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  12/03/2010

En el nombre del vídeo

Durante semanas, Cisco hizo saber que anunciaría “algo que cambiará Internet para siempre”. La hipérbole prendió en los blogs,  terreno abonado, e hizo florecer hipótesis, no todas razonables: la acción de Cisco subió hasta su cota más alta en veinte meses. Al final, cuando se desveló el secreto, resultó ser un router – de impresionante capacidad, pero sólo un router – por definición algo carente de glamour, y tal vez esta limitación explique el empeño de la campaña en crear expectativas desmedidas. Visto lo visto, el eslogan era un artilugio, pero es verdad que Internet está cambiando, no por obra de Cisco sino por una vertiginosa demanda protagonizada por el vídeo online y los datos móviles.

El nuevo router CRS-3, tal su insípido nombre, se presenta con la credencial de una capacidad para transmitir 322 terabits [esto es, 322 billones de dígitos binarios] por segundo, lo que según Cisco equivale a doce veces la de su más cercano competidor y triplica la de su antecesor, el CRS-1. Con su anuncio, la compañía quiere adelantarse a las necesidades de los operadores y proveedores de Internet; tratando de hacer comprensible el alcance de esas necesidades, el presidente de Cisco, John Chambers, recurrió a tres ejemplos llamativos aunque improbables: a) todos los habitantes de China podrían hacer simultáneamente una videollamada; b) se podría transmitir en sólo un segundo toda la colección de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, o c) descargar en cuatro minutos todas las películas filmadas desde el comienzo del cine.

Por exagerados que estos ejemplos puedan parecer, nadie se ha atrevido a repetir el error de juicio de 2004, cuando ante el lanzamiento del modelo precedente, CRS-1 [el salto de un numeral es en sí mismo un mensaje], muchos analistas opinaron que su capacidad sería excesiva para el tráfico previsible durante años. Desde entonces, Cisco ha vendido unos 5.000 sistemas a 300 clientes. Puede que esta vez las miras de Chambers vayan más lejos: “no queremos limitarnos a ser fontaneros – aludía a una célebre frase suya de 2006, en la que se declaraba contento de ser el fontanero de Internet – sino estar en primera fila de una nueva generación de servicios y modelos de negocios”. Potencialmente, Cisco podría desear acuerdos estratégicos más amplios con sus clientes, para blindar su posición como suministrador de infraestructura frente a sus rivales. Un reciente informe del banco UBS afirmaba que “aunque la categoría de grandes routers representa sólo un 4% de sus ingresos, resulta vital para el liderazgo de Cisco, habida cuenta de que tanto ella como Juniper soportan la dura competencia de Huawei”.

Durante el anuncio, Chambers retomó uno de sus temas favoritos: “muchos de los dispositivos vistos en el CES y en el Mobile World Congress muestran una rápida evolución hacia el vídeo por Internet”. Varios estudios promovidos por Cisco apuntan estas conclusiones:

· el tráfico global de las redes IP excederá los 667 exabytes anuales en 2013; la recesión sólo ha atemperado ligeramente su crecimiento, de modo que este responderá a una pauta del 40% compuesto cada año;

· globalmente, el tráfico de datos móviles se multiplicará por 39 entre 2009 y 2014, alcanzando en este último año los 3,6 exabytes mensuales.

No se trata de un delirio estadístico: ya hay proveedores de banda ancha que ofrecen servicios de 50 Mbps o 100 Mbps, y Google ha anunciado su intención de desplegar una red ultrarrápida a 1Gbps para experimentar con nuevas aplicaciones y servicios. La experiencia indica que cuanto más ancho de banda hay disponible, surgen más aplicaciones, y esta carrera implica un riesgo potencial de saturación de las infraestructuras, frente al cual los operadores han de prepararse. Un representante de AT&T – primer cliente del nuevo router – respaldó las palabras de Chambers al señalar que en los tres últimos años el tráfico de datos móviles por su red creció el 5000% (período que ¿casualmente? coincide con la comercialización del iPhone por este operador).

El analista Zeus Kerravala, de Yankee Group, corrobora que estas tendencias son reales: “ya no podemos hablar de Internet como una red de redes a la que se conecta un cierto número de servidores; ha evolucionado hasta llegar a ser el vehículo de toda suerte de conversaciones y un gigantesco almacén de datos. El cloud computing, los nuevos dispositivos móviles, la alta definición, y en un futuro no lejano, la 3D, serán pasos en esa evolución”.


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