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  5/03/2021

Nutanix: la nube híbrida progresa adecuadamente

La narrativa dominante en el sector de las tecnologías de la información afirma que el coronavirus habría tenido al menos una virtud entre tanto daño: la de acelerar la transformación digital y en particular la adopción por las empresas del modelo cloud. Si tantos lo dicen, puede que sea cierto. De confirmarlo se ocupa un estudio que ha promovido Nutanix, ya en su tercera edición anual, según el cual la nube híbrida es reconocida como el modelo operativo ideal por el 86% de las empresas consultadas. Pero lo que más importa es que, durante 2020, un 46% de 3.400 responsables TI han incrementado sus inversiones en esa modalidad de prestaciones, bajo la presión de una crisis inesperada.

Al presentar la versión española del estudio, cuya autoría corresponde a los analistas de Vanson Bourne, el director general de la filial de Nutanix, Iván Menéndez destacó que “el 81% de las empresas españolas ya considera las TI como un elemento estratégico de su negocio”, aunque apuntó que la nube pública aún lleva la delantera en un 57% de los casos, mientras la nube híbrida no pasa del 32%.

En su exposición, Menéndez dio relieve a la experiencia del Ministerio de Seguridad Social a raíz de la pandemia. Llevaba dos o tres años – dijo – barajando la puesta en marcha de un proyecto en la nube que permitiría el teletrabajo de parte de sus empleados; pero la pasada primavera tomó la decisión y “en poco más de una semana, tenía unos 3.000 funcionarios trabajando desde sus casas, con una solución equipada urgentemente por Nutanix”.

El estudio viene a recordar que, globalmente, los dos grandes desafíos que la pandemia supuso para los directivos consultados han sido, primero, la a necesidad de garantizar que sus trabajadores puedan acceder a las aplicaciones y datos de forma segura (51%) y, segundo, proporcionarles soporte tecnológico (50%). Como resultado de las actuaciones durante esa fase, el 44% de sus empleados están teletrabajando. No sorprende, por lo tanto, que de cara a los próximos doce a dieciocho meses, la mitad de esas organizaciones se hayan marcado como prioridad la mejora urgente de sus infraestructuras de TI y específicamente un 47% dotarse de capacidad para el trabajo remoto.

A pesar del comprensible entusiasmo por la nube híbrida que destila con prolijidad, el documento no oculta que el porcentaje mundial de empresas que la han implantado desde la primera edición ha descendido. Si en 2018 la proporción se situaba en el 18%, al año siguiente cayó al 13% y en 2020 se quedó en el 12%. Por cierto, la perspectiva a un año de plazo tampoco es optimista, ya que sólo contempla subir dos puntos porcentuales sobre 2019.

Algo muy diferente ocurre en España, según Menéndez: un 47% espera tener implantado un modelo híbrido o multicloud en los próximos cinco años, lo que supondría un crecimiento agregado del 34%.

Admite Nutanix que el modelo de nube híbrida aún no está generalizado, pero es el único modelo que crecerá en el próximo lustro. El informe sostiene que la mayoría de las empresas dicen encontrarse en un proceso de transición, con un 12% de las organizaciones encuestadas que ya disponen de entornos híbridos.

Uno de los problemas que están limitando la adopción de la nube híbrida, o afectando la capacidad de medir su crecimiento, es la incoherencia en las definiciones usuales. En general – diagnostican los autores – están siendo impulsadas por ofertas que tratan de llevar la infraestructura de las nubes públicas a las instalaciones de una nube privada o bien amplían la pila de software de la nube privada a un servicio de nube pública. Esto tiene, a la postre, un efecto nocivo, al provocar dudas acerca de cómo decantarse ante una amalgama deficientemente comprendida.

Varios proveedores de infraestructura como servicio (IaaS) han anunciado opciones para ejecutar sus instancias en un datacenter privado; aunque rechaza la palabra, Amazon Web Services tiene su peculiar noción de lo que debería ser la hibridez. AWS Outposts – recuerda didácticamente el estudio – “se dedica a casos de uso on-premise y requiere que los clientes utilicen hardware proporcionado por la propia AWS, lo que esencialmente excluye escenarios multicloud y el uso de hardware propiedad del cliente.

Google Cloud Platform no es ajena a este movimiento al proponer Anthos en un cierto paralelismo con Azure Arc, la oferta presentada por Microsoft, ambas basadas en contenedores para ejecutar cargas de trabajo indistintamente en sus propias plataformas cloud o en la de un competidor como también en un datacenter privado.

Según dice el informe, “estos nuevos modelos no se limitan a proveedores tradicionales de nubes públicas. Además, algunos proveedores de software HCI y de nube privada han empezado a ampliar su tecnología on-premise a las nubes públicas AWS, Azure y GCP, así como a sus propios servicios de nube pública construidos con fines específicos. Estas ofertas permiten que la estructura de TI pueda tomar decisiones sobre si ejecutar entornos híbridos heterogéneos (distintas tecnologías de nube en diferentes nubes) o entornos híbridos homogéneos (la misma tecnología de nube en diferentes nubes), entre otros.

En la práctica, la mayoría de las organizaciones españolas se configuran como modelos mixtos – no híbridos – con nubes privadas sin integrar, que serán la norma durante 2021 y, en un horizonte a tres o cinco años, alcanzarán una proporción del 48%.

Para entonces, apuntó Iván Menéndez, las instalaciones puramente on-premise serán marginales, estimándose en un 2% de total. De hecho, casi dos terceras partes de las empresas consultadas (65%) afirman estar ejecutando más aplicaciones en nubes privadas y públicas este año que en 2019. Lo que significa que han emprendido el camino hacia la nube híbrida: un 26% ya combina nubes pública y privada con la capacidad instalada de su datacenter clásico. A medida que se integren los diferentes niveles, irán abrazando la hibridación, concluye.

Durante esta transición, la infraestructura hiperconvergente (HCI), que es el oficio primario de Nutanix, apunta a desempeñar un rol protagonista: el 72% de la muestra ya ha implementado HCI o tiene pensado hacerlo. La relación entre este concepto y el de hibridez parece obvia a Menéndez, si bien reconoce que España va un tanto rezagada, ya que sólo el 33% ha desplegado o está en proceso de desplegar alguna infraestructura de este tipo; como compensación, el 48% piensa acometerla en los próximos dos años.

Es muy de destacar cómo la reducción de costes se ha quedado atrás como motivación para impulsar la migración a la nube: en la actualidad, sólo el 27% de la muestra la señala como factor único o principal. “Esta circunstancia es aún más acusada en España – puntualiza Menéndez – ya que baja al 13% en la lista de factores: de lejos, lo que más valoran las respuestas es la flexibilidad (60%) y la agilidad (56%).

Puesta en el contexto global, la flexibilidad sirve para dar mejor respuesta a los requisitos empresariales (55%), mejorar la atención a los clientes y empleados (46%) o tener mejor protegidos los datos (40%). De hecho, en relación a este último punto, un 89% de los encuestados responde que los tres grandes retos para sus infraestructuras son, en este orden, seguridad, privacidad y cumplimiento normativo.

Los compiladores del índice admiten que la migración no es un proceso sencillo: a las organizaciones más antiguas se les atraganta al verse lastradas por sus sistemas antiguos. Con todo, el legacy no es el único freno que encuentran los partidarios de la nube híbrida. Entre otros obstáculos, Nutanix identifica la falta de madurez de las herramientas de gestión. Algo ha empezado a cambiar, no obstante, por lo que se espera notar pronto sus efectos en el mercado.

Otro lastre previsible es la insuficiencia de personal cualificado. Hasta el punto de que un 37% de las organizaciones admite carecer de las habilidades para gestionar (sólo un punto menos en el mercado español). Faltan normas, el uso de las herramientas es complejo y aprender Azure no habilita para trasladar ese conocimiento a AWS, por ejemplo. Así las cosas, el 85% de las empresas están invirtieno en la formación de sus equipos para trabajar en entornos cloud, una habilidad que desde luego no se adquiere por bautismo.

Tomar decisiones sobre la suscripción a una nube u otra tiene carácter más estratégico de lo que se supone, dado que la diversidad de oferta es mucho mayor que la aparente opción entre tres grandes proveedores.

Completando el listado de obstáculos, aparece en escena la disparidad de legislaciones, un asunto que sigue sirviendo de arma arrojadiza. Las reglas sobre privacidad condicionan dónde almacenar los datos. No es que sea un problema per se, pero se presenta como la causa por la cual casi tres cuartas partes (73%) de las empresas han devuelto aplicaciones y datos desde la nube a su propio entorno on-premise: el 22% reconoce haberlo hecho con cinco o más aplicaciones.

[informe de David Bollero]


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