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  8/06/2012

Enrique Blanco Nadales

Global Chief Technology Officer. Grupo Telefónica

El entrevistado, desde su puesto de CTO, coordina las tecnologías de red que despliegan las 26 filiales del grupo Telefónica, tanto en Europa como en América Latina. La conversación, propiciada por el despliegue selectivo de LTE en Barcelona, se circunscribió a esta tecnología de cuarta generación móvil. Telefónica ya explota comercialmente LTE en Alemania a través de su operadora O2, y prepara su futuro lanzamiento en España, todavía sin fecha. La entrevista con Enrique Blanco contiene otros elementos, como la propuesta de consolidación de emplazamientos que, en cierto nivel, adelanta los argumentos en los que se basa el acuerdo entre O2 y Vodafone en Reino Unido, anunciado esta semana.

Enrique Blanco
Enrique Blanco

¿Por qué los operadores estadounidenses se han adelantado a los europeos en el despliegue de LTE? ¿Interesa a Europa recuperar la diferencia que tuvo con el estándar 3G? ¿Es relevante?

Es un hecho histórico que Estados Unidos no siguió los pasos de Europa en GSM, adoptó su propio estándar y esto limitaría luego las capacidades de sus operadores. En un momento determinado, tuvieron que tomar la decisión sobre cuál sería el mejor estándar para ir a un escenario de crecimiento masivo de datos, como se esperaba. Tenían dos opciones: crear su propia 3G o ir directamente a LTE. AT&T adoptó la segunda, básicamente porque cometió un error y se quedó sin espectro; no quedaba otra alternativa que hacer de la necesidad virtud.

Y la competencia con Verizon Wireless explica el resto […]

Es esencial para entender la diferencia con Europa. Entre los dos grandes operadores se plantea una carrera a la que ninguno puede renunciar; por eso hacen un despliegue masivo, y también selectivo en las zonas donde no tienen capacidad para llegar con banda ancha fija. Las condiciones de EEUU son peculiares, e indican por qué en Europa se ha seguido otro camino. No es una cuestión de retraso o adelanto, ni de superioridad o inferioridad: depende de qué tecnología vienes.

Pasando por encima de Escandinavia y Alemania, donde ya hay despliegues comerciales, ¿por qué Telefónica no tiene prisa por poner LTE en su red española?

Eso de la prisa es muy relativo, dependiendo de muchas circunstancias, por ejemplo dónde estamos en el despliegue existente. Telefónica tiene una base tecnológica importante, satisfactoria para sus clientes, y lo que hemos hecho, o estamos haciendo, es mover las frecuencias que estaban en 2G para dejar libertad de espectro para los datos, que van directamente a 3G. Para que nuestros clientes tengan una percepción de cobertura que les permite navegar por internet directamente con sus móviles, algo que no era tan posible hace poco tiempo. La inversión ha sido enorme y creo que se notan los resultados.

¿Dónde?

En todas partes, pero sobre todo en las áreas rurales. Hemos tenido que afrontar unos costes muy importantes para hacer el refarming de frecuencias sin afectar la calidad percibida por el cliente. Hacer un refarming significa vaciar banda, para volver a llenarla y asegurar que el cliente no se entera de lo que está pasando; es un proyecto de ingeniería complicado, y lo hemos hecho de manera sosegada.

¿Se trata de maximizar las redes existentes, antes de dar el salto a 4G?

No es función sólo de lo que se hace en radio, sino fundamentalmente de la capacidad de transporte. Y esto es tanto como meter fibra en cada estación base. Ahora mismo, en Barcelona, Madrid, Valencia, etc., con un smartphone – si es adecuado, que esa es otra – un usuario podría navegar a 42 megas, si estuviera solo en su punto de acceso; pero no está sólo, y por eso tenemos que garantizarle que navegará a un mínimo de 5 ó 6 megas haciendo uso de la tecnología 3G. Cuando nos ponemos a hacer la planificación de la red, tenemos que responder una pregunta que es clave sobre la calidad. Los americanos lo tienen más fácil, con su promesa de best effort; nosotros tenemos que dar calidad garantizada.

¿Puedo deducir que augura larga vida a 3G?

No hay contradicción alguna. Ya tenemos despliegues selectivos de LTE. Los estamos haciendo para grandes clientes, además del que anunciamos en Barcelona en febrero. Si mañana las unidades de negocio me dicen que ha aumentado no sé cuántos puntos la penetración de smartphones en España y que vamos a tener que garantizar capacidad de video streaming a 5 megas, la única manera de hacerlo será metiendo LTE, para soportar el crecimiento de tráfico. Pero, además, habrá que desplegar fibra, mucha fibra. Puede sorprender a quien no lo sepa, pero una red móvil no es sólo una infraestructura de radio; se apoya mucho, cada vez más, en despliegues de fibra. El transporte es la clave.

¿La clave de qué?

Llevo 26 años en Telefónica, exactamente la mitad de mi vida, y gracias a que la carrera me llevó a pasar del departamento de tecnología al de operaciones, he aprendido algo imborrable: la tecnología sólo vale si eres capaz de aplicarla de manera eficiente; al final, lo que importa no es la tecnología que tengas, lo que importa es lo que el cliente opina del servicio, la cobertura y cómo le tratan si tiene un problema.

Eso dependerá de la selección de la tecnología, del proveedor […]

Sí, pero el usuario de un móvil sólo conoce el nombre del operador y la marca del fabricante, no le importa si está comunicando a través de equipos de radio de Nokia Siemens, de Ericsson o de Huawei, que en España suman el 100% de las posibilidades. Lo que le importa es la cobertura y la calidad de la conexión, y yo no puedo esconderme detrás del proveedor de mis equipos. Pues lo mismo pasa con la fibra: ¿es de Huawei o de Alcatel? Eso el usuario no lo sabe ni le importa.

Pero no son los mismos en todos los mercados donde opera […]

Básicamente, Telefónica trabaja con tres proveedores de referencia, cuyo peso puede variar de un país a otro. Lo racional es eso, tener un máximo de tres proveedores de radio. Meter un cuarto o dejarlo en dos, se dice fácil, pero no funciona. No hace mucho, en España, tuve que ´comerme` la 2G de Motorola y sustituirla por equipos de Nokia y Ericsson sin que nuestros clientes se dieran cuenta; con esto quiero significar que si un día la compañía tomara la decisión de bajar de tres a dos, el swap sería muy complicado y prolongado. Así que mejor lo dejamos en tres.

Para el despliegue de LTE en Barcelona, y creo que en otros pilotos, Telefónica ha optado por la tecnología de small cells de Alcatel Lucent. ¿Implica una decisión definitiva?

Estamos trabajando con todos los fabricantes de small cells, naturalmente por los sistemas de soporte, que en teoría son más fáciles si coinciden con la tecnología de base que tienes. Pero también trabajamos con Samsung, que no sólo tiene terminales (tiene radio desplegada en Estados Unidos con Sprint). Nuestro dilema es tener todo el transporte preparado, y toda la tecnología de small cells. Con los fabricantes tradicionales, por lo que he dicho, pero también con los entrantes.

¿Podría hacerse un despliegue de small cells sin cambiar la tecnología de radio existente?

Sería la opción más rápida que tenemos, pero no puedo decir si sería la mejor. No hemos tomado ninguna decisión. Si hablamos de radio, en este momento tenemos tres suministradores, y podríamos añadir un cuarto con una cuota pequeña, si se estimara conveniente en términos de volumen, de precio y de funcionalidad. Ahora, si me pregunta por small cells, todas las opciones están abiertas.

¿Cuál es la diferencia entre LTE convencional y small cells? ¿En cuánto se multiplica la capacidad de datos?

Multiplica por 100, mientras que con LTE normal el factor es 15. Y creo que 15 no va a ser suficiente en España.

Tal vez LTE podría no funcionar económicamente como se espera. Hay advertencias en ese sentido […]

Nadie que yo conozca contempla seriamente que LTE no funcione económicamente. Otra cosa es la evidente necesidad de adaptar el ritmo de despliegue a la realidad del mercado y de la economía. Ahora mismo, ningún operador norteamericano o asiático – y los conozco a casi todos – tiene una experiencia comparable a la de Telefónica para hacer un despliegue en el menor plazo. Por tanto, cuando hablo de despliegues selectivos, quiero decir que si mañana el tráfico lo exigiera, nuestro transporte estará preparado.

¿La lección es que no todo depende del punto de acceso, como tendemos a creer los profanos?

Mi obligación como CTO es tener la red preparada para responder a las necesidades de tráfico. […] Sinceramente, creo que LTE nos da una oportunidad para pensar en la densidad de la red que tiene España. Es la hora de consolidar, de compartir emplazamientos entre operadores.

Eso puede ser polémico […]

Hoy mismo, si sumamos todos los operadores, en España tenemos 60.000 puntos, pero el territorio se podría cubrir con la mitad, 30.000 serían suficientes. Hace años, el dominio de la cobertura era un factor competitivo, ya no es así. Y no veo motivo de polémica: un 25% de los puntos en España ya están compartidos mediante acuerdos simétricos entre operadores. El AVE es un modelo: cuando sale de Madrid, un viajero puede ser atendido por un operador del que no es cliente, y al pasar Guadalajara el servicio se lo presta otro operador […] El metro de Barcelona es otro ejemplo perfecto de compartición, y nadie nota las costuras. Sinceramente, creo que podemos hacer más para consolidar, y esto no inhibe para nada la competencia.

Esta idea sobre la consolidación, nos lleva directamente a la inversión […]

¿Inversión asociada a LTE, quiere decir? La estamos haciendo allá donde tenemos experiencias comerciales o precomerciales. En Alemania tenemos un plan importante de despliegue. Obviamente, no voy a dar ninguna información sensible, pero puedo decir que tras la presentación de resultados, se ha dicho que este año Telefónica va a invertir más que en 2011. Esto no lo hace una empresa que no crea en el negocio que tiene. Y gran parte de la inversión va a banda ancha móvil.


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