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  8/04/2016

A Intel, la nubosidad le abre el apetito

El Data Center Group representa un 28,8% de los ingresos de Intel, pero el 56% de su beneficio operativo. Dos cifras que bastan para expresar su relevancia en la estructura de la compañía. Una parte es generada por las compras de grandes proveedores de servicios cloud. Se sabe, porque se ha dicho en el reciente Cloud Day, que en 2015 esos grandes clientes – que internamente llaman super seven, adivine el lector sus nombres, han actualizado masivamente sus servidores con máquinas de más prestaciones. Usan chips de Intel, pero algunos empiezan a considerar arquitecturas alternativas y diseños propios, de manera que la cuota de mercado de Intel, en torno al 90%, podría verse amenazada.

Diane Bryant

Diane Bryant

Es una de las razones por las que Intel presta tanta atención al auge de los servicios cloud. Según Gartner, 2015 se cerró con un incremento del 9,9% en las ventas de servidores. «Como cualquier vendedor de hardware – dice el analista Brian Gracely – Intel teme que el número de sus clientes se reduzca, y estos adquieran una capacidad de presión sobre los precios que nunca han tenido otras empresas usuarias de servidores basados en su arquitectura.

No le faltan motivos de inquietud. Ha trascendido que Google [uno de los super seven] y Rackspace trabajan junto con Qualcomm para atacar el abrumador dominio de Intel en los chips para servidores, desarrollando una alternativa con arquitectura ARM. Hasta dónde puedan llegar es otra historia, pero como síntoma no puede ser ignorado.

Diane Bryant, vicepresidenta senior de Intel y directora general del Data Center Group, proclama sin dudar que «la nube es el concepto más disruptivo de la actualidad». Pero, al mismo tiempo, reconoce que para facilitar la adopción masiva de ´la nube`, tendrán que suprimirse las barreras existentes, que a su juicio provienen ante todo de la fragmentación de las soluciones, la carencia de prestaciones clave – que sí existen on premise – y la complejidad de los despliegues en empresas.

Nadie puede derribar esas barreras sólo con sus fuerzas, es la humilde tesis de Bryant. Por esta razón, Intel se ha asociado con una panoplia de proveedores de sistemas y soluciones, para tejer un entramado de desarrolladores, arquitecturas de referencia y programas que integran prestaciones múltiples. El objetivo es conseguir que la informática cloud sea mucho más rápida y más segura, que en ella se consoliden estándares aceptados por la mayoría de los integradores. Esta suma de factores conformaría lo que sería una Software Defined Infrastructure (SDI) optimizada.

Hasta aquí el contenido de la iniciativa Cloud for All, ya conocida a grandes rasgos. Pero, como en todo centro de datos, ya se encuentre en un sótano o en las nubes. hay siempre servidores, Intel tiene que renovar su línea de productos para esa clientela tan peculiar y extender el concepto a los que no forman parte de la élite. «Vivimos en un mundo multicloud», sintetizó Bryant. Vender piezas de silicio a los datacenter es vital para Intel, ante la decadencia del mercado de PC. Según ella, tiene identificadas unas 50 compañías cuyos servicios cloud están creciendo tanto o más que los de los super seven. Entre ellas nombró tres: Naver (el principal buscador de Corea), Flipkart (líder del comercio electrónico en India) y Swisscom. «No es fácil poner en marcha una nube – dijo Bryant – pero hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que sea fácil».

Con esa finalidad, la compañía ha presentado simultáneamente la semana pasada, los nuevos miembros de su familia de procesadores Xeon y discos de estado sólido (SSD) fabricados con una memoria NAND tridimensional más densa.

Los nuevos Xeon ES-2600n v4, adscrptos a la estirpe Broadwell, contienen – según las especificaciones publicadas – hasta un 20% más de núcleos y de memoria caché que la generación anterior, soportan una memoria interna más rápida y, lo que es significativo para algunas aplicaciones, elevan un 70% el rendimiento. Por otro lado, los SSD proporcionan una entrada y salida de datos mucho más rápida y fiable, gracias al interfaz PCIe y al protocolo NVMe.

La familia Xeon ES-2600 v4 está diseñada para servidores con dos zócalos, de las mismas dimensiones que los v3 hasta ahora vigentes: tienen la misma arquitectura aunque se fabrican con procesos de 14 nanómetros en lugar de los 22 nm, lo que significa que en la cadencia industrial que Intel ha abandonado recientemente, corresponderían a la fase tick [hay que tener en cuenta que los procesadores para servidores se retrasan típicamente un año con respecto a los de sobremesa o portátiles]. Es una familia muy amplia, por cierto, con hasta 27 configuraciones distintas, de [4 y 22 núcleos, y distintas frecuencias de funcionamiento. Su precio también varía en una gama que va desde 213 hasta 4.115 dólares para pedidos de 1.000 unidades. La decisión de mantener las dimensiones de los zócalos creados para la arquitectura Haswell es una facilidad para que los fabricantes de servidores puedan acomodarse a las necesidades de los clientes sin hacer nuevas inversiones en placas y hardware asociado. Pero esta situación seguramente cambiará cuando se presenten los Xeon EX, hacia finales de este año.

Un importante avance de los nuevos Xeon es la tecnología Resource Directory, que acelera la virtualización al atribuir más o menos memoria interna a cada una de las dos máquinas virtuales, según sea la prioridad de las aplicaciones. Antes, cada máquina virtual tenía asignada una capacidad fija de memoria interna, ahora a las aplicaciones de primera prioridad se les asigna dinámicamente más memoria, con los que la ejecución es más rápida.

Por lo anterior, la nueva tecnología de los Xeon v4 proporciona niveles de servicio superiores y la posibilidad de migrar hacia una infraestructura SSD totalmente automatizada. Otra de sus ventajas es la seguridad que resulta del funcionamiento cifrado: añade varias capas de seguridad a nivel del hardware para proteger los datos y aislarlos de la carga de trabajo. Según la literatura publicada por Intel, así se consigue hasta un 70% más de rendimiento por núcleo en determinados algoritmos cifrados. Asimismo, los procesadores generan de modo aleatorio claves de seguridad en el software, con lo que el conjunto resulta mucho más fiable.

Más de veinte fabricantes de servidores – entre ellos HPE, Lenovo, Fujitsu y Supermicro – se han apresurado a presentar sus máquinas basadas en procesadores Xeon ES-2600 v4.

Esto en lo que se refiere a los productos presentados la semana pasada, pero Bryant tuvo a bien subrayar que no es una estrategia de productos. Para acelerar la adopción del cloud por miles de empresas que hasta ahora se mantienen al margen, pero podrían conformar nubes privadas e híbridas, es necesario contar con un ´ecosistema` formado por líderes de la industria. Su papel será la creación de soluciones de despliegue sencillo y que sean accesibles para una gran variedad de organizaciones.

Explícitamente, la orientación de Intel lleva a facilitar la existencia de proveedores de servicios cloud pequeños y competitivos, e incluso por dar a compañías y particulares la oportunidad de crear sus propias nubes.

Uno de los varios rasgos originales de lo anunciado durante el Cloud Day ha sido la alianza con dos pequeñas compañías de software abierto, Mirantis y CoreOS. La primera trabaja con una versión de OpenStack que controla los recursos del centro de datos, mientras que CoreOS distribuye su variante del contenedor Kubernettes. En palabras de Bryant, estas dos alianzas [¿quién haría ascos a trabajar con Intel?] hará más fácil que las empresas puedan trabajar con múltiples proveedores de cloud y con sus propios centros de datos, sin necesidad de decantarse por un entorno exclusivo.

Por otro lado, para echar una mano a las empresas preocupadas por cómo gestionar una nube, Intel ha llegado a un acuerdo con VMware, ineludible suministrador de software para datacenter, por el que ambas crearán ´centros de excelencia` conjuntos para resolver los problemas que se presenten a las empresas usuarias. Con el mismo interés de ensanchar su alcance – esta es, al fin y al cabo, la inspiración de la estrategia – Intel ha movido los hilos para impulsar la Cloud Native Computing Foundation, que se dedicará a desarrollar aplicaciones nativas para nubes empresariales. La lista de sus miembros es ciertamente impresionante

La expectativa de Intel sobre la proliferación de nubes privadas e híbridas en los años venideros es alta. Apoyándose en datos de IDC, la compañía ha calculado que la facturación de software para infraestructuras cloud se triplicará en un quinquenio, con un crecimiento anual medio del 27%.

[informe de Lluís Alonso]


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