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  25/11/2016

Smart Cities: es la hora de las plataformas

Mientras los consultores siguen alardeando de proyecciones sobre los miles de millones de ´cosas` que estarán conectadas en 2020 o en 2025 [ o más allá] en el mundo real proliferan las iniciativas de servicios urbanos que hacen interesantes usos de las tecnologías agrupadas bajo la sigla IoT. Son cada vez más útiles y sofisticados, como se puso de manifiesto en la Smart City Expo, celebrada en Barcelona. Sin embargo, son mayoritariamente servicios verticales e inconexos, que proporcionan silos de información, de modo que el adjetivo inteligente podría ser excesivo. Para extraer las ventajas de esa información, en general poco estructurada, surgen plataformas de gestión digital.

Su propósito es uniformar y visualizar todos los datos. Cisco presentó en la feria su propia plataforma. Otras compañías, como Microsoft o IBM entre otras, van a marcha forzada en la misma dirección. «Está emergiendo una potente industria de servicios urbanos globales, cuyo valor es de unos 3 billones de dólares», aseguró Munish Khetrapal, responsable de soluciones IoT de Cisco. La parte del león se la llevarán las aplicaciones de Open Data: 1,9 billones de dólares, según su estimación.

Las aplicaciones más conocidas en el emergente mercado de smart cities, fueron desglosadas así por Khetrapal: la videovigilancia representará a escala mundial 62.000 millones, el parking inteligente 41.000 millones, la gestión del agua 39.000 millones, la iluminación [también inteligente] 22.000 millones y la gestión del tráfico otros 18.000 millones de dólares.

Estas aplicaciones, todas ellas verticales, generarán mucho negocio gracias al cruce de los datos que proporcionan: aumentos de facturación y recorte de costes en la gestión urbana, a la vez que mejores servicios a los ciudadanos. Sin embargo, es preciso que los sensores no se instalen sin ton ni son, lo que implica que los datos que generen se entiendan entre sí y puedan gestionarse desde una plataforma única.

En la actualidad, los datos de los dispositivos IoT se suben a la nube, pero sin armonizarse, puesto que utilizan estándares y protocolos distintos, lo que da como resultado que diferentes aplicaciones produzcan modelos de funcionamiento diferentes. En la zona de exposición de la Smart City Expo se podían ver cientos de aplicaciones de decenas de suministradores, cada una de las cuales proporcionaba datos muy útiles en su dominio, pero difícilmente gestionables en un entorno común, incluso siendo de un mismo suministrador.

Cisco asegura haber resuelto el problema con el desarrollo de una plataforma denominada Smart+Connected Digital Platform. Gracias a unos conectores específicos, lee, armoniza y estructura los datos de distintas aplicaciones inconexas para que, a través de una arquitectura de red, se puedan gestionar diferentes servicios y privilegiar unos sobre otros en función de necesidades del momento.

Por ejemplo, señala Antonio Conde, director de IoT y Transformación Digital en Cisco España, en caso de un incidente grave en una zona de la ciudad, se podrían poner todos los semáforos en rojo para cortar el acceso y crear una vía en verde para los servicios de emergencia. Desde el centro operativo, la información proporcionada por un servicio podría modificar la actuación de otros, valiéndose de la inteligencia de la red y de un sistema común de información.

La clave está – Conde insistió en este aspecto – en que, aparte de contar con una plataforma común, se desarrollen los conectores específicos para que todos los datos puedan ser interpretados y gestionados por aquélla. Con la aplicación de la imprescindible analítica, todos los servicios se ven beneficiados y optimizados. «Se crea valor para los municipios, los ciudadanos, las empresas y los desarrolladores», resumió Khetrapal.

Otro directivo de Cisco, presente en Barcelona, Arving Satyam, comentó que los datos pueden ser compartidos, dando lugar a una comunidad conectada. La empresa aprovechó Smart City Expo para pregonar que lleva dos años de ventaja a sus competidores en esta carrera. Pero no fue la única en presumir de plataforma.

Por ejemplo, Microsoft. Kathryn Wilson viajó a Barcelona en su condición de directora del programa CityNext, se declaró entusiasmada con la perspectiva de desarrollar plataformas de datos abiertos para «distribuir valor» en las ciudades. Según Wilson, que citó como fuente a McKinsey, se prevé que en 2025 habrá más de un millón de bases de datos gubernamentales abiertas bajo la sigla OGD (Open Governmental Data), con más de 30.000 petabytes de información, con un valor potencial de 3 billones de dólares, que desglosó en siete dominios.

Al igual que su colega de Cisco, la enviada de Microsoft concedió que hay un reto considerable en compartir datos, por la dificultad de acceso a los mismos, por el uso de modelos inadecuados y las limitaciones de uso. Sobre todo – dijo – por la falta de confianza mutua entre los proveedores. «Es fundamental que una plataforma de datos merezca confianza», recalcó. A su juicio, la plataforma debería proporcionar un almacenamiento seguro de los datos y de su análisis, el acceso a controles sofisticados para que su uso esté en buenas manos y, en esto insistió, el uso de modelos innovadores. «Estos son retos tanto tecnológicos como de negocio», apostilló.

La adopción d una plataforma tecnológica fiable permite compartir los datos gestionados y alinearlos con los estándares y política de seguridad prioritarias en cada ciudad, así como maximizar el valor de los datos y crear un ecosistema de innovación que solucione problemas complejos, viene a ser un resumen de la estrategia defendida por Microsoft.

En cierto modo, Cisco jugaba de local. Lleva años explorando un formato de colaboración para hacer de Barcelona una ciudad inteligente, trabajo que esta por fin fructificando. Gran parte de su plataforma se ha desarrollado en el Centro de Innovación de Smart Cities que la compañía posee en Barcelona. De hecho, el centro ya funciona, pero el edificio donde se va a centralizar el desarrollo y se harán las demostraciones y la formación, no estará terminado hasta mayo de 2018. El pasado mes de octubre, el ayuntamiento barcelonés y la compañía renovaron y ampliaron el acuerdo de colaboración suscrito hace dos años.

El centro estará alojado en la antigua fábrica Ca l´Aliert, situada en Poble Nou, una amplia zona industrial que ha adquirido un uso contemporáneo como sede de empresas del área de conocimiento. La inversión destinada a recuperar el edificio es de 10 millones de euros en su interior, pero mantendrá el exterior fabril. El acuerdo entre las partes se ha renovado previendo que pueda extenderse al tejido socioeconómico de la ciudad, implicando a profesionales, pymes y centros de investigación.

El ayuntamiento de Barcelona proporciona los datos necesarios para el desarrollo de aplicaciones a casos reales, y que permitirán crear los conectores que amplíen su alcance. En la actualidad, Cisco cuenta con más de 50 partners y otros 39 están previstos para formar parte de la Smart+Connected Digital Platform. Hasta ahora se han desplegado diez iniciativas similares en distintos países. En Europa, además de Barcelona, la nómina incluye Copenhague, Paris, Dubrovnik, Bucarest y Trencin (Eslovaquia). En otros continentes, las referencias son Bangalore y Jaipur (India), Adelaida (Australia) así como Kansas City y Schenectady en EEUU.

Uno de los rasgos de la plataforma de Cisco es que se puede contratar en régimen de pago por uso, con cuotas mensuales, y alojarla en nubes privadas de la ciudad contratante o en nubes híbridas o de Cisco. Así, por ejemplo, Telefónica quiere integrarla en su propia plataforma de ciudades inteligentes, como un subconjunto de su iniciativa. «Estamos abiertos a cualquier demanda por parte de cualquier ciudad», resume Antonio Conde.

[informe de Lluís Alonso]


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