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  30/04/2010

HP+Palm: el hambre y las ganas de comer

Para comprender las razones que han llevado a HP a pagar un alto precio por Palm, conviene retroceder a la primera semana de enero, cuando Steve Ballmer mostró en el CES de Las Vegas un prototipo de lo que debería llamarse Slate, desarrollo conjunto de Microsoft y HP con la pretensión de reanimar el súbitamente resucitado mercado de los tablets. Al día siguiente, Steve Jobs compareció en San Francisco para presentar su propio tablet, y atrajo sobre el iPad toda la atención. Con este antecedente, en la movida de HP se identifican dos elementos centrales: por un lado, recomponer su presencia en los smartphones; por otro, competir con Apple apoyándose en una alternativa distinta a Windows.

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Nadie duda de que Palm estaba condenada, sin tesorería y casi sin espacio en el mercado: al cierre de 2008, su cuota era del 1,3%, pero podía justificarla por la carencia de productos con gancho; un año después, ya con el muy elogiado Prè (foto), había subido dos décimas, hasta el 1,5%, y ocupaba el décimo lugar del ranking. Su acción cotizaba a 400 dólares hace diez años, pero el miércoles, en vísperas de anunciarse la transacción, no pasaban de 4,63. HP ha accedido a pagar 5,70 dólares por acción, una prima del 23%, rescatando así a los accionistas y acreedores de Palm. ¿Por qué?

Tampoco es un secreto que HP carece de un smartphone competitivo, hasta el extremo de ni siquiera aparecer entre los diez primeros de la tabla. Pero tiene sobrada capacidad para desembolsar 1.200 millones de dólares – y la inversión que vendrá – con el fin de reincorporarse a una carrera en la históricamente no se ha lucido, pese a que en la dote de Compaq venía la familia iPaq. Últimamente, sus rivales – Acer, Dell, Toshiba y Lenovo, ¿podría HP quedarse al margen? – se han movido hacia el mercado de smartphones, una manera de reconocer que la próxima batalla no se librará en los PC sino en los dispositivos móviles.

Todd Bradley

Todd Bradley

Ya no se trata sólo del iPhone o de otros smartphones – para HP no tendría sentido ser uno más de la banda Android – sino de plantar cara al iPad, aspiración para la que el Slate (basado en Windows 7) no parece suficientemente dotado. Todd Bradley, vicepresidente de HP y responsable de su Personal Systems Group , declaró el miércoles: “Palm nos aportará un medio de expandir la estrategia de HP a través de múltiples dispositivos, todos conectados a Internet”. Sin que nadie le preguntara, Bradley precisó que Microsoft seguirá siendo un partner estratégico.

Adam Holt, analista de Morgan Stanley, opina que la combinación HP + Palm podría ser “un formidable competidor para Microsoft, tanto en los móviles como en otros dispositivos conectados (netbooks y tablets)”. Esto no implica, dice Holt, que vaya a romper los vínculos con Microsoft, pero introduce un nuevo elemento en el paisaje. “A corto plazo, el impacto será mínimo, pero en una perspectiva más larga, permitirá resucitar una marca moribunda”.

Durante meses, hubo rumores, y alguna pista falsa, sobre supuestos candidatos a comprar Palm. La clave del interés, real o presunto, se llama webOS, el sistema operativo que Palm desarrolló ex novo y que funciona en los modelos Prè y Pixi, aunque tiene otras ambiciones. Desde el punto de vista de HP, representa lo que hoy sólo tiene Apple: una plataforma de software capaz de controlar una gama de dispositivos móviles, tablets, PC ligeros, y tal vez reproductores de música u otros – y que la liberaría de su dependencia de los desarrollos de Microsoft.

Claro que el éxito no está garantizado. Si bien webOS ha recibido grandes elogios, sólo es el quinto sistema operativo del mercado. Es un sistema rico, pero ignorado: pocos usuarios han sentido la tentación de probarlo, y pocos desarrolladores han considerado que su escala merece trabajar sobre él. La incógnita, en este momento y por un buen tiempo, es si la fusión conseguirá lo que no han podido cada una por separado.


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