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  9/09/2015

IFA 2015 o cómo defender el precio medio (1)

Es sabido que las empresas muestran en las ferias su mejor cara y presentan productos «aspiracionales», de esos que dan chicha a los medios. Ha sido el caso de IFA 2015, que hoy cierra sus puertas en Berlín: el desfase entre lo que se exhibe y lo que se vende en las tiendas nunca ha sido tan amplio. Casi todos los productos presentados eran de gama alta, como si la gama media no fuera la que concentra el grueso de las ventas. Por no hablar de la gama baja, ausente. La explicación es sencilla: se prevé que las ventas en unidades caerán en los próximos meses, sobre todo en Europa, y se intenta paliar la situación promocionando productos llamativos y más caros, que suban el precio medio.

En la electrónica de consumo, el año se cerrará finalmente con 4 millones menos de televisores vendidos en todo el mundo. La caída será del 2% aproximadamente, según estimaciones de la consultora GfK. Incluso se espera un descenso del 1% en los electodomésticos, aunque la facturación podría llegar a crecer un 9% gracias a las fluctuaciones del euro y el yuan con respecto al dólar. El problema es que Asia y los países emergentes del resto del mundo ya no son capaces de absorber el volumen de productos de gama baja que daban dimensión a la industria mientras en occidente se vendían (menos) los de precios más altos.

Por consiguiente, en los pabellones de la feria saltaban a la vista los televisores curvados y gigantes, las lavadoras y frigoríficos de diseño y función impecables, los aparatos de sonido compactos (que por fin suenan bien) y los smartphones a juego con relojes ´inteligentes`. Diseño, materiales de calidad, facilidad de uso… y altos precios de entrada que ya habrá tiempo de bajar.

Para paliar en lo posible la caída de ventas, la industria recurre a una fórmula conocida. Provocar un incremento del precio medio de modo que los ingresos de los fabricantes y la caja del comercio no se resientan en exceso. Los analistas de GFK esperan que las ventas de electrónica de consumo – televisores, equipos de sonido y accesorios – alcancen los 185.000 millones de euros a escala mundial, es decir unos 9.000 millones más que en 2014. El segmento de grandes electrodomésticos – lavadoras, frigoríficos, lavavajillas y cocinas – rozará los 163.000 millones de euros.

Las venta del otro producto emblemático, los smartphones, siguen subiendo, pero a menor ritmo que el año pasado y con un deterioro sistemático del precio medio. Por su parte, el mercado de ordenadores y tabletas ha sufrido un retroceso del 9% en el primer semestre, aunque se presume que la llegada de Windows 10 podría mejorar un poco las cosas en los próximos meses.

Las cámaras fotográficas, que antaño fueron un gran dinamizador del consumo, están hundidas, con unas ventas globales previstas para 2015 de 21.000 millones de euros, el 11% de toda la electrónica de consumo, la mitad del porcentaje de hace 10 años. Por último, el mercado de pequeños electrodomésticos sigue funcionando bien, con un crecimiento del 12% en unidades durante el primer semestre, aunque facturando sólo 18.000 millones de euros.

El distinto peso de cada categoría y sus expectativas de facturación han tenido siempre su reflejo directo en la IFA. La primera edición de la feria berlinesa se remonta a 1924: primero la radio y luego el televisor fueron los productos estrella, hasta que hace una década se asomaron lavadoras y frigoríficos. Actualmente, los electrodomésticos acaparan más de la mitad de la superficie ferial. Hasta hace un par de años, las grandes marcas mostraban la electrónica de consumo y los electrodomésticos en recintos separados; desde 2014, muchos han optado por reunir todo su catálogo en un mismo stand y en esta edición se ha producido la fusión total. Lo llaman convergencia.

Por ejemplo, en un inmenso y excéntrico (por alejado) pabellón, Samsung exponía sus nuevos televisores junto a las lavadoras, aspiradoras y smartphones, al igual que han hecho LG, Panasonic y otras marcas que tienen varias categorías distintas. Es otra expresión de que el televisor, que siempre había destacado por sus novedades, ha perdido mucho protagonismo, en beneficio de cocinas o lavadoras, que se imponen visualmente. Ahora, los productos típicos de la cocina, la sala de estar o los de uso personal están uno al lado del otro y generan ingresos del mismo orden de magnitud.

Este año se venderán en todo el mundo 230 millones de televisores, unos 4 millones menos que en 2014, según GFK. De ese total, 28 millones serán del tipo UHD (Ultra Alta Definición o 4K), algo así como el 12%, proporción que triplica la del año pasado. La mitad será absorbida por los mercados asiáticos. Pese a ello, la práctica totalidad de los televisores mostrados en Berlín eran UHD, y muchos de ellos con la pantalla curvada. La mayoría de las pantallas eran, además, gigantes, de más de 48 pulgadas. Téngase en cuenta que en 2010 el tamaño medio de los televisores que se vendían en Europa era de 31 pulgadas, y en 2015 ha subido a 38 pulgadas.

La novedad en televisión no ha sido UHD ni la pantalla curvada, vistas con anterioridad, sino la mejora y realce del contraste y el color gracias a una tecnología llamada High Dynamic Range (HDR). Samsung la introdujo a principios de año en su gama S-UHD y ahora la ha ampliado a otras familias. La marca coreana apostó tempranamente por las pantallas curvadas, lo que le ha permitido tener una cuota de mercado envidiable en televisores UHD de todo tipo. Especialmente en España, donde la empresa asegura haber conseguido en junio una cuota del 80%.

No obstante, Samsung tendrá estas navidades mucha competencia, ya que todos los fabricantes tienen previsto comercializar televisores UHD y HDR, con y sin pantalla curvada. En Europa Occidental, había en junio nada menos que 31 marcas que ofrecían televisores UHD y en Asia eran 40. A tenor de lo visto en IFA, LG hará mucho hincapié en la tecnología OLED, que también destacaba en el stand de Panasonic. Como estaba escrito, Samsung no muestra prisas por entrar en ese juego.

Otra primicia presentada por Panasonic y Samsung son los reproductores de discos Blu-ray 4K, que deberían comercializarse en los próximos meses. No se espera que tengan mucho éxito en el mercado, porque otra de las tendencias claras observadas en IFA es que el contenido televisivo vendrá cada vez más de la banda ancha a través de plataformas de pago y a la carta tipo Netflix o similares, incluso en UHD. El DVD y el Blu-ray ya tienen un futuro incierto, con lo que se duda que el Blu-ray 4K pueda despegar.

Los que sí van al alza son los equipos de sonido, tanto las barras ligadas al televisor como los altavoces inalámbricos o las cadenas de sonido que captan la música de la banda ancha y la distribuyen en varias habitaciones, los llamados equipos multisala. Una anécdota son las barras de sonido curvadas, para hacer juego con los televisores ídem. Y se generalizan los altavoces que emiten el sonido en todas direcciones. Un signo del interés de las marcas de electrónica de consumo por el sonido es que Panasonic ha reflotado su marca de prestigio Technics, presentando varios modelos que ofrecen sonido de alta calidad en un tamaño compacto.

Históricamente, IFA no se ha caracterizado por los anuncios estratégicos que revelen la visión de las empresas a medio y largo plazo (al contrario de lo que ocurre en el CES de Las Vegas), sino que tiende a concentrarse en los productos que se podrán comprar en las próximas semanas o meses. Aún así, Samsung se salió de su propia rutina y aprovechó su evento de prensa para reiterar su compromiso de que en el 2020 todos los nuevos productos de la marca estarán conectados entre sí a través del Internet de las cosas.

Para Samsung, IoT deberá ser el gran dinamizador y renovador de toda la industria electrónica en los próximos años. Como exponente de este futuro de smart things, mostró por primera vez un concentrador que centraliza las funciones de distintos dispositivos del hogar (alumbrado, vigilancia o climatización), y que funciona con un sistema operativo y plataforma abierta al resto de la industria. Un gadget curioso es SleepSense, un dispositivo de Samsung que se pone bajo el colchón y monitoriza los movimientos y los patrones de sueño del usuario.

Mientras llegan tantos aparatos supuestamente inteligentes, la industria se empeña en que las lavadoras laven mejor la ropa, que los frigoríficos controlen la temperatura y humedad de cada bandeja, y que los platos queden limpios y brillantes, al tiempo que ahorran energía y agua, y reducen el ruido ambiente. Como venía prometiendo la industria desde hace años, los electrodomésticos de nueva generación se pueden conectar a la red de banda ancha, para ponerlos en marcha o controlarlos a distancia.

[informe de Lluís Alonso]


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