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  4/06/2012

EMC abre el juego por las bandas

Los responsables de la comunicación de EMC han querido presumir de grandes cifras: cuando definen como megalaunch la presentación simultánea de 42 nuevos productos (variopintos y de muy dispar interés, pero 42 al fin de cuentas), pretenden reafirmar algo de sobra conocido: su liderazgo del mercado mundial de almacenamiento se agranda. A su imponente show del mes pasado en Las Vegas, EMC World, acudieron 13.000 clientes y partners, pero si se prescinde del tamaño, las noticias realmente sensacionales no estaban en la lista: la hoja de ruta de EMC hacia la tecnología flash se acelera, y la frontera entre almacenamiento y servidores empieza a diluirse.

La compra, firmada días antes, de la joven compañía israelí XtremIO, estimada en unos 430 millones de dólares, confirma que EMC no se dejará pillar por el crecimiento que últimamente han tenido otras empresas, igualmente especializadas en el almacenamiento basado en la tecnología flash. La compañía se ha guardado para los próximos meses, la presentación en público de su Proyecto Thunder, que supuestamente contempla 15 terabytes o más, de memoria PCIe. Poco más es lo que se sabe sobre este proyecto, que según Pat Gelsinger, COO de la compañía, ya está funcionando en ciertos clientes en régimen beta.

Sin embargo, EMC se cuidará mucho de que estas iniciativas se entiendan como una conversión. Su punto de vista oficial, expresado por el CEO Joe Tucci no da lugar a equívocos: “la mayor parte del almacenamiento se hará con equipos híbridos, parcialmente basados en flash y parcialmente en discos duros”. Su razonamiento es transparente: si EMC controla el mercado con la tecnología hasta ahora dominante, no va a correr riesgos innecesarios, ni tampoco va a descuidar ese flanco por el que podrían colarse sus competidores.

El almacenamiento basado al 100% en flash es una alternativa postulada por varias startup californianas. Aunque los recursos de EMC le permitirían adquirir cualquiera de ellas, se ha inclinado por comprar XtremIO. Aparentemente, porque: 1) está situada en Herzliya (Israel), a pocos kilómetros de los laboratorios de EMC donde se ha desarrollado el Proyecto Thunder, y 2) la empresa israelí no ha presentado todavía su primer producto; esto la hará fácilmente digerible.

La enfática defensa de la hibridez tiene mucho sentido: EMC no está dispuesta a dejar que se extienda por el mercado la idea de que “todo flash” puede sustituir al almacenamiento primario en disco. En cierto modo, puede asimilarse a la historia del software open source: hasta que un gran proveedor no adoptó la novedad, pocos CIO se arriesgaban con lo que consideraban poco más que un experimento. No obstante, la idea de “todo flash” resulta atractiva porque aporta alto rendimiento en entornos virtualizados y de gran volumen de datos no estructurados; es ahí donde los competidores recién llegados empiezan a ganar clientes.

EMC reacciona. Project Thunder podría ser una potente plataforma para nuevas aplicaciones intensivas en datos, sobre todo si la combina con VFCache (Project Lightning, una tecnología que guarda los datos críticos en un disco de estado sólido contiguo al servidor.

Por consiguiente, no sorprendería a nadie que el competidor directo de EMC, NetApp, replicara acelerando sus desarrollos internos en flash y/o comprando alguna startup de esas que llevan esperando una oferta. Si así fuera, se puede suponer que HP, Dell, IBM e Hitachi – de hecho, toda la industria de almacenamiento – también moverían ficha. Las razones son entendibles: la tecnología flash todavía es cara, pero va bajando de precio; esto – junto con las pruebas tangibles de performance – permite a los especialistas ganar terreno, conquistar clientes de renombre y, de paso, suben el precio al que estarían dispuestas a perder su independencia.

Otro gran tema del evento de Las Vegas se concretaba en una pregunta que, simplificada, puede formularse así: ¿está preparando EMC su entrada en el negocio de los servidores? Es una pregunta que, por cierto, el autor de este blog ya hizo en marzo a Pat Gelsinger. Y tan sensible es este asunto que los portavoces de la compañía niegan la mayor, extremando el cuidado de sus palabras: Rick Napolitano, director de marketing, respondió: “no tenemos intención de entrar en el negocio de los servidores de propósito general”. Un matiz que, lejos de ser categórico, elevó el nivel de suspicacia de los asistentes, porque ¿qué es un servidor de propósito general en estos tiempos marcados por la virtualización? Admitió Napolitano que “así como los vendedores de servidores ponen DAS (direct-attached storage) en sus máquinas, los vendedores de almacenamiento ponemos capacidad de computación en las nuestras. Dentro de algún tiempo, todas las configuraciones serán híbridas”.

Gelsinger fue más allá en su explicación: “dentro de un par de años, las principales líneas de producto de EMC [VMAX, VNX, Isilon] serán capaces de ejecutar internamente aplicaciones, lo que significa que tendrán incorporados motores de servidor así como sus controladores. Las aplicaciones estarán en una máquina virtual, lo mismo que el sistema operativo de nuestros equipos de almacenamiento”. Interpretación libre: integrar capacidades de servidor en un array permite la mayor cercanía de las aplicaciones a los datos, reduciendo la latencia. Es una idea que EMC viene contando, con variados grados de concreción, desde hace tiempo.

Lo que hace que esta idea suene tan perturbadora no es la aparente diversificación, sino la estrecha relación que EMC mantiene con Cisco. Esta, además de sus switches, aporta los servidores UCS a la alianza VCE, que ambas comparten con VMware. Por eso, potencialmente, Cisco podría sentirse molesta ante la posibilidad de ver menoscabado su rol como partner de EMC. Aunque, como apuntaba un directivo pidiendo discreción, también Cisco interpreta a su manera la noción de fidelidad, ya que trabaja con NetApp en la plataforma Flexpods, que busca integrar elementos singulares en una arquitectura flexible para centros de datos.

Queda en el aire la pregunta: ¿qué pasaría si, en una evolución de los movimientos actuales, los equipos de EMC incorporasen capacidades que – gracias al control que la compañía ejerce sobre VMware – pudieran no ser muy diferentes de lo que Napolitano llama servidores “de propósito general”?

Una vez más, Gelsinger puso la guinda teórica a esta discusión. “La confluencia de virtualización, cloud computing y big data – dijo – ha devuelto a los datos su condición de centro de gravedad de las TI”. Ve, por tanto, un movimiento irreversible en el que las perdedoras serán las infraestructuras dedicadas, que han sido concebidas como silos en las que los datos estaban amarrados a una determinada aplicación u orbitaban en la periferia. Ahí está el espacio por el que EMC quiere mover la jugada.

Como ya ocurriera el año pasado, otro tema dominante de EMC World ha sido cloud computing. Según un estudio ´independiente` que se presentó en Las Vegas, el mercado de servicios de almacenamiento en la nube será de unos 6.000 millones de dólares en 2015, un crecimiento medio anual del 47%. Con este fundamento, Joe Tucci pudo reiterar “ahora que toda la industria ha entrado en la era de cloud computing y big data, EMC será un actor principal de los nuevos tiempos”.

Sin embargo, el CEO no quiso distraerse con el supuesto dilema entre nubes públicas y nubes privadas, que considera “una discusión estúpida”. En el futuro inmediato habrá, según él, miles de nubes públicas y cientos de miles de nubes privadas: la mayoría de las compañías querrán tener las suyas en el ámbito privado, pero recurrirán a una nube pública para atender ciertas demandas de su negocio.

[informe adicional de Mario Kotler, desde Las Vegas]


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