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  21/12/2011

Jordi Botifoll

Vicepresidente Senior de Cisco Systems

Cisco, el gigante que factura 32.500 millones de euros, se ha visto en la necesidad de una severa dieta de adelgazamiento, con miles de despidos y el abandono de líneas de negocio. Pero ya en el primer trimestre de su año fiscal 2012, el primero de un plan de reestructuración de tres años, las ventas han vuelto a aumentar un 4,7% y espera avanzar otro 7% en el corriente; las órdenes de pedido han subido un 13%, según John Chambers, que preside la compañía desde 1995. Chambers se ha comprometido no sólo a elevar los ingresos, algo obvio, sino también los márgenes. Para lograrlo, ha designado COO a  Gary Moore. Por primera vez, un presunto candidato a suceder al CEO resulta verosímil.

Jordi Botifoll

Jordi Botifoll

El plan trienal indica que las actividades de la compañía se articularán en cinco líneas prioritarias: 1) el negocio tradicional de equipos para telecomunicaciones; 2) colaboración dentro de las empresas (incluyendo telepresencia y comunicaciones unificadas); 3) evolución de los centros de datos, a través de la virtualización y el cloud computing; 4) tecnologías para vídeo, que crecen a ritmos nunca vistos; y 5) arquitecturas subyacente, lo que Cisco denomina red inteligente integrada.

En este contexto, Jordi Botifoll repite entrevista en este blog, con el que ya habló extensamente en septiembre de 2010. A partir del 1 de diciembre, ha sido promovido al rango de senior vicepresident, y a la región mediterránea, que ya dirigía, se ha añadido un bocado importante, el mercado francés.

Después de años de intenso crecimiento, Cisco tropezó bruscamente con un cambio de ciclo y su negocio se frenó ¿Cómo va a salir adelante?

Para empezar, ya estamos saliendo; lo prueban los resultados de los trimestres más recientes. John Chambers pronosticó hace tiempo que el mercado entraba en un período de transición, y esto lo han vivido otras compañías del sector, tanto o más que Cisco. Invertimos 5.500 millones de dólares por año, y estamos siempre pendientes de los signos del mercado. Estamos yendo hacia un entorno más complejo, en el que los márgenes se achican, y esto implica optimizar nuestra organización en torno a cinco grandes áreas de negocio que responden, creemos, a la dirección que lleva el mercado.

Eso está bien, pero creo que se impone una reflexión sobre la retirada del mercado de consumo, por el que Cisco había apostado tan fuerte ¿Aquello fue un error?

Al contrario, fue un acierto. Invertimos unos esfuerzos que nos han dejado conocimiento. Hoy sabemos que al mercado de consumo se puede acceder a través de esas cinco áreas prioritarias, mediante partners; no vamos a seguir desarrollando equipos de consumo porque esta es una demanda que está muy bien atendida por otros. Y repito, en los últimos meses estamos viendo los frutos de las decisiones tomadas.

Hablemos de su reciente promoción dentro de la compañía […]

La compañía me ha nombrado senior VP, una categoría de rango mundial. En este momento, tengo la responsabilidad sobre el sur de Europa y toda el área mediterránea. Lo considero un reconocimiento a una trayectoria profesional, y a todo el equipo que me acompaña. Pese a que la situación económica en la región es difícil, los resultados han sido buenos, y esto ha sido tomado en consideración por la compañía. Realmente, la novedad es que a mi geografía anterior se añade Francia, uno de los grandes mercados europeos.

EMEA representa, creo recordar, el 26% de los ingresos de Cisco. Pero en este momento, cuatro de los países a su cargo (España, Portugal, Italia y Grecia) están en una crisis profunda, y no se puede decir que Francia esté boyante. ¿Cree que es inevitable una Europa con dos velocidades?

En realidad, hace mucho que tenemos una Europa de dos velocidades, pero cuando todo iba bien nadie se lo planteaba. Los índices del World Economic Forum demuestran que esos cuatro países están a una distancia significativa en los principales factores de competitividad, no ahora sino desde hace años. Grecia está en el puesto 82º, Italia en el 46º, España en el 46º y Francia, el más avanzado del grupo meridional, en el 22º. Entonces, veamos ¿cuál es nuestro rol, como proveedores de tecnología? Ayudar a que los negocios sean más competitivos. ¿Y cuáles son los ejes en torno a los cuales en estos países se puede crear una nueva industria? Aquellos que puedan crear nuevos motores económicos y sociales, y que además sean sostenibles.

¿Está hablando de países o de tecnologías?

Hablo de tecnologías emergentes que los países del sur de Europa podemos aprovechar. Hace 30 años, la automoción creó industrias auxiliares, una serie de empresas que se globalizaron. ¿Cuáles son los temas de hoy? La energía, la sostenibilidad, ahí están los yacimientos de crecimiento futuro, pero hay que tomar decisiones ahora. Le daré un ejemplo sobre nuestros países del sur; el móvil es un fenómeno masivo, sin duda alguna, pero la movilidad como concepto más amplio está todavía por desarrollarse. La seguridad es otro elemento que permite crear ecosistemas innovadores […] lo mismo diría de la sanidad y la educación. Creemos que el gran aglutinador de todos ellos es la ciudad inteligente.

¿Por dónde se empieza?

Redefiniendo la ciudad en sí misma, desarrollando una plataforma abierta que facilite la gestión integrada de las infraestructuras […], esta es auténticamente una nueva industria, susceptible de crear una economía más competitiva. Estamos hablando de cien ciudades en los países emergentes, pero también de la regeneración de las ciudades del mundo desarrollado. Y entre ellas, Barcelona tiene unos ingredientes muy interesantes.

En febrero, John Chambers vino a Barcelona a firmar un acuerdo con el Ayuntamiento ¿En qué se ha concretado?

Ya tenemos resultados tangibles de la primera fase en el centro de desarrollo instalado en el 22@. Y acabamos de anunciar con el Ayuntamiento el proyecto de Smart City Campus, que Cisco ha impulsado pero en el que hay otros socios muy relevantes, como Abertis, Agbar, Schneider y Telefónica.

¿Cuáles son esos resultados tangibles?

Desde febrero, se ha desarrollado una solución que tiene dos objetivos centrales: 1) integrar en una sola plataforma distintos dispositivos municipales existentes (cámaras, sensores, unidades móviles) que en la actualidad funcionan sobre redes independientes, y 2) estimar las mejoras en la respuesta a incidencias, gracias a la calidad de la información que permite tomar decisiones y ahorrar costes operativos. El otro fruto es la iniciativa de elaborar, junto con el Ayuntamiento y en alianzas con universidades, un City Protocol, que definirá los parámetros para la transformación de las ciudades fusionando urbanismo, ecología y tecnologías de la información.

¿Qué diferencias hay entre el planteamiento de Cisco y el de otras grandes compañías que también predican la ciudad inteligente”.

En la visión de Cisco, el elemento central de una ciudad inteligente es la red. Sólo la red permite optimizar los procesos, da homogeneidad a las tecnologías para que los servicios sean más rentables y más eficaces, con ahorros estimados en el 25/30%. La red permite hacer un uso inteligente de la energía y con ahorro energético todos los costes bajan.

¿Y qué relación hay con las cinco prioridades del plan de Cisco?

Para que esa red sea efectiva, tiene que basarse en unas arquitecturas que permitan la escalabilidad y el acceso en cualquier momento a cualquier dispositivo, facilitando la seguridad y la estabilidad adecuada.

¿Cómo se relacionan con la apuesta de Cisco por el concepto de Smart Grid?

Estamos desarrollando productos y servicios alrededor de ese concepto; tenemos acuerdos con importantes compañías eléctricas, porque es muy importante dotar de inteligencia a la red de distribución, y esto se hace a través de las TIC. La inteligencia de red implicará ahorros de energía, pero también la automatización de edificios, incorporando sensores que recojan datos y tomen decisiones sobre el consumo de energía. Imaginemos una ciudad con millones de sensores, millones de smart devices, todo en un entorno IT, con una plataforma capaz de interpretar esa masa de información.

¿Qué influencia tiene su región en estos planes de Cisco?

Smart City es uno de los pilares estratégicos de la compañía, y en el caso de mi geografía tenemos proyectos muy bien valorados, en Barcelona y en Milán. Son diferentes pero concomitantes.

¿No cree que los recortes de gasto público pueden afectar la puesta en marcha de estas iniciativas?

No lo creo. Ciertamente, hoy las administraciones tienen un problema muy grave de capex [inversión de capital] pero a lo que deberíamos prestar atención es a la reducción del opex [costes operativos]. Yo diría que, en el estado actual de cosas, de lo que se trata es de mantener el opex bueno y recortar el opex malo. En esta línea, me parece obvio decirlo, la tecnología tiene un gran papel que jugar.


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