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  24/08/2015

Joaquín Reixa

Director Regional de CommVault para el Sur de Europa

De prestar atención a los parámetros habituales, el motor del crecimiento de CommVault estaría gripado. Sus ingresos totales del 2014 crecieron un 3,6% pero su beneficio neto siguió cayendo. Al presentar los resultados del primer trimestre (peores), Bob Hammer, CEO de la compañía, matizó que la evolución secuencial va mejorando, pero que la interanual tendrá que esperar. Es el precio a pagar por una transformación del negocio de CommVault, que Hammer definió así: «cogemos las cargas en el punto en que se generan y creamos un servicio de gestión de los datos; luego, nos pegamos a ellas mientras se mueven a través de distintos modelos de despliegue, desde el datacenter a la nube».

Joaquín Reixa

Joaquín Reixa

CommVault, como el resto de las empresas genéricamente clasificadas como especialistas en soluciones de backup y afines, lleva tiempo acomodándose a las nuevas tendencias del mercado. En su caso, al proceso de transformación lo ha bautizado CommVault Next. Como es lógico, las respuestas de Joaquín Reixa, director regional de CommVault para el Sur de Europa, no difiere del discurso de Hammer, pero el interés de la entrevista radica en los pormenores que ofrece Reixa acerca del mercado español y el modelo de negocio específico para este mercado.

No obstante, un tema quedó fuera de la conversación, por despiste del cronista: el impacto de la transición sobre el modelo de licencia, que en el caso de CommVault tiene la peculiaridad de contemplar fórmulas como el pago por capacidad medida en terabytes, por copia o por solución íntegra. Aparentemente, las primeras prevalecen, pero – queda dicho – el autor se tragó la pregunta.

Cada vez que leo algo sobre CommVault, se menciona la dureza de una transición prolongada. No tome a mal si empiezo preguntando a dónde quiere ir la compañía.

Hacemos lo mismo que CommVault ha hecho durante años, pero el mercado cambia, y tenemos que adaptarnos. En eso consiste la transición. Un rasgo característico de CommVault es que, aunque se la suele identificar con el backup en su acepción convencional, en realidad es una plataforma de gestión de datos y muchas cosas que van más allá del backup de toda la vida. Nos estamos moviendo en dirección a una estrategia cloud, como hacen casi todos en el sector TI aunque cada uno en su circunstancia. En la nuestra, lo que estamos haciendo es facilitar a los proveedores de servicios cloud la gestión de la información y los datos que les llegan por parte de sus clientes. A estos, les ayudamos cuando quieren tener una estructura que les permita mover datos a la nube, o entre nubes, o recuperarlos de la nube y aprovechar su bajo coste como sitio de almacenamiento.

Para eso hay que acertar con el movimiento de la demanda .

La demanda hay que generarla, pero tampoco pasarse de la raya… Ahora mismo, la adopción del cloud se está haciendo de tal manera que el cliente no asigna un gran valor a la información que maneja, pero sí mira mucho el coste. Quiero decir que se está demandando mucho backup-as-a-service. En el esquema tradicional, la gente tenía sus servidores, y hacía backup en casa, con discos caros cuya gestión era un fastidio. Por eso, poder mandar los datos a la nube y que otro se ocupe de gestionar el hardware, pagando sencillamente por un servicio, es una tendencia bastante enraizada, y hay empresas que van hacia ese modelo, lo mismo pasa con el archivado. Todos hemos conocido aquellos sistemas de cintas que había que mantener obligadamente pero a la hora de la verdad no se sabía dónde estaba lo que uno necesitaba y no era nada fácil recuperarlo. Esas dos áreas, el backup y el archivado, se están moviendo a la nube: hoy se puede contratar un disaster-recovery-as-a-service, montar un CPD o un datacenter virtual en la nube y, si Dios no lo quiera se me cae el que tengo en casa, podré seguir recibiendo servicio sin rupturas.

¿Cómo funciona el disaster-recovery-as-a-service?

Tiene dos facetas. En una, todos los datos generados se copian en local en el datacenter y automáticamente son enviados a la nube, para que en caso de caída se pueda recibir el mismo servicio en modo cloud o bien recuperar la información – lo segundo no sería propiamente disaster recovery, pero se está haciendo bastante – y me consta que hay proveedores ofreciendo esos servicios.

Ante esa corriente ¿cómo se sitúa CommVault?

Como he dicho, trabajamos tanto con el cliente final como con el proveedor. En este segundo caso, nuestro sistema le permite captar la información, los datos del usuario, y tenerlos indexados, porque si algo nos caracteriza es que el dato se lee una sola vez, se mete en un repositorio virtual indexado y, a partir de ahí, nos da igual lo que se haga con él: se puede enviar a un disco, a una nube o a una cinta, pero sabiendo siempre dónde va a estar. Vale como backup, vale como archivado… el proveedor recibe el dato, lo indexa y lo gestiona. La recuperación es muy sencilla, nada que ver con los sistemas que se usaban hace pocos años… y se siguen usando.

¿Y para el usuario?

Si prefiere un modelo híbrido, o quiere trabajar con distintos proveedores de servicio, pues lo mismo: se indexa el dato y se sabe dónde está; el cliente puede decidir, en función de la criticidad, dónde quiere que esté. Si en algún momento creyera oportuno moverlos de uno a otro proveedor, coge los datos y nuestro sistema le permite hacerlo. Claro que, en la práctica, si lo analizamos bien, los datos realmente críticos, sin los cuales no se podría funcionar, son una parte muy pequeña.

¿Cómo han evolucionado los márgenes entre un modelo y otro? A eso parece deberse el desfase entre ingresos y beneficio.

No me corresponde comentar datos económicos, pero debo recordar que CommVault no nació ayer: lleva muchos años en el mercado, desde 1998. En una primera fase era un proveedor OEM, no tenía ningún trato con el usuario de su software. Desde hace tres o cuatro años, el modelo ha cambiado: sin abandonar el anterior, que sigue siendo importante para el negocio, queremos tener una relación directa con el usuario final; esto ha sido una convulsión para la compañía: hemos tenido que pasar de una tecnología de backup en el sentido más trivial a evolucionar siguiendo las demandas del usuario.

¿Cuáles son esas demandas?

Pasan por la recuperación de información crítica, por normativas de compliance,… y si añadimos la complejidad de la nube, pues es evidente que teníamos que cambiar. Hemos pasado de no tener fuerza de ventas, porque de eso se ocupaba el fabricante de hardware, a adoptar un modelo más complejo. Ha sido un proceso de cuatro años, con mucha inversión, y esto supone que los crecimientos no han sido tan fuertes como nos hubiera gustado y como hubiera gustado a los accionistas. Pero bueno, gracias a que se hizo a tiempo, hoy podemos decir que estamos muy por delante de cualquier competidor en lo que respecta a la adaptación al cloud.

¿Hay muchos competidores? ¿Hay espacio para todos?

El espacio siempre hay que pelearlo. Si la pregunta se refiere al backup – que para mí está prácticamente muerto, porque no da valor al cliente – la verdad es que ahí hay poco que crecer. Todo el mundo tiene un sistema de backup, mejor o peor, y mientras no le ocurra nada gordo no verá la necesidad de cambiarlo. La verdad es que en este segmento nosotros somos relativamente pequeños pero tampoco nos importa serlo.

Veamos el modelo de negocio resultante de esa transición.

Hoy en día, entre el 30 y el 40 por ciento del negocio viene por el modelo OEM. Tenemos relaciones estables con NetApp, Huawei, Hitachi, con Fujitsu,… Luego, nuestro modelo de negocio es siempre indirecto, porque vendemos a través de un canal mayorista o de integradores.

¿En todos los casos?

No necesariamente. Está el modelo que tenemos con NetApp, que cuando vende una máquina incorpora un software nuestro para hacer snapshots de los sistemas, que ellos llaman snap protect pero realmente es de CommVault sólo que embebido en su hardware. Con Hitachi, el acuerdo es que vende todo el sistema nuestro de gestión con un nombre suyo.

¿Y Fujitsu? Le recuerdo que nos conocimos en una presentación conjunta.

Fujitsu integra nuestro software Simpana en un appliance de su familia Eternus. Con esto, las empresas se evitan tener que contar con un servidor adicional para backup. Tal vez recordará que es una combinación para consolidar entornos de protección de datos compuestos por sistemas de distintos proveedores. Y también una solución idónea para backup de datos en delegaciones y filiales, un problema que inquieta a muchas organizaciones.

¿Ha pensado CommVault en vender su propio hardware y embeber su software?

No sé si alguien lo ha pensado, pero una de las banderas que nos gusta ondear es la total independencia del hardware. Somos compatibles con cualquier plataforma de hardware y estamos orgullosos de ello. Sólo presenta ventajas para el cliente: si tiene una máquina de este fabricante y una de este otro, nosotros somos agnósticos.

Entiendo que ha sido necesario un largo período de inversiones para cambiar el modelo de negocio. ¿Se ha terminado y los accionistas ya pueden respirar tranquilos?

[risas] Los accionistas están fuera de mi alcance, pero desde mi perspectiva diría que la adaptación de la compañía a su nuevo modelo de negocio está terminada en un 95%. Básicamente, toda la infraestructura de I+D, la de marketing y las de ventas y soporte han evolucionado en estos años. La última pieza era la imagen de marca, y ya se está ajustando.

A propósito: ¿cómo quiere ser percibida CommVault, ya que rechaza la identificación con el backup convencional?

Queremos ser percibidos como la compañía cuyo software ayuda a las empresas en la protección de sus datos, como la compañía en la que se puede confiar para el traspaso eficiente de los datos desde el modelo clásico a otro virtualizado o a cloud.

¿Algunos sectores verticales son prioritarios en su estrategia en España?

Lo primero que a cualquiera se le ocurre es la banca, ¿no? Obviamente es un vertical importante para nosotros por la criticidad de sus datos y porque no pueden permitirse el lujo de estar parados. Otro ejemplo es el sector de salud: tenemos sistemas para gestionar de manera sencilla radiografías, imágenes computerizadas, etc. que suelen ser un quebradero de cabeza y es un campo en el que casi podría decir que somos pioneros. Ahora mismo, esa experiencia se empieza a aplicar en las petroleras, para las imágenes de prospecciones que hacen hoy y pueden necesitarlas dentro de 10 o 20 años.

¿Trabajan con otro tipo de partners aparte de los que ha nombrado?

Sí, tenemos lo que llamamos partners estratégicos. En esta categoría entran HP, Dimension Data y otros, que funcionan como integradores. Otro es IBM que a la vez es competidor y partner, como lo es HP…

Después de esto, sólo me falta oir que EMC es un partner estratégico…

Pues… sin tener el papel de otros, le sorprendería saber que hacemos proyectos con EMC. Cuando hay que aliarse, nos aliamos.

¿Hay algún rasgo diferencial que destacar del mercado español?

Pienso que el mercado español siempre ha sido bastante inmovilista. En la adopción de cloud, por ejemplo, estamos muy por detrás de los países nórdicos. Encontramos reticencias, resistencia al cambio, y esto no es cosa de la crisis ni de un sector determinado, sino algo que hay que superar.

¿Cree que esa situación está cambiando?

2015 está siendo un año de transición, y ahora que parece haber un poquito de alegría en la economía, veo a las empresas con más voluntad de invertir. Cloud está empezando a tener más tracción: en las empresas de rango medio hay mucho interés en llevar sus datos a la nube pública, y en cuanto a la cloud privada espero que pronto se convierta en un estándar de cómo hacer las cosas.

¿Qué va a pasar con toda la infraestructura de backup que arrastran las empresas?

Hay normativas que cumplir, que no se pueden obviar, y cierto volumen de datos que hay que mantener x años o toda la vida. Lo que es innegable es que cada vez más veremos cómo las empresas invierten menos en lo que es puramente backup y archivado; ahí es donde la nube está dando un servicio fantástico.


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