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  3/09/2018

Matt Calkins

Fundador y CEO de Appian Corp.

Durante años se ha manifestado el deseo de las empresas de trabajar con software que sea a la vez «único» y sencillo. De ahí que surgieran diversas metodologías de desarrollo (como Agile y DevOps, entre otras). Una que está en auge se llama low-code y se caracteriza por sustituir la tediosa escritura de secuencias de código por diagramas de flujo compuestos por figuras y  flechas que convierten la creación de las aplicaciones en un proceso visual. El procedimiento es simple y encaja con lo que buscan las empresas: acelerar la entrada en producción del software, asegurarse de su fiabilidad y recortar los costes de desarrollo, presionados por el gasto en mantenimiento del software preexistente.

Matt Calkins

Estos serían los argumentos que han llevado al Banco Santander y otros bancos, así como a uno de los grandes grupos energéticos españoles (adivina adivinanza) a escoger la plataforma Appian para desarrollar internamente el software con el que gestionan sus procesos de negocio. Según dijo a esta blog Matt Calkins, cofundador y CEO de Appian, una de las aplicaciones más habituales es la optimización de centros de contacto, gracias a que la plataforma permite visualizar en tiempo real los datos del historial del interlocutor afines con la consulta o reclamación de que se trate.

Calkins, cofundador de Appian en 1999, sigue al frente de la compañía tras la salida a bolsa el año pasado. En la conversación con el autor, expuso un discurso reflexivo. La premisa de existencia de Appian es que la creación de software – y sobre todo su inevitable modificación – es siempre una tarea engorrosa, consume crecientes y caros recursos humanos y aun así suele no llegar a tiempo. Las aplicaciones modernas – dijo – no son sólo una herramienta sino un factor competitivo para las empresas.

No se puede decir que Appian sea una startup, si acaso técnicamente sería una upstart, si me permite.

Hemos estado en el mercado durante casi veinte años, así que le doy la razón. Quienes fundamos la compañía lo hicimos con nuestro propio dinero y sólo en 2008 recibimos una financiación de 10 millones de dólares, eso fue todo. Con esto quiero subrayar que no arriesgábamos capital ajeno, lo que seguramente explica por qué el crecimiento ha sido lento: tardamos 18 años en salir a bolsa, la operación salió muy bien y ha facilitado la aceleración en el mercado, la captación de partners y de clientes […].

Entonces, ¿cuál es el modelo de negocio?

Vendemos licencias por suscripción: los clientes pagan un monto mensual por usar nuestra plataforma para desarrollar sus aplicaciones. En esta medida, nuestro modelo puede etiquetarse como PaaS [platform-as-a-service] y los servicios son nuestra principal fuente de ingresos.

He visto que Appian vale en bolsa algo más de 2.000 millones de dólares

No dedico mucha atención a seguir la cotización [risas]. No se sorprenda: personalmente pienso que sería una distracción y me alejaría de lo fundamental […] El mercado bursátil funciona de tal manera que no refleja cabalmente la marcha real de las empresas […] En este momento, a diferencia de muchas empresas, llámelas startups o upstarts [risas] que se financian a través de sucesivas rondas durante años, Appian tiene hoy plena capacidad de generar beneficios, aunque en esta fase, gracias a que hemos salido a bolsa, podemos invertir para crecer.

Suena como una oportunidad para recibir ofertas de compra, supongo.

No estamos interesados. Pensamos que sería otro factor de distracción, igual que lo es vivir obsesionados por la cotización. La nuestra es una proposición de largo plazo y lo ha sido durante 19 años. Estamos todavía en la fase de explorar qué valor somos capaces de generar a partir de la idea original de Appian.

Imaginaba esa respuesta [risas] pero  ¿qué impacto está teniendo lo que parece ser un auge de low-code en aplicaciones BPM [business process management]?

Tengo que reconocer que hay diferencias en torno al alcance de la idea de low-code. Todo el mundo concuerda en que se trate de algo destinado a facilitar y simplificar el desarrollo de aplicaciones. Pero no hay consenso en lo que estas pueden hacer: ¿deberían limitarse a resolver problemas sencillos?, ¿es razonable meterse con las funciones fundamentales de una empresa? En Appian tenemos la experiencia de que con low-code se pueden crear aplicaciones muy potentes, que cubran cuestiones centrales para el funcionamiento de una gran empresa, como BPM o CRM, por ejemplo. Esta es nuestra especialidad. Ciertos competidores conciben el uso de low-code para cosas sencillas, comparadas con lo que se puede hacer con la plataforma de Appian.

¿Para qué la usan los clientes de Appian? ¿Quiénes son esos clientes?

El impacto del que hablaba puede ser diferente, dependiendo de lo que una empresa pretenda. Si, como ocurre a menudo, quiere desarrollar aplicaciones para tratar mejor a sus clientes, retenerlos y diferenciarse de sus competidores. Por ejemplo, en su contact center: son numerosos los que se basan en nuestra plataforma. ¿Quiere saber por qué? Porque es posible responder una llamada sabiendo al instante quién llama, no su número sino quién es, teniendo el historial de su relación con la empresa, para individualizar la interlocución. Otro ejemplo distinto es lo que hacemos con algunas de las mayores compañías farmacéuticas del mundo: sus aplicaciones desarrolladas con Appian se involucran en el seguimiento de los procesos de seguridad de sus productos. No quiero olvidar que los embarques de un aeropuerto con tráfico tan intenso como el de Dallas-Fort Worth se automatizan con más de 40 aplicaciones construídas con Appian.

En realidad, esperaba que me hablara del contrato con Banco Santander

Ya llego. El Santander es una referencia importantísima por haber sido escogidos como suministradores de una plataforma global para sus desarrollos de aplicaciones BPM. Los rasgos comunes son la mejora del servicio a la clientela y la reacción rápida a los cambios en el entorno de mercado. La movilidad es otro aspecto estratégico.

Hay otro protagonista, el desarrollador […]

El efecto de usar low-code se resume en que los desarrolladores son al menos diez veces más productivos. No es que lo diga yo, lo dice Forrester, que por cierto sitúa a Appian en cabeza de su lista de 13 competidores de esta tecnología.

Diez veces más productivos puede significar que se puede prescindir de nueve de cada diez desarrolladores […]

No, no es eso lo que dice Forrester, sino que al usar Appian su capacidad se multiplica por diez, de manera que son aún más valiosos para su empleador.

A medio plazo, ¿cuál es su visión del papel del software empresarial?

Mi diagnóstico es que el software es más difícil de crear y mucho más difícil de modificar. Piense en la construcción de un edificio: se tarda en levantarlo, pero cuando está acabado, el propietario no puede pedir que se cambie la altura de los techos. Si usted acepta esta metáfora, el software sería como el edificio: una vez construído, es una ardua faena cambiarlo. Sobre todo cuando, como suele pasar, han pasado décadas y miles de usuarios están habituados a trabajar con él. Lo que pretende Appian es que se parezca menos a un edificio y más a una tienda de campaña. Me gusta la idea de que el software pueda crecer según crecen las necesidades de los usuarios y pueda actualizarse con facilidad. Que se  puedan añadir funciones no previstas, o se pueda usar en dispositivos para los que no estaba pensado […] Que pueda nacer on-premise y migrar a cloud… hacia la nube.

 Vale, recojo su metáfora. Pero hay edificios, es decir software, antiguo, lo llamamos legacy,  que sigue en pie al lado de otro de nueva planta

Sí, sí. Un requisito es que las aplicaciones que se desarrollen con Appian van a coexistir con el legacy, que en toda gran empresa tiene que seguir ahí, por distintas razones. Una característica de nuestra plataforma es la facilidad de integración con esa masa de código que se ha acumulado a lo largo de los años. Somos muy conscientes de este precepto. De hecho, la premisa es: ya que habrá que convivir con el legacy, dejemos los datos como están, no toquemos un solo bit

¿Qué me dice del testing, del aseguramiento de calidad, que es en sí mismo un mercado pujante?

Cuando se construye una aplicación con Appian, lleva incorporado el testing en el background. Cada vez que se lanza una aplicación se procede a testearla automáticamente, probándola en varios entornos tanto de desarrollo como de producción. Es algo crítico: cuando tienes, como nosotros, un cliente como el Barclays o el Santander u otros igualmente exigentes, nunca pondrán en producción un software sin testearlo.

¿Hay alguna razón por la que la banca y la industria farmacéutica están entre sus principales clientes verticales?

Son los dos sectores que encabezan nuestro ranking. Por su complejidad intrínseca y la necesidad que tienen de seguir escrupulosamente las normas regulatorias.

¿Cómo ve la situación del mercado español?

Esta es mi tercera visita de 2018 y espero volver pronto. Abrimos nuestra oficina hace un par de años y la respuesta ha sido muy positiva. Tenemos más de 20 referencias, una quinta parte del total europeo. En banca […] lamento no estar autorizado a dar más nombres, en uno de los grandes grupos energéticos,… estamos presentes en el sector de retail y en varias empresas de servicios. Sería injusto no decir que mucho se lo debemos a nuestros partners en este mercado que, si no recuerdo mal, son Accenture, KPMG, PwC, Vass y Atos Consulting.

Ya que no puede dar otros nombres, ¿qué añadiría sobre la relación con el Santander?

Personalmente he tenido reuniones con el Santander en España, Reino Unido y Estados Unidos. El acuerdo es global, pero cada entidad lo gradúa por separado. Lo valoro mucho porque, si comparo con otras compañías de software con las que trabaja el banco, somos recién llegados […]

Hay en danza nuevas tendencias que afectan al software: inteligencia artificial, cloud, contenedores, microservicios. ¿Qué representan para la plataforma de Appian?

Tenemos que estar atentos y tomar posición ante cada nueva tendencia que aparece. Ahora, todo el mundo se plantea estar en IA; pues bien, Appian se plantea estar antes y mejor que sus competidores. Hemos integrado IA como función de nuestro producto, de manera que cada llamada a un objeto – le recuerdo que hablamos de low-code – genera un mensaje y la IA evalúa el grado de satisfacción comparado con millones de mensajes con los que se entrena al algoritmo. Un algoritmo que haya sido ´cultivado` (sic) en una plataformas de las conocidas, es accesible como objeto en la de Appian. En materia de cloud, somos agnósticos: no tenemos preferencia por AWS, Google o Microsoft.

A propósito, Microsoft destaca como adepta a low-code. ¿Qué relación tiene con Appian?

Tenemos un acuerdo. No nos aporta clientes, pero sí nos facilita el acople de nuestra tecnología con la suya, por ejemplo en su solución de mail; con ese fin, ha escrito código ad hoc compatible con Appian. Tenga en cuenta que nuestra plataforma está certificada para aplicaciones alojadas en Azure y es capaz de conectar en modo nativo con su función de IA. O sea que tenemos varias maneras de trabajar juntos, pero en ninguna nos pasan clientes […]

¿Y eso es bueno para Appian?

Desde nuestro punto de vista es una inversión que hacemos para alinear Appian con una tecnología en constante innovación.

Finalmente, llama la atención que Appian tiene su sede en Virginia, no en el Silicon Valley, supuestamente la meca del software?

Mucha gente piensa que si quieres crear una compañía, el mejor lugar es Silicon Valley. Nosotros, desde el principio, hemos estado en la costa Este, de modo que no compartimos esa opinión. Sin duda, en el Silicon Valley se dan condiciones que pueden ser muy ventajosas para una nueva empresa de tecnología: dinero en abundancia, un polo de atracción de talento […]  En caso de haber creado Appian sobre otras bases financieras, tal vez nos hubiéramos instalado en California, no en Virginia. Eso no es todo: el talento del Silicon Valley tiene un alto coste y una propensión a cambiar de empleador. Desde mi punto de vista, sería una desventaja; los empleados de Appian tienen la paciencia que se necesita para construir una compañía como esta.


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