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30 de mayo, 2012

El descalabro de Facebook en su salida a bolsa podría tener consecuencias que ni el más escéptico imaginaba hace pocos días. Los inversores minoristas, un colectivo de millones de individuos en Estados Unidos, han empezado a proclamar su desconfianza acerca del funcionamiento del mercado bursátil. Su argumento es fácil de entender: bancos, brokers, inversores institucionales y directivos de Facebook, han ganado millones, de dólares, mientras ellos han perdido dinero . Sospechan que no es la primera vez que ocurre – aunque no en esta magnitud – y se temen que volverá a ocurrir, a menos que los reguladores intervengan.

Por supuesto, hay fundamentalistas que sostienen que el rigor de la regulación – acentuado tras el fraude de Enron en 2001 – explica por qué las salidas a bolsa se organizan de modo que inicialmente favorecen a los enchufados, dejando los riesgos a cargo del inversor despistado. A fortiori, del argumento se desprendería la conveniencia de rebajar el rigor de la regulación. The Economist teorizaba días atrás sobre el desprestigio al que se están condenando las empresas cotizadas, una fórmula inventada en el siglo XIX para capitalizar el desarrollo de la industria, y de la que con muchas mañas se han valido ciertas empresas de Internet, convencidas de estar alumbrando una nueva sociedad.

Otra perversión del “capitalismo popular”, que no es nueva pero ha alcanzado su cénit desde la OPV de Google, es el poder omnímodo de los grupos de fundadores, que acumulan un poder de voto inalcanzable para el resto de los accionistas aunque se pusieran todos de acuerdo. Esta es, ni más ni menos, la receta de Mark Zuckerberg. Ahora salta la duda de si otras empresas que esperaban salir próximamente a bolsa a rebufo de Facebook, lograrán repetir el truco o si el público, ya avisado, verá el doble fondo de la chistera.

29 de mayo, 2012

Normalmente, estos comentarios –que en casa llamamos epístolas – tratan algún asunto distinto al del post del día. Procuro, por lo general, darle un enfoque más personal y, si soy capaz, desenfadado. Contra la costumbre, hay un nombre que vincula ambas piezas de hoy: Mike Lynch, el inglés que fundó Autonomy en 2005 y el año pasado la vendió a HP por más de 10.000 millones de dólares.

La noticia es que Lynch se va de HP, en circunstancias no aclaradas. Antes, se ha ido el 20% de los que llegaron con él. Es natural que un empresario se aleje de su criatura tras venderla a otra empresa más grande. Y es tan natural como que Lynch ganó personalmente 800 millones de dólares con la transacción. Parece que se produjo lo que el tópico suele llamar un choque de culturas. Cuando HP compró Autonomy, al mando de la primera estaba Leo Apotheker, convencido de que la compañía debería vertebrarse en torno al software (antes, había comprado Vertica, también especializada en business analytics). El problema es que Meg Whitman, su sucesora, no tiene la misma idea del futuro.

Hay otro elemento con el que se debería contar. Mike Lynch no es un producto estereotipado de una escuela de negocios, sino un matemático doctorado por Cambridge y condecorado por Isabel II. Su tesis doctoral versó sobre Thomas Bayes, un matemático del siglo XVII que durante toda su vida buscó una fórmula que demostrara la existencia de Dios. Un tipo como Lynch (47) no se iba a quedar sentado esperando que Whitman le encontrara mejor destino dentro de la compañía. Los periodistas se preguntan qué planes tiene en mente.

28 de mayo, 2012

Si la idea parecía buena en julio de 2010, ¿por qué no ha funcionado? Cisco anuncia la muerte de su tableta Cius, que definía como un dispositivo destinado a usos corporativos (colaboración, seguridad, videoconferencia): una tableta para empresas, que además podrían alojar en una appstore sus aplicaciones propias para los empleados. Pero con el tiempo, se ha comprobado que – a diferencia de lo que ocurre con los portátiles – los empleadores no están por la labor de entregar tabletas a su personal, ni Cius es el tipo de tableta que quiere usar el personal.

Es una lección que tiempo atrás aprendió BlackBerry, con el fracaso de su tableta Playbook. Y que deberán tomar en consideración aquellas marcas que busquen diferenciarse del iPad lanzando al mercado tabletas que no respondan al criterio dominante de consumo de contenidos. Ese es, aparentemente, uno de los planes que tiene Microsoft para el futuro Windows 8, y así lo sugería Eric Cador, VP de HP, en la entrevista con este blog.

La explicación de Cisco suena sincera: “hemos aprendido que los empleados prefieren llevar sus propias tabletas al trabajo, y las empresas respaldan esa actitud”. Esto se llama BYOD (bring your own device). Al mismo la compañía ratifica su objetivo de crear “espacios de colaboración” que satisfagan a la vez las necesidades de las empresas y los deseos de los usuarios. A partir de esta premisa, su prioridad pasa a ser el refuerzo de su oferta de su software Jabber y WebEx “para adaptarlo a otros dispositivos y experiencias”

25 de mayo, 2012

El titular de mi post del 11/5 http://www.norbertogallego.com/google-pierde-pero-oracle-aun-no-ha-ganado/2012/05/11/ ha sido premonitorio: en la segunda fase del proceso entra ambas empresas, la referida a dos patentes registradas por Sun, presuntamente violadas al incorporar Java en Android, el jurado ha dado la razón a Google. La tercera fase, relativa a la penalización a que pudiera tener derecho Oracle, ha sido cancelada, y la semana próxima el juez comunicará su decisión definitiva, que en ningún caso puede ser satisfactoria para la demandante.

En lugar de los 6.000 millones de dólares que había pedido Oracle – y que luego rebajó a 1.000 millones – es improbable que reciba más de unas decenas de millones. Y esto, sólo si el juez convalida el ambiguo veredicto anterior del jurado (la primera fase), según el cual Google ha copiado nueve líneas de código protegidas por copyright. El caso, por consiguiente, no puede darse por cerrado, en espera de lo que diga el juez y de la muy previsible apelación de Oracle.

¿Es necesario insistir en que copyright y patentes son conceptos que no deben confundirse? Tres cosas han quedado claras, aun antes de que el juez pronuncie sentencia: 1) la patentabilidad del software es un terreno minado; 2) en su nombre se cometen abusos, en uno u otro sentido; y 3) el sistema judicial no está preparado para comprender las intrincadas cuestiones de una disciplina que los juzgadores desconocen.

Si en lugar de de una empresa con los recursos de Google, la demandada fuera una pequeña compañía de software, lo más probable es que esta se hubiera vista abocada a llegar a un acuerdo para no arruinarse. Y el resultado podría haber sido un precedente distinto al que se ha sentado. Pero atención: el futuro jurídico de Android no está del todo despejado, y por eso creo que el titular de hace dos semanas podría ahora invertirse: Google ha ganado, pero no debería fiarse.

24 de mayo, 2012

La semana se cierra con tono deprimido por los malos resultados de HP, una caída del 3% interanual en las ventas, que coinciden con la confirmación de que 27.000 empleos serán sacrificados antes del final del ejercicio. Cuando surgieron los primeros rumores, el olor de una sangría semejante excitó brevemente a Wall Street, pero la cotización ha vuelto por donde solía: desde enero, ha descendido un 18% y está en el punto más bajo desde la entronización de Meg Whitman.

Esos 27.000 empleos equivalen al 8% de la plantilla, y se ha dado a entender que la reducción afectará sobre todo a la rama de servicios, de la que se sugiere que tiene pendiente esa asignatura desde la integración de EDS, consumada en 2008. Mucha agua habrá corrido por Palo Alto en cuatro años, pero dos CEOs consecutivos – Mark Hurd y Leo Apotheker – la dejaron correr.

En general, los analistas aprueban la decisión, pero Katy Huberty, de Morgan Stanley, advierte que “tardará años en reflejarse positivamente en el margen, el ingreso por acción y el free cash flow”, tres parámetros que obsesionan a los inversores. Shaw Wu, del broker Sterne Agee & Leach, es más severo: “el lado oscuro de esta reestructuración es que va a costar dinero, por no mencionar la huella moral en una empresa que ha vivido demasiados traumas”. Meg Whitman, en la presentación de anoche, estimó en 3.500 millones de dólares el ahorro que generará el recorte de costes, y prometió reinvertirlos “casi totalmente dentro de la compañía”.

Se ha calculado que con el anuncio de HP, los empleos perdidos en el sector TI de EEUU sumarían 50.500 este año; aun suponiendo que no hubiera otros casos, serían más que los de 2011 (37.038) y de 2010 (46.825). Hay que remontarse al funesto 2009 para encontrar una cifra peor: 174.620 puestos de trabajo amortizados.

22 de mayo, 2012

Salvado el último obstáculo, la aprobación del gobierno chino, Google ya puede consumar la absorción de Motorola Mobility, que lleva esperando desde agosto del año pasado. Tiempo habrá de saber y escribir sobre lo que se propone hacer Google con su nueva propiedad; conjeturas no faltan, pero una cosa es segura: la cartera de patentes acumulada por el histórico fabricante de móviles le será muy útil en el dilatado conflicto con Apple. La noticia tiene otra lectura posible: hasta ahora, toda adquisición transnacional debía contar con la luz verde de Washington y Bruselas, y a veces con la de otros países; a partir de ahora, Pekín se erige como tercer polo regulador mundial.

Probablemente Google no calculó bien inicialmente este problema, que le ha costado ocho meses de espera. Los motivos por los que ha sido necesario el consentimiento son concurrentes: 1) Motorola tiene en el país una fábrica desde 2001, y 2) una ley de 2008 otorga al ministerio de comercio la facultad de actuar como autoridad antitrust en cualquier transacción que afecte a una empresa que – si cumple el requisito de operar en China – facture 400 millones de yuanes (65 millones de dólares) dentro del país o 10.000 millones de yuanes (1.570 millones) globalmente. Como el mercado chino es muy apetecido, es lógico suponer que el número de empresas que incurrirán en este supuesto irá en aumento.

El resultado previsible es que casi cualquier acuerdo de M&A de envergadura podría acabar necesitando el permiso gubernamental. Ha habido casos menos notorios: Caterpillar, Nokia Siemens y Novartis han visto bloqueadas transacciones durante meses, y la compra de la farmacéutica Wyeth por Pfizer fue aprobada sólo a condición de vender su negocio de vacunas en China. También la compra de Sanyo por Panasonic, a priori un asunto puramente japonés, tuvo que esperar meses por la aprobación de Pekín.

21 de mayo, 2012

La última vez que este blog se ocupó de la OPV de Facebook fue el 9 de mayo, pero el pasado fin de semana tuvo muchas visitas la entrevista del año pasado a Javier Oliván – responsable de expansión internacional y estrategia móvil – que publiqué a mediados del año pasado, y eso quiere decir que el asunto despierta interés. El problema es que de momento no tengo nada nuevo que decir sobre la aventura bursátil de Mark Zuckerberg & Co, hasta que vea el comportamiento de la acción en las próximas sesiones. No obstante, he recibido mensaes alusivos como estos: 1) “Empiezo a estar harto de Facebook”. Yo también. 2) ¿cómo explicas el desbordante entusiasmo de El País, tan distinto del escepticismo de la prensa anglosajona? Por papanatismo. 3) “¿Por qué no te mojas sobre el futuro de Facebook en bolsa?” Porque no soy broker ni inversor, sólo periodista.

Dicho esto, he encontrado un hilo común para las tres cuestiones que me plantean. La formidable operación financiera de Facebook ha sido perfectamente orquestada, con un precio de salida calculado de modo que maximiza la plusvalía de los accionistas existentes y mantiene vivo el interés de nuevas camadas de inversores, al menos hasta que se puedan juzgar los resultados del primer trimestre. En algún momento, Facebook tendrá que justificar un valor bursátil que es 108 veces superior a sus ingresos de los últimos doce meses.

El hecho de que hacia el final de la primera sesión la cotización cayera por debajo del precio inicial y tuviera que ser sostenida por los bancos implicados, no es inusual, pero puede verse como un signo de que la operación es un artificio. No quiero decir que Facebook no tenga futuro; para empezar, cuenta con 16.000 millones y acciones frescas para comprar muchas cosas. En realidad, la principal amenaza para Facebook es el aburrimiento. ¿Quién ha dicho que no me mojo?

17 de mayo, 2012

A medida que se acerca el día de la salida a bolsa de Facebook, se elevan las apuestas y también sube la toxicidad de las informaciones. La compañía y sus banqueros han decidido que el precio de salida será el máximo de la horquilla, 38 dólares por acción; lo que equivale a una valoración inicial de 104.000 millones de dólares. Si han tomado esa decisión, será porque les consta que las órdenes de compra superarán los 14.700 millones de dólares de la oferta. Y calculan que los inversores minoristas se quedarán sedientos.

No faltan escépticos. Por ejemplo, ese inversor inseguro que declara: “a ese precio, demasiadas cosas tendrían que salirles bien para que la inversión se justifique por un retorno a largo plazo”. Hay muchos así. En medio de la euforia, una mala noticia inoportuna. General Motors ha cancelado su campaña de 10 millones de dólares en la red social. No es una muestra de confianza, desde luego.

Al hilo de lo anterior, he leído un comentario inteligente: Zuckerberg ha convencido a medio mundo de que lo suyo es una red social, pero en la práctica es una compañía de medios, que vive de la publicidad y tendrá que pelear por ella en un mercado muy competitivo, pero de poco le valdría reventar los precios, porque su producto no es comparable. Martin Sorrell, chairman del grupo de agencias WPP, dice que ni siquiera está seguro de que la publicidad funcione en un entorno dominado por el ruido de la conversación. Colofón: lo que Facebook necesita es diversificar sus fuentes de ingresos.

16 de mayo, 2012

La historia podría ser graciosa, si no tuviera elementos inquietantes. El colega Don Reisinger cuenta en CNET que la semana pasada alguien descubrió que, cuando un usuario del iPhone 4S (sospecho que el propio Reisinger) preguntaba al asistente virtual Siri “¿cuál es el mejor smartphone?”, la respuesta era “el Nokia Lumia 900”. Bueno, así ocurría hasta que, alertados por un video en YouTube, los programadores de Apple lavaron el cerebro del asistente para dictarle otra respuesta sin compromiso: “el que estás usando” [que, obviamente, sólo puede ser un iPhone 4S ]. La base del equívoco está en que Siri extrae muchas respuestas del buscador Wolfram Alpha, que en este caso la obtuvo procesando comentarios publicados en sitios de Internet. Y ocurre que la ratio media es más alta para el smartphone de Nokia que para el de Apple.

De haberlo pensado mejor, Apple quizás hubiera podido hacer pasar el episodio como un signo de objetividad de su simpático (y por ahora torpe) invento. Pero el argumento podría haber servido a Nokia para una campaña publicitaria como las que se gastan en EEUU. Cuando amaneció el lunes, Siri había recuperado ese proverbial sentido del humor que regocija a los adictos a Twitter: para la misma consulta formulada de viva voz, el asistente tenía preparada otra respuesta: “¿estás de broma?”. Por cierto, para que nadie dude de su objetividad, cuando se le pregunta por la mejor tableta, Siri suelta esta respuesta: “el iPad, y no es sólo mi opinión”.

Probablemente, el asunto no dará para mucho más; al fin y al cabo, Siri es un servicio en beta, y como tal puede cometer errores.

15 de mayo, 2012

Alejandro B. me escribió anoche, para opinar que con mi comentario sobre la economía alemana me he pasado a la crónica política que, según él, “es incompatible con un análisis sosegado del sector”. Veo lo que este lector espera de mí, pero no estoy de acuerdo, sinceramente. Acabo de releer mi comentario y no creo haber cruzado esa supuesta frontera. Con todos mis respetos: los directivos del sector a los que trato con asiduidad, se muestran muy preocupados por el impacto que las decisiones económicas tiene sobre su actividad profesional y los resultados de sus empresas. ¿Por qué no habría de estarlo yo, como analista que se tiene a sí mismo por sosegado?

Se me ocurre relacionar esta reflexión con el caso de Meg Whitman, CEO de HP y protagonista de mi post de ayer. Es conocido que dejó la presidencia de eBay para presentar su candidatura a la gobernación de California por el partido Republicano, y que meses después de perder esas elecciones ante el demócrata Jerry Brown, aceptó el reto de rescatar a HP de una situación complicada. Ambas vocaciones son compatibles, como lo demuestra su notorio apoyo a la candidatura presidencial de Mitt Romney, que fuera su mentor en Bain, al comienzo de la carrera de Whitman. Las aportaciones económicas de Whitman a la campaña republicana son públicas, como lo son las de otros directivos del sector a la candidatura de Obama (o a ambas a la vez). A nadie, que yo sepa, se le ha ocurrido objetar este rasgo de la democracia americana, mientras sea transparente y legal.

El otro día, estando en Shanghai en una presentación de HP, una colega china, por cierto muy enterada para ser veinteañera, me preguntó si yo creía que la señora Whitman – en el estrado en ese momento – compartía las críticas republicanas a China y, en tal caso, si podrían afectar los planes de HP en ese país, en caso de victoria de Romney en noviembre. Lo ignoro, y no había a mano ningún periodista estadounidense a quien trasladar la pregunta, por lo que no supe responder. Pero puedo imaginar que la señora Whitman sabrá cómo actuar para que el ejercicio de sus derechos como ciudadana no comprometan a la empresa que dirige. ¿Acaso sería mejor empresaria si fingiera apoliticismo?

14 de mayo, 2012

Pensaba escribir un breve comentario sobre China, tirando de las impresiones de un viaje que ha sido demasiado breve, pero lo dejaré para otro día. En Alemania también pasan cosas que, con toda seguridad, nos interesan prioritariamente. Sin reconocerlo explícitamente, el gobierno de Angela Merkel, que marca el paso al resto de Europa, parece a punto de cambiar el suyo. En una entrevista al semanario Focus, el ministro Wolfgang Schäuble decía algo sorprendente: “no veo problemas en que los salarios alemanes aumenten más que en el resto de los países europeos”. Alemania perdería un poco de su competitividad – admite- pero contribuiría a reducir los desequilibrios dentro de la UE. El contexto, siempre hay que mirar el contexto: el poderoso sindicato metalúrgico multiplica las huelgas para reclamar un aumento del 6,5% en los salarios de 3,6 millones de trabajadores, y el que representa a los empleados de servicios ya ha firmado un convenio con el 6,3% de aumento. Al ortodoxo liberalismo del gobierno de la señora Merkel no le parece mal una reactivación del consumo.

Las reformas introducidas por Gerhard Schroeder en 2002, y continuadas por Merkel, nunca han sido tan drásticas como las recetas que Alemania prescribe a los países mediterráneos. Pero hay motivos para pensar que sus efectos se desvanecen poco a poco. Entre 2004 y 2009, el ingreso medio por asalariado se contrajo año tras año, y aunque algo ha mejorado desde 2010, el mercado interior no repunta. La tasa de desempleo es del 6,8% de la población activa, pero que nadie se apresure a sacar conclusiones: en abril sólo se han creado 19.000 nuevos empleos, una cifra decepcionante… para un país como Alemania.

En opinión de economistas de los respetados institutos de análisis económico del país, son síntomas de vulnerabilidad del modelo económico alemán, que se apoya excesivamente en el superávit de comercio exterior. Como el 40% de las exportaciones alemanas van a países del euro, quizás Merkel y Schäuble podrían permitirse un poco menos de dogma. Una recesión técnica acecha en el horizonte, a menos que Estados Unidos y China compensen lo que el resto de Europa está dejando de comprar. El viejo tópico de la locomotora de Europa también tiene contradicciones.

12 de mayo, 2012

Estos días han aparecido unos datos de IDC que no sólo son frescos sino también primerizos. Se trata de una estimación de los ingresos generados por el ´ecosistema´ Hadoop-MapReduce, que en 2011 han sumado 77 millones de dólares y se espera alcancen los 812 millones en 2016, ¡un 60% anual compuesto! Es la prueba estadística que faltaba del auge de proyectos basados en el almacenamiento y análisis de datos estructurados y no estructurados (lo que ha dado en llamarse Big Data).

Los analistas de IDC aventuran que este mercado se desarrollará en los próximos años siguiendo una pauta que la industria ha conocido con Linux. En una primera fase, inducirá las ventas de hardware y luego irá ascendiendo en valor a medida que nazcan servicios especializados en la explotación de este software open source.

La consultora cree que el interés en analizar el comportamiento de los usuarios, tanto de las redes sociales como de aplicaciones web, será el combustible del crecimiento de este subconjunto de Big Data. Las empresas especializadas son de las más solicitadas de la industria del software, y las cifras empiezan a ser interesantes.

8 de mayo, 2012

Voy a meterme en camisa de once varas, como suele decir de guasa Paco B, mi polemista favorito. Me apetece un comentario económico off topic, aprovechando que escribo desde una escala en París. Parece por lo menos prematuro afirmar que la victoria de François Hollande dará, por sí misma, un giro drástico a la situación en Europa. Primero y fundamental, porque el daño ya está hecho, y sería muy difícil deshacer los peores destrozos de lo que algunos llaman “reformas estructurales” y yo prefiero ver como contrarreformas. Segundo, porque como ha dicho Jean Paul Fitoussi, uno de los economistas de cabecera de Hollande, de poco serviría añadir la palabra crecimiento en el título del pacto fiscal que fue firmado bajo ultimátum alemán. Tercero, porque es previsible que se preparen ataques punitivos sobre la deuda y los bancos franceses.

El problema – explicaba Fitoussi en La Vanguardia – es que “tenemos deuda soberana y una divisa sin un país soberano correspondiente. Los países miembros de la zona han perdido la protección de sus bancos centrales, pero todavía son responsables de su deuda soberana y, por tanto, son carne de cañón de especuladores”. Y el agudo John Authers, editor del Financial Times (¡un bolchevique!) escribía el sábado que “la física de los mercados y de la economía tiene un comportamiento raro: las tendencias siguen moviéndose mucho después de que hubieran debido detenerse”. Los precios en los mercados – lo dice él, yo resumo – son fijados por gente que tiene interés en que la crisis se prolongue porque de ella sacan beneficio.

7 de mayo, 2012

Ahí van dos axiomas posibles. Uno: de curriculos falsos está el mundo lleno. Otro: la mentira tiene patas cortas. Yahoo no fichó a Scott Thomson como CEO porque fuera – supuestamente – bachelor in computer science, sino por los buenos resultados en su empleo anterior, como presidente de PayPal. Y todo parecía funcionar bien hasta que un accionista picajoso descubrió que esa titulación universitaria era falsa. ¡Qué manía con los títulos, en un sector donde un joven desertor de Harvard es considerado como un genio de los negocios! Pero Thomson mintió, y ha tenido que confesarlo.

El asunto es que los planes de reestructuración de Yahoo se han ido otra vez al garete, incluída (por ahora) la enésima escabechina de personal, y otra crisis está servida en el peor momento. Los consejeros que lo eligieron (alguno de ellos también con CV falso) están a punto de defenestrarlo, por temor a perder sus cargos.

Esto ocurre cuando Thomson acababa de presentar resultados trimestrales bastante apañados y decía tener un plan de rescate de la atribulada pionera de Internet. Pero también en medio de una batalla en la que Yahoo ha demandado a Facebook – al parecer con fundamento – por violación de cierto número de patentes. Un litigio que, probablemente, será materia de preguntas en el roadshow que Mark Zuckerberg iniciará esta semana, previo a la salida a bolsa de Facebook. Quizá Thomson ha medido mal sus fuerzas, sin mirar que en su CV había un punto vulnerable.

PS: Puede que no tenga mayor importancia, pero dos lectores me han afeado un error en el comentario del sábado 28. Donde pretendía escribir «…su próximo iPad», teclée «su tercer iPad». Como es sabido, el tercer iPad ya está en venta , pero Apple ha preferido no llamarlo iPad 3. Mis disculpas

4 de mayo, 2012

El chairman saliente de Nokia, Jorma Ollila, se ha despedido con una entrevista al Financial Times en la que reconoce que al comienzo de la era de los smartphones no supo ver lo que implicaba la llegada del iPhone. Me consta, porque en febrero de 2008 entrevisté al CEO de la compañía, Oli-Pekka Kallasvuo, quien negó enfáticamente la posibilidad de que un móvil con pantalla y teclado táctil pudiera interesar a un número importante de usuarios. Para él, la amenaza vendría de China, y decía estar preparado. No es mi intención irritar, pero las consecuencias de aquel error siguen vigentes; durante demasiado tiempo, Nokia siguió convencida de su estrategia, contrariando las evidencias.

En los últimos días se ha sabido lo que todos esperaban. Samsung ha descabalgado a Nokia de su puesto en el mercado mundial, y esto por dos razones: la diferencia de intensidad en la apuesta por los smartphones, y la discutible decisión de sabotear el futuro de Symbian, al fin y al cabo un sistema operativo propio, cuyas ventas se han derrumbado en los mercados de fuerte crecimiento, particularmente en China e India.

Otro día escribiré más largo sobre Nokia. Es de reconocer el coraje de Stephen Elop, el CEO actual, que en poco más de un año ha conseguido la proeza de rehacer el catálogo, con el respaldo de Microsoft. Pero en esta transición, que necesita tiempo, el fabricante finlandés (antiguo campeón europeo que no supo asentarse en el mercado de Estados Unidos) ha sido desbordado por el empuje del fabricante coreano. No es la única víctima, y de esto trata mi último post de esta semana irregular.

3 de mayo, 2012

Los miembros del jurado que dirimirán la primera parte del proceso de Oracle contra Google han de tener un buen lío en la cabeza: antes de pasar a deliberar como quiere la liturgia, el juez les ha entregado un documento de 21 páginas en el que trata de explicarles lo que deben o no tomar en cuenta, de lo que han escuchado de las partes y los testigos. El veredicto debería salir antes del fin de semana, pero se limitará a la presunta infracción cometida al incorporar varias API de Java en Android. Por eso, el juez ha tenido que ilustrarles sobre qué es un API, y recordarles que en la próxima fase se debatirá sobre patentes.

El testimonio más perturbador ha sido el de James Gosling, considerado el padre de Java. Es sabido que, siendo ingeniero de Sun, se disgustó ante la actitud de los abogados de Oracle que intervenían en la compra de la empresa. Y tanto se disgustó que al poco se fue a trabajar a Google, aunque luego tampoco le gustaron las maneras de esta, y se buscó otro empleo. Ante el tribunal, Gosling ha dicho que, aunque sus críticas a Oracle son conocidas, piensa que esta lleva razón en un punto: “Google embaucó a Sun”.

La otra sorpresa fue el contraste entre los testimonios de Scott McNealy, fundador de Sun (y amigo personal de Larry Ellison, CEO de Oracle) y su sucesor, Jonathan Schwartz. El primero cuestionó el derecho de Google a usar Java sin pagar, mientras que el segundo declaró que, en su momento, discutió el caso Android con McNealy y, de común acuerdo, decidieron dejar correr el asunto. Las siete mujeres y siete hombres que forman el jurado, tienen en sus manos la papeleta de sentar un precedente que puede ser histórico.

30 de abril, 2012

Como saben los lectores habituales, este blog tiene una vocación económica que aflora con cierta regularidad. Recordaba ayer Emilio Ontiveros que “en el principio fue la deuda”: el desencadenante de estos cinco años de crisis fue la explosión de una burbuja crediticia. No provocada por una expansión alocada de la demanda de bienes y servicios, sino por un apalancamiento financiero incontrolado, y una sobrevaloración de activos “basura” como colaterales. En enero, un informe del McKinsey Global Institute señalaba que el desapalancamiento camina demasiado lento; con el agravante de que en Europa – a diferencia de EEUU – ha sido forzado para las familias y en las empresas, no en los sectores financiero y público, que siguen más o menos como estaban en 2008.

Este es el ojo de la tormenta que cubre Europa, no si Merkel es buena o mala. Hay un riesgo (según McKinsey, en este caso) de que la deflación, combinada con una política monetaria restrictiva, condene a las empresas a una debilidad prolongada, situación de la que suele citarse a como antecedente. La buena noticia, nos dicen, es que se ha evitado caer en la depresión…sólo estamos en una recesión prolongada. ¡Ah!

Mientras el resto del mundo, sin excepción, considera que el problema principal es la falta de crecimiento, en Europa se aplican políticas procíclicas, vendidas con la falacia de que bien nos merecemos una cura de austeridad. ¿Quién tiene la autoridad intelectual para afirmar que sirven al triple objetivo de recuperar la demanda, generar ingresos fiscales y ayudar al desapalancamiento de la deuda? El anuncio de que en 2013 subirá el IVA es una pésima noticia. A menos que alguien piense la insensatez de que así se conseguirá anticipar a 2012 una dosis de demanda…y después ya inventaremos otra cosa.

28 de abril, 2012

En abril, este blog ha cumplido dos años de publicación sistemática. Un lector que lleva la cuenta me escribe lo siguiente: “sinceramente, no creía que aguantaras tanto, a ese ritmo de trabajo y con esa calidad de información”. Gracias, Gustavo, a ver si nos conocemos un día de estos. Pues sí, en efecto, el ritmo de trabajo es muy intenso, a veces agobiante; pero trataré de aguantar. Es buena ocasión para una explicación sobre ciertos rasgos de mi trabajo.

Desde luego, no todos aprecian lo mismo que Gustavo: hay quienes dicen que reciben demasiada información [una queja no muy lógica en quien se gana la vida en un sector que atiende por la sigla T.I.] y a la hora de escoger prefieren otra fuente: es normal. No es menos cierto que el arco de los temas de que me ocupo es muy amplio, mientras que el trabajo de los lectores tiende a la especialización, por lo que no a todos les interesa todo lo que a mí me interesa, o no les interesa en la misma medida: también normal. Conservo unos cuantos mensajes de lectores que me reprochan por no tuitear, pero la verdad es que tengo las fuerzas que tengo.

El perspicaz Gustavo se ha percatado de que en mis post – no así en este newsletter, dirigido a los suscriptores – evito emplear la primera persona. No es una manía: durante años, ya fuera como consultor o como periodista, he acumulado disgusto con la extendida costumbre de colocar el yo [y sobre todo el ego] por delante del contenido. La lengua española no prescribe que el pronombre sea explícito, como si se hace en inglés, por lo que no tengo necesidad de escribir I think, I believe, When I was, My view, etc toda vez que el texto deja claro cuándo se trata de mi opinión y cuándo de un hecho o una fuente.

27 de abril, 2012

Acerca de mi post del viernes 13 me han llegado bromas sobre la coincidencia con la peripecia regia, que obviamente no venía a cuento. En un sentido menos frívolo, aquel texto ha sido premonitorio: IBM ha anunciado la firma de un acuerdo estable con Cloudera, adalid de la distribución de software Hadoop. No es una sorpresa, realmente, y en principio los términos del acuerdo no serían diferentes al que Cloudera firmó antes con Oracle. Con estos dos paquidérmicos compañeros, la pequeña compañía se sentirá más segura: IBM y Oracle se neutralizarían mutuamente. Por lo que, a medio plazo, Cloudera tiene más despejado el camino para una salida a bolsa.

Hay varias lecciones dentro de esta historia. Número uno: ninguna empresa entre las grandes del sector puede permitirse el lujo de no tener una estrategia en materia de big data y business analytics. Dos: hay que tomar muy en serio al movimiento open source, y la reciente decisión de Microsoft, que he comentado hace poco, parece una prueba suficiente. Tres: es hora de que algunos CIO abandonen prejuicios; como ya ocurre con las distribuciones comerciales de Linux, sus soluciones son asimilables por las empresas (pero hace falta que tengan un modelo de negocio). Cuatro: la proliferación de startups que trabajan en estos campos ofrece casi infinitas posibilidades para la colaboración, que a la postre van a desembocar, de un modo u otro, en consolidación.

La quinta lección merece una reflexión aparte: ¿dónde quedan las empresas europeas – y las españolas, desde luego – en este nuevo paisaje de la industria del software?

24 de abril, 2012

The Economist trae esta semana un dossier sobre Manufacturing and Innovation, del que extraigo una previsión sorprendente: una tercera parte de la producción que empresas de EEUU externalizan en China, será repatriada antes de 2020. Los costes laborales chinos aumentan, y esa ventaja competitiva se desvanece poco a poco. En la fabricación de ordenadores, la proporción llegaría al 40%. Porque, según parece, ese capítulo es cada día menos importante en los costes totales. Trae un ejemplo que a los lectores de este blog les sonará familiar: un iPad de 16 Gb, que se vende a 499 dólares, comprende sólo 33 dólares de coste de mano de obra industrial, y de esta, la correspondiente a China representa 8 dólares.

Según esta tesis, originada en un estudio de Boston Consulting Group, la producción offshore está volviendo a casa no tanto porque los salarios chinos aumentan, que también, cuanto porque las empresas han descubierto que pueden responder con más presteza y eficacia a los cambios en la demanda. “Algunos nuevos productos son tan sofisticados que es conveniente tener en un mismo sitio a quienes los han diseñado y quienes los producen”.

Del texto, entresaco una prédica que desbarata la vieja dicotomía entre industria y servicios. Una terrcera revolución industrial estaría en marcha gracias a “la convergencia de cierto número de tecnologías: software inteligente, nuevos materiales, robots más diestros, nuevos procesos y una amplia gama de servicios basados en la web”. La industria se digitaliza, y los modelos de negocio se transforman: “Rolls Royce ya no vende sus motores de aviación; vende las horas durante las cuales esos motores harán que los aviones de sus clientes vuelen”.


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