del personal tendrá a su disposición Windows 7.

La semana pasada, en el evento europeo Discover 2013, HP presentó una nueva gama de portátiles para empresas, con la que espera responder a esa necesidad de sustitución, una estrategia que su vicepresidente Enique Lores viene anunciando desde hace varios meses. Lenovo – de la que suele pensarse que su punto flaco es el consumo – presentó el mes pasado su estrategia y línea de productos para empresas, ahora a cargo de Alberto Ruano, antiguo director general de Toshiba. Los tres fabricantes citados han afinados sus procedimientos para cohesionar sus respectivos canales de distribución. De cómo salga la campaña para sustituir los PC con Windows XP va a depender el peso que cada marca tenga en el mercado durante el próximo año que está ya muy cerca.

[informe de Arantxa Herranz]


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