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  3/07/2015

No hay quien pueda con Amazon. Quizás Azure

´Intratable` es un adjetivo que suele usar la prensa deportiva cuando un competidor marca una distancia insalvable con sus rivales. Es apropiado decir que Amazon Web Services (en adelante AWS) es el líder ´intratable` de la nube pública en su acepción de Infraestructura como Servicio?. El informe anual de Gartner no deja lugar a dudas: AWS sólo tiene un perseguidor relativamente peligroso, Microsoft Azure. El resto de los aspirantes – entre ellos Google Compute Engine – no son una amenaza. Según Gartner, el mercado IaaS alcanzará este año un valor de 16.500 millones de dólares, un incremento del 37,8% con respecto a 2014, y hasta 2019 se espera que crezca a una media del 29,1% anual.

Un líder claro (Amazon), un challenger (Microsoft) y un largo pelotón. Este es el paisaje que Gartner encierra en su cuadrante mágico que analiza el mercado IaaS. Sin embargo, Lydia Leong, la analista que suscribe el informe, afirma que este mercado se encuentra «en estado de agitación» y no ahorra adjetivos: «dinámica brutalmente competitiva», escribe. 2014 ha sido el año de la verdad para los proveedores de cloud IaaS, y el año en que el crecimiento de cargas de trabajo en infraestructuras públicas superó al de las cargas on-premise.

Una encuesta mencionada en el informe indica que el 83% de los CIO considera IaaS como una opción viable, pero sólo el 10% se decantan como adalides del modelo ´cloud-first`, haciendo de IaaS su opción favorita. Prácticamente todos los casos considerados se alojan en servidores virtualizados x86, y aunque los entornos de desarrollo y test siguen teniendo protagonismo, un creciente número de organizaciones ejecutan aplicaciones críticas en nubes de tipo IaaS.

«Cloud IaaS no es una commodity – razona la analista Leong – y los proveedores difieren en características rendimiento, costes y modelos contractuales […] verdaderamente, no debe entenderse como una forma de alquiler de hardware sino como un datacenter ofrecido como servicio»

La evolución estratégica de los proveedores es notable con respecto al cuadrante de 2014. Muchos se han convencido de la necesidad de cambiar de estrategia. Unos tienen intención de lanzar nuevas plataformas, otros optan por cambiar la actual, y hay quienes intentan salirse sin confesarlo.

Todo se debe a que la cuota de mercado está concentrada en manos de unos pocos. Gartner no desglosa datos, porque los proveedores ocultan su cifra de negocio cloud o la presentan mezclando churras con merinas. Por primera vez al cerrar el primer trimestre, Amazon desveló que su división Web Services había generado ingresos por 1.570 millones de dólares, lo que ha llevado a un cálculo elemental: en 2015 facturaría algo así como 6.000 millones. Los rivales que se quejaban del secretismo de Amazon, no han presentado hasta ahora cifras que permitan establecer un ranking.

Otra manera de verlo es que la gran mayoría de las cargas de trabajo que se ejecutan en una red pública se reparte entre tres plataformas: AWS, Azure y Google Compute Engine. Con la salvedad de que las dos primeras se clasifican como líderes y la tercera no va más allá de visionaria.

El cuadrante mágico de Gartner – una de las fórmulas de marketing más astutas que se hayan inventado en este sector – clasifica a los proveedores en función de dos criterios: capacidad de ejecución (eje Y) e integridad de visión (eje X), dando como resultado cuatro categorías: actores de nicho (bajos en ambos criterios), visionarios (visión completa pero cortos de ejecución), challengers (buena ejecución pero con visión insuficiente) y líderes (que sobresalen en los dos criterios de base).

Como se ha dicho, hay dos líderes (AWS y Azure) pero inusualmente, de los 15 proveedores evaluados este año, ninguno tuvo cabida en el cuadrante de challengers; el resto se reparten entre visionarios y actores de nicho.

Entre todos, AWS obtiene la mejor calificación tanto en capacidad de ejecución con en visión: según Gartner, tiene 10 veces más capacidad de cálculo que los otros 14 combinados. Aunque, añade la consultora, está empezando a enfrentarse a una competencia más seria por parte de Azure y Google, su ventaja competitiva se estima en dos años con el ditirambo de ser «extraordinariamente innovador, excepcionalmente ágil y muy sensible al mercado». Ahí es nada. La contrapartida es una estructura de precios confusa y opaca, que lleva a muchos de sus usuarios a refugiarse en herramientas de terceros para gestionar los costes y los despliegues.

También líder, pero menos, es la posición que Gartner confiere a Microsoft, cuya nube pública ha estado creciendo más rápido que cualquier otra oferta IaaS. Se ha afianzado hasta el punto de que, descontando AWS, tiene el doble de la capacidad de cómputo realmente utilizada por los clientes que los 13 proveedores restantes. Además, puntualiza el informe, «tiene una hoja de ruta muy agresiva». Hay una observación de Gartner que ensombrece los elogios: recomienda que de las aplicaciones críticas que confíen a Azure, los clientes hagan copias de seguridad para recuperación no residentes, debido a las interrupciones de servicio que aún padece. Pero, todo hay que decirlo, Gartner considera que la oferta de Azure es muy convincente: se integra estrechamente con sus herramientas de gestión.

El primero de los visionarios es Google. A diferencia de los anteriores, esto la sitúa en la mitad inferior del cuadrante mágico, por lo que debería hacer progresos si quiere entrar a formar parte de los lideres, siguiendo criterios de Gartner. Según el informe, Compute Engine carece todavía de ciertas características importantes para las empresas que buscan migrar a la nube cargas existentes on-premise.

De los grandes nombres de la industria, puede sorprender que IBM reciba el calificativo de visionario. «Sus ventajas se arraigan en una amplia cartera de servicios públicos, privados y gestionados, pero el enfoque híbrido reposa sobre SoftLayer, empresa adquirida hace dos años», IBM cree – se lee en el documento – que la nube transformará radicalmente su modelo de negocio, modificará su estrategia go-to-market y generalizará la contratación online y el autoservicio. Sin embargo, y pese a la inversión de los dos últimos años para dotarse de una capacidad dimensionada a sus ambiciones, Gartner advierte que «IBM ha hecho poco para mejorar la adquisición de SoftLayer, limitándose a posicionarla como oferta PaaS.

En la trama del cuadrante mágico aparecen algunas empresas que no son conocidas en el mercado español. Por ejemplo, CenturyLink, Interoute o Verizon Terremark, que aparecen dispersas como visionarias o actores de nicho. Pero también aparece el nombre de Rackspace, que tras ser pionera con una oferta de «nube privada industrializada» se ha quedado constreñida a su nicho. En ocasiones se ha dicho que Rackspace era candidata a ser absorbida por algún competidor más musculoso.

A los lectores de este blog les sonará el nombre de Joyent, un proveedor californiano con el que Telefónica hizo sus pinitos en la nube pública, y que recibe de Gartner esta descripción no se sabe si crítica o halagüeña: «innovador, perenne competidor de nicho, limitado por la sombra de los grandes». Desde el punto de vista tecnológico, Joyent presenta interés por ser uno de los promotores de la tecnología de contenedores, ahora en boga, por lo que Gartner apostilla que tiene «un enfoque purista en nuevas aplicaciones nativas de cloud, particularmente si son móviles».

Una empresa que era visionaria en 2012 ha pasado a ser competidor de nicho en 2015: Virtustream, que según el informe de Gartner «ha tenido éxito en la captación de contratos de gran escala centrados en el entorno SAP que requieren capacidades de consultoría asociada al servicio». Lo que no contemplaba el informe es que a finales de mayo Virtustream sería adquirida por EMC.

En un plano análogo se sitúa Dimension Data, parte del grupo NTT, cuya principal característica sería el modelo de canal, que le permite a la vez ser parte del dispositivo global Intercloud, de Cisco, como suministrar un servicio de marca blanca a proveedores locales de menor entidad. Ya que se menciona a NTT, el conglomerado japonés ocupa en el cuadrante una posición de competidor de nicho, y Garner avisa de que «ha hecho poco por diferenciarse de otras ofertas; tiene rasgos que puede atraer a los desarrolladores, pero no a otros clientes». Si el informe está en lo cierto, NTT prepara la evolución de su plataforma IaaS en torno a OpenStack,

Un caso singular es CSC, que en dos años ha pasado de compartir el cuadrante de líderes con AWS a caer a visionaria y, en 2015, moverse horizontalmente a una posición de nicho. Según Gartner, la estrategia de CSC «pivota hacia un modelo de broker que permite a sus clientes manejar múltiples clouds, incluídas AWS y Azure.

Dos nombres con solera aparecen en el cuadrante mágico de 2015: VMware y Fujitsu. Otros dos brillan por su ausencia: Oracle y HP. De VMware, dice el informe que con el lanzamiento de su servicio vCloud Air ha cruzado este año la frontera de nicho a visionaria este año. Su inclusión en el ranking de IaaS obedece, según los autores, no tanto a su modelo de negocio cuanto a la inercia que arrastra por liderazgo en la virtualización. No obstante, se hace notar: «desafortunadamente, vCloud Air tiene atractivo limitado para los que toman decisiones relativas a la contratación de IaaS». Como contrapeso a la crítica, Gartner ofrece un elogio a «la calidad del canal y la proximidad entre VMware y los service providers«.

De Fujitsu, dice el informe de Gartner que «tiene una larga historia en los servicios TI y el outsourcing de centros de datos, tanto en Asia como en Europa», que dispone de una fuera de ventas global y de una base cautiva de clientes a los que vender servicios cloud. En definitiva, la compañía estaría teniendo «cierto éxito en convertir sus relaciones existentes en su propio modelo IaaS».

La omisión de HP en este panorama parece obedecer a cierta confusión en el discurso de la compañía acerca de su estrategia cloud. Al parecer, aunque tiene otros deberes entre manos, HP sigue trabajando en su oferta de cloud pública, pero sin interés en promoverla más allá de soluciones híbridas. Algo más o menos así puede explicar que Oracle no sea siquiera mencionada en los textos que acompañan el cuadrante.


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