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  27/05/2016

Google desvela un chip «intuitivo»

La noticia no aparecía en las quinielas previas a la conferencia Google IO de desarrolladores, pero la dejó caer el CEO de Google, Sundar Pichai, y de entrada no se le habría dado mayor importancia, de no ser porque Pichai la asoció a otra reciente, el triunfo de un software llamado Alpha Go, entrenado para jugar contra el campeón mundial de Go, el pasado marzo. Lo que Pichai vino a revelar es que la proeza está directamente relacionada con un chip, diseñado por sus ingenieros y fabricado a medida (no se sabe por quién), destinado a misiones de inteligencia artificial. Se llama Tensor Processing Unit (TPU) y ha disparado las alarmas de la industria a la vista de esta capacidad sobrevenida de Google.

Llama la atención que el chip sea calificado como «intuitivo». La intuición puede definirse como un conocimiento adquirido sin un razonamiento consciente. Es cuando se decide, por pura corazonada, sin una base empírica o fundamento que la respalde. Hasta hace poco se pensaba que era una facultad exclusiva de los humanos, pero los últimos avances en inteligencia artificial, más específicamente en una rama conocida como Deep Learning, dejan entrever que las máquinas pueden razonar y comportarse de forma comparable a la de un ser humano inteligente y culto.

Una prueba de ello tuvo lugar en la jugada 37 de la partida de Go que, a mediados de marzo, enfrentaba una máquina con el campeón mundial de este juego, el coreano Lee Sedol. Al principio, se pensó que el movimiento que decidió la partida era un error de la máquina: el contrincante se pasó quince minutos pensando cómo responder, desconcertado porque estuvo durante quince largos minutos pensando cómo responder a una jugada completamente inusual. Fan Hui, tres veces campeón europeo de Go y que durante cinco meses había entrenado a la máquina para jugar a Go, quedó no menos sorprendido por una jugada que puso al campeón a remolque para acabar abandonando, exhausto, al cabo de cuatro horas.

¿Qué relación hay entre esta anécdota y el TPU? Aparentemente, Go sería un juego simple, pero más difícil de programar que el ajedrez: hay muchas más combinaciones y cada ficha tiene el mismo valor, lo que no reduce las jugadas lógicas como ocurre en el juego del ajedrez. En una partida de Go, DeepBlue, el ordenador de IBM que en 1997 derrotó al campeón mundial Gary Kasparov, hubiera sido fácilmente derrotado por un neófito con no más de una semana de aprendizaje del juego.

El ordenador que ganó al campeón mundial de Go utiliza el programa AlphaGo, desarrollado en exclusiva por Alphabet, la matriz de Google. Los propios científicos que crearon AlphaGo no se explican, según reconocen, cómo selecciona la máquina sus movimientos, porque se basa en redes neuronales avanzadas. El ordenador emula las jugadas de las mejores partidas con las que ha sido alimentado y, basándose en la estadística, evalúa los movimientos del tablero según la probabilidad de ganar o perder, con lo que reduce drásticamente sus opciones y los movimientos no son predecibles, lógicos o fundamentados como cabría esperar de una máquina.

AlphaGo forma parte de un programa más general, TensorFlow, que ha sido desarrollado específicamente por Google para funcionar con redes neuronales avanzadas, un entramado de hardware y software que ejecuta tareas específicas con el análisis de datos masivos. Es una de las apuestas en la nueva estrategia cloud de la compañía. Pero sólo ahora se sabe, y porque lo ha dicho Pichai, que Tensor Flow funciona con el chip Tensor Processing Unit (TPU), ya utilizado en las partidas de Go.

No se sabe nada de la arquitectura de TPU, porque Google no ha revelado detalles, aparte de que se inscribe en una categoría conocida como ASIC (o circuito integrado de aplicación específica), que es a su vez un tipo particular de SoC (System on a Chip).

El hecho de que se trate de un ASIC es importante, porque la alternativa hubiera sido construir el TPU a partir de redes lógicas programables (FPGA), que son unos circuitos físicos dentro de un chip reprogramables. Hay que tener presente que Intel pagó el año pasado 16.700 millones de dólares por la empresa Altera, máximo especialista en FPGA.

Asegura Google que la decisión de optar por un chip a medida es garantía de más rapidez y menos consumo de energía: TPU multiplicaría por 10 la capacidad de cualquier chip con un consumo de energía comparable.

La inversión habría sido de unos 100 millones de dólares. La compañía no piensa vender el chip ni el programa a terceros, y prevé actualizarlo periódicamente, con lo que ello supone de compromiso con la inteligencia artificial.

Los ordenadores destinados a inteligencia artificial son distintos en cuanto a arquitectura y funcionamiento de los servidores de los centros de datos o los PC. Por supuesto, Google no está solo en la carrera, ni mucho menos. Microsoft trabaja en el desarrollo de un procesador específico para IA, en su caso basado en FPGA, y en la misma ola cabalgan IBM, ARM o HP, entre otros. NVidia, cada vez más explícita en sus intenciones, ha anunciado, tarjetas gráficas avanzadas para inteligencia artificial.

No han faltado quienes interpretan con suspicacia el anuncio de Google. Como esta asegura que el ordenador decide por sí mismo, este podría ser un argumento para rebatir las críticas de la Comisión Europea en el sentido de que Google se vale de sus algoritmos para decantar la competencia en su favor. Si el ordenador actúa autónomamente, ese extremo no se podría demostrar, ni siquiera se podría argumentar que Google tiene la mejor tecnología en inteligencia artificial, porque nadie podrá hacer pruebas independientes. Ni la compañía manifiesta interés en vender su tecnología a terceros. Eso sí, sugiere que dará más detalles sobre su TPU próximamente, pero tratándose de un chip a medida no está obligado a hacerlo.

De cualquier modo, la revelación de Pichai ha alarmado a Intel, porque Google es de lejos el primer comprador de sus procesadores para centros de datos. Naturalmente que seguirá comprando variantes de Xeon y otros chips de Intel, pero si la jugada del TPU le sale bien, podría bajar la escala de sus compras. También Amazon Web Services y otros proveedores de servicios cloud podrían resultar perjudicados.

[informe de Lluís Alonso]


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