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  5/07/2013

De los datos a las cosas; de las cosas al todo

Que en pocos años Internet se ha convertido en un vector de la economía mundial, no es una afirmación discutible, pero sí lo son las mejores prácticas, las áreas de influencia y las tecnologías en las que hay que poner el foco para obtener el máximo valor de este recurso capital. Valor es la palabra clave en el estudio que ha elaborado Cisco, titulado Internet of Everything: Value Index, entre cuyas conclusiones se encuentra esta: IoE generará al menos 613 millones de dólares de beneficios corporativos en 2013, que podrían elevarse a 14,4 billones en los próximos diez años. Cifras que marean, y bien merecen un desarrollo que justifique tanto optimismo.

Cisco tiene una antigua vocación por los estudios prospectivos, y produce con periodicidad algunos de gran repercusión sobre la influencia del vídeo en el tráfico por las redes o la evolución del cloud computing. En esta oportunidad, para analizar lo que llama Internet of Everything, ha procedido a encuestar a 7.500 responsables de la toma de decisiones en empresas privadas de 12 de las economías más representativas (Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Japón, México, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos). España ha quedado fuera de la lista. También ha sido excluído el sector público.

La premisa del estudio es una categoría, Internet of Everything, que no hay que confundir con la usual Internet of Things. Mientras esta «Internet de las cosas», en su significado elemental, es una red proteica que conecta cualquier dispositivo con cualquier otro dispositivo, lo que supone que uno y otro cuenten con su sensor, y todos los sensores se comuniquen la información recogida a través de un servidor, Internet of Everything – o «Internet de todo» – se presenta como otro concepto, más amplio, que abarca las conexiones a escala global, entendiendo por ´todo` a los objetos, los datos, las personas y los procesos. De modo que IoT sería un subconjunto de IoE, y el estudio se propone calcular el valor que puede crearse o puede migrar entre compañías y sectores basado en su habilidad para aprovechar la oportunidad.

Porque de una oportunidad se trata, según el enfoque del estudio. <no hay confusión: son billones, no miles de millones. Más allá de cifrar su valor (value at stake), los resultados revelan que en la actualidad son las empresas de los mercados desarrollados las que están extrayendo el máximo de ese valor. Las alemanas y japonesas capturan un 62,3% y 57,3% de ese valor potencial, mientras México se sitúa en el extremo opuesto con el 47,1%. Según la tesis explícita, estos porcentajes evidenciarían diferentes grados evolutivos en el aprovechamiento empresarial de Internet, y la distancia estaría asociada a la condición pionera de muchas empresas de países desarrollados, que acumulan años de inversión en tecnología.

El período utilizado en el estudio va del 2013 al 2022. Si se acepta la cifra – opinable como todo futurible – de los 14,4 billones de dólares al cabo de esos diez años, la cuota que correspondería a Europa sería de 4,3 billones, equivalentes al 30% del total. El gráfico anexo expresa la relación entre la distribución regional del valor potencial a generar por IoE y el crecimiento respectivo del PIB. Estados Unidos estaría algo por encima con 4,6 billones.

Vista desde otro ángulo, la diferencia entre uno y otro bloque sería estrecha, sólo 15 puntos como máximo, un indicio de que se está reduciendo gracias a la mayor homogeneidad global de las empresas. Con toda su potencia subjetiva, la confianza que muestran las empresas de países como Brasil, China e India – dicen los autores – está relacionada directamente con el incremento de sus inversiones en TI. Esta creciente paridad refleja que las empresas ya no pueden depender exclusivamente de sus competencias internas y de los conocimientos de sus empleados, sino que necesitan recoger con rapidez la inteligencia de fuentes externas, algo que se facilita enormemente gracias a las conexiones de Internet.

Esto implica agudizar la competición, y traerá consigo cambios en diferentes escenarios, incluído el laboral. Los ejecutivos entrevistados para el estudio discrepan al respecto. Una tercera parte de los 7.500, cree que IoE provocará un incremento de los niveles de empleo en sus empresas, un 28% estima probable la pérdida de puestos de trabajo (posición en la que son mayoría los directivos de países «ricos»). En cuanto al impacto sobre los salarios, un 47% es optimista sobre un incremento medio, mientras el 6% – aquí pesan los de países emergentes – entiende que la consecuencia será una probable reducción de salarios.

Con esa perspectiva a diez años, la pretensión de abarcar el ´todo` podría enmascarar un dato fundamental que apunta con énfasis el estudio: Cisco estima que el 99,4% de los objetos físicos no están conectados. Esto equivale a decir que sólo 10.000 millones del billón y medio de ´cosas` están conectadas, pese al innegable avance que ha experimentado Internet en los últimos años: considérese que en el año 2000, eran 200 millones.

Desde un punto de vista complementario, cuatro de los dieciocho sectores analizados representarían más de la mitad del valor total, gracias a la innovación. Encabeza la lista la industria (27%), primacía que es en buena medida impulsada por la mayor agilidad y flexibilidad en los procesos de fabricación. Le sigue el comercio minorista (11%), los servicios de información (9%) y el de finanzas y seguros (también 9%) El resto oscilan entre el 1 y el 7%.

El advenimiento de IoE, subraya el documento, es una consecuencia del derrumbe de barreras. Por ejemplo, la adopción de IPv6 ha permitido superar el límite de conectividad que venía definido por el número de direcciones posibles con IPv4, y creado suficiente capacidad para llegar a 4,8 billones de direcciones.

Queda patente en la lectura del estudio que la combinación de los factores «personas» y «facilitadores de procesos» representa más de la mitad del valor que se genera gracias a IoE. Los cinco drivers principales serían: mejor utilización de los activos, productividad de los empleados, innovación (incluyendo reducción del time-to-market), cadena de suministro y logística, y la experiencia de usuario.

Ahora bien, la noción de IoE incluye tres tipos de conexiones – machine-to-machine (M2M), person-to-machine (P2M, and person-to-person (P2P). Las dos últimas, combinadas, representarían el 58 % del total del valor en 2022, mientras que las conexiones M2M aportarían el 42% restante. Al margen de los porcentajes, estas serían la principal fuente de valor, pero las otras dos contribuyen a la productividad y la mejor calidad de vida.

En el capítulo europeo del informe, se reconoce implícitamente que el crecimiento económico de la región – según su definición geográfica, del Atlántico a los Urales – dependerá crecientemente de la capacidad de exportar y de la productividad de los ´trabajadores del conocimiento´. De lo que se concluye la imperiosa necesidad de acometer las inversiones que permitirían a las compañías europeas competir en mercados globalizados.

«Internet representa una enorme oportunidad de incrementa la cuota de mercado de las empresas europeas, de ganar competitividad y aumentar su rentabilidad», según José Manuel Petisco, director general de Cisco en España. Con esta óptica, Petisco subrayó que Internet of Everything es una estrategia de la compañía y el estudio tiene como objetivo poner negro sobre blanco algunos datos que reflejan cuál será el modelo de negocio de Cisco en los próximos años. «No queremos que se entienda este esfuerzo de análisis como una visión, porque detrás de la visión que se desprende del estudio hay una estrategia y una ejecución para llevarla a la realidad».


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