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  10/05/2010

Félix García

LTE Project Leader. Alcatel Lucent

Las redes móviles de cuarta generación, basadas en tecnologías que se cobijan bajo el nombre Long Term Evolution (LTE), son una respuesta al incremento de tráfico de datos por las redes 3G, amenazadas de saturación. Se suceden las noticias sobre contratos, proyectos, pruebas piloto y (algún) despliegues, signos de una aceleración no prevista. Sobre LTE se ha puesto el foco en la competición entre los cinco suministradores globales de infraestructura de redes. Algunos han pasado por esta sección, y otros vendrán. Es la ocasión de dialogar con Félix García, quien dentro de Alcatel-Lucent se ocupa de coordinar los proyectos LTE con Telefónica y sus filiales latinoamericanas.

Félix García

Félix García

¿Cuál es el estadio de desarrollo real de LTE, a la vista de tantos proyectos?

Hasta comienzos de 2009, se trabajaba mucho en estandarización, en protocolos, etcétera, pero los operadores no veían la necesidad de avanzar hacia la LTE. Pero luego ha habido una secuencia de hitos. Primero, en Estados Unidos, Verizon anunció su intención de comenzar este año. Entonces, operadores europeos que se habían tomado al pie de la letra lo de long term, empezaron a preguntar a Alcatel-Lucent, por entonces la única compañía que estaba en todos los dominios de LTE: el acceso, el core y también en IMS. Ahí empezó el cambio, cuando algunos temieron quedarse atrás en la carrera.

Hasta ahí, era una disyuntiva más tecnológica que de servicio […]

En perspectiva, les interesaba como negocio posible, pero la miraban tomando distancia, sin prisa. El hito más importante, y en mi opinión decisivo, se produjo cuando, a mediados del año pasado, empezaron a notar problemas de saturación en sus redes. Los smartphones, sobre todo desde el iPhone, y el auge de los dispositivos con modem USB, provocaron que muchas celdas de las estaciones base colapsaran, y esto abrió una reflexión acerca de la capacidad de crecimiento de las redes. Las redes 3G tienen un crecimiento posible más limitado que LTE. Con lo que, seguir invirtiendo en 3G no garantizaba que la capacidad fuera suficiente y, por otra parte, en muchos casos no sería rentable. Fue entonces cuando empezaron a analizarse las posibilidades de LTE para absorber tráfico, no sólo en bajada sino en acceso, en la subida, que es donde la 3G está más limitada […] Realmente, no fue hasta principios de 2010 cuando los grandes operadores se pusieron a analizar el estado de la tecnología y de los suministradores, con el fin de programar despliegues, tímidos hasta ahora.

¿Qué papel tiene Alcatel-Lucent en este proceso?

En su día, la compañía hizo una apuesta muy clara; ahora mismo, estamos en una veintena de trials, tanto en Europa como en el resto del mundo. Algunos son públicos, como en el caso de Telefónica, pero otros clientes prefieren ser reservados al respecto.

Rebobinando, LTE ¿para qué?

Este es el punto para mí más importante, el menos tecnológico. LTE supone un cambio de negocio: ya no vamos a un terminal por usuario, sino a muchos dispositivos conectados a la red. Desde el principio, pensamos en LTE como un ecosistema, para que los desarrolladores de terminales y de dispositivos puedan tener acceso a redes LTE con todo el apoyo. Es decir que no hacemos nada que sea exclusivo para Alcatel-Lucent: lo que funciona con nuestra red, debe funcionar con la de nuestro competidor; nuestros productos tienen que hablar con los de otros suministradores, con los que van a compartir la red. En la práctica, en los procesos de selección que conozco, los operadores nos preguntan por la compatibilidad entre fabricantes.

La compartición de infraestructuras se postula como una solución a ciertos problemas de capacidad; ¿podría ser un freno para LTE?

No veo por qué. Independientemente de la topología de red y de la optimización de capacidad, no deja de tratarse de un acceso inalámbrico que requiere unas estaciones base. En aquellos lugares donde es muy costoso competir en capacidad o en cobertura, como en el medio rural, los operadores pueden optar por la compartición. En lo que concierne a LTE, permite -igual que la 3G – compartir no sólo el emplazamiento y la torre, sino también las antenas y las estaciones base, para dar servicio a varios operadores. De modo que los operadores compiten en el mercado por otros factores de calidad, pero no por la cobertura.

¿Y en las grandes ciudades?

En aquellas que tienen alta densidad de población, la saturación es un hecho, y ya se sabe que la calidad de la experiencia del usuario es un diferenciador; esto es lo que se plantean los operadores: diferenciarse de su competencia. Ahí es donde LTE trae un concepto nuevo, las celdas pequeñas: no hacer un despliegue macro con antenas en los edificios sino un tipo de estaciones base adaptadas a esos entornos, unos paneles de tamaño A4, que dan cobertura a un área determinada, con gran capacidad y homogeneidad en la experiencia de usuario.

A este paso, las ciudades se van a llenar de antenas.

La idea es otra: eliminar las antenas actuales y cambiarlas por paneles con menos potencia y menos impacto visual. Dentro del panel está todo, incluida la antena. Con las antenas actuales, si estás muy cerca, tienes una velocidad muy alta; si te alejas, la velocidad desciende; la experiencia es discontinua y, por tanto, no del todo satisfactoria.

¿Cómo ve el horizonte de entrada en servicio de redes LTE?

Los primeros en moverse han sido los americanos y los japoneses: Verizon y NTT DoCoMo tendrán redes desplegadas a finales del 2010. En Europa, los operadores nórdicos han empezado sus despliegues, pero todavía no hay dispositivos específicos. Este año, los únicos que habrá en el mercado serán ´pinchos´ USB, para conectar un portátil a la red; a lo largo de 2011 aparecerá una segunda generación, y nuevos smartphones, y así hasta alcanzar una masa crítica. La banda de despliegue de LTE, puede decirse, se iniciará en 2011, aunque algunos operadores lo retrasarán por otras razones. Es curioso, pero hace poco más de un año, cuando se preguntaba por LTE a la industria o a los operadores, todos lo veían como algo a muy largo plazo.

¿Por qué no pasar antes por una etapa de mejora de las redes con HSPA+?

Esa discusión existe. ¿Seguimos con HSPA+? Es un conjunto de funcionalidades que optimiza las redes 3G […] ¿La saltamos para ir directamente a LTE? También se pueden compaginar. El año pasado, la discusión estaba geográficamente balanceada: en Estados Unidos se inclinaban por LTE, y en Europa por avanzar con HSPA+. Nosotros, junto con un operador, hemos hecho el análisis de costes sobre una red real, y la conclusión nos dice que el coste de transmitir un bit en LTE es inferior que hacerlo en HSPA+. En fin, depende de las estrategias…

Pues eso, ¿cuál es la diferencia estratégica?

LTE representa un cambio de paradigma en el concepto de redes móviles. No es una red móvil a la que se le añaden datos, sino que se ha diseñado pensando en la unificación de la red. Si miramos una red de fibra o una red fija, la idea esencial es acercar la experiencia del usuario de fijo a móvil; es uno de los pilares de LTE.

¿Qué va a pasar con la voz en LTE?

Buena pregunta. La voz sigue siendo la principal fuente de ingresos de los operadores y su red está para eso. LTE permite dar servicio de voz igual que los sistemas actuales mediante VoiP y gracias al desarrollo de IMS. ¿Apostarán los operadores por la voz sobre LTE desde el primer momento? Yo creo que no: en los primeros años, se va a desarrollar como una red orientada al servicio de datos intensivos; la voz va a permanecer en las redes móviles actuales, 2G y 3G, a largo plazo. Nos haremos mayores antes de verlo.

Yo primero.

 [risas] Todo puede ser. Es muy interesante la posición adoptada por Verizon: potenciar IMS junto con LTE implica dar servicio de voz desde el primer momento. Esta decisión ha despertado atención entre los operadores europeos, que tratan de averiguar si IMS está maduro para dar voz con la calidad de los servicios actuales en 3G. De todos modos, en las conversaciones que tenemos con ellos, no lo ven como un driver; lo que les preocupa es la saturación de datos móviles.

¿En qué va a cambiar la relación entre operadores y usuarios?

La capacidad de servicio dinámica es muy importante en la evolución de las redes de nueva generación. Y esta gestión de la calidad de servicio es igual en LTE que en la fibra. Aparte de la velocidad, está la latencia de red [ el tiempo que tarda en responder]. Para ciertas aplicaciones interactivas, es muy importante, porque la diferencia entre el fijo y el móvil está precisamente en la latencia: en el fijo, es de 10 milisegundos y en 3G de 80 a 100 milisegundos. La meta de LTE es llegar a 10 ms. Será un hito de los grandes.


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