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  13/04/2018

Tenía que ocurrir: Azure se come a Windows

Cuatro años han sido necesarios para que Satya Nadella tomara una decisión que probablemente tenía en mente desde que tomó el relevo de Steve Ballmer: en adelante, la fuerza motriz de Microsoft no será Windows sino Azure. Y como alguien tiene que pagar el pato, le ha tocado a Terry Myerson – hasta ahora responsable del Windows & Devices Group – abandonar la empresa en la que ha trabajado durante 21 años. En un mail emotivo de despedida, más largo que el anodino texto de Nadella, Myerson repasa su trayectoria en Microsoft. Quién le hubiera dicho que uno de aquellos compañeros que conoció en su primer día de trabajo, acabaría siendo el CEO con quien negociar su salida de la compañía.

Scott Guthrie y Satya Nadella

Es obligado reconocer que Nadella ha transformado la visión y estrategia de una compañía que heredó en estado calamitoso. Se ocupó de desmontar las murallas erigidas por Bill Gates y Steve Ballmer, con firmeza y poco ruido. Terry Myerson dice compartir una estrategia que no le toma en cuenta. En la nueva estructura, Windows pasa a ser un componente secundario de la unidad Cloud + AI, liderada por Scott Guthrie, mano derecha de Nadella ya en tiempos de Ballmer. Hay quienes creen ver en esta adscripción el primer signo de que las futuras versiones de Windows se comercializarán por suscripción.

Es notable comprobar la cantidad de cambios que Nadella ha hecho estos años en el organigrama, con denominaciones tan atrabiliarias como More Personal Computing y, consecuentemente, en la forma de presentar – y en ocasiones enmascarar – los resultados de cada línea de negocio, con los consiguientes cambios de personal. Por ejemplo, Jason Zander sustituye a Guthrie como jefe de Azure, la propuesta de Microsoft en la nube. Según Nadella, la lógica de agrupar Windows y Azure bajo un mando único obedece al deseo de «acelerar nuestros esfuerzos para construir una infraestructura de computación distribuída unificada y un modelo coherente de aplicación». En la práctica, el equipo que acompañaba a Myerson – entre otros el incombustible Joe Belfiore – pasa a depender de Zander, todo un mensaje.

Myerson, además de Windows, era responsable de Devices. ¿Qué hacer con el negocio de dispositivos, que incluye la familia Surface? A cargo estará Rajesh Jha, hasta ahora líder del grupo Office. Con lo que toma forma una segunda unidad de negocio, Experiences & Devices. En este contexto, Panos Panay pasa de ser VP de Devices a Chief Product Officer, lo que no es un mero cambio semántico sino el reflejo de que Microsoft mantendrá una línea de hardware propia, que considera necesaria para marcar la pauta a la industria.

Hay otros movimientos significativos. Alex Kipman, responsable técnico a las órdenes de Myerson – fuera de la compañía se le atribuye la paternidad de HoloLens – dirigirá el desarrollo de servicios basados en la llamada ´realidad mixta`. Porque, como sugiere la doble denominación Cloud + AI, los esfuerzos de Microsoft en inteligencia artificial estarán bajo la responsabilidad de Guthrie, que se convierte de hecho en el número dos operativo de la compañía.

Además, Nadella anuncia en su comunicado la formación de un comité interno encargado de asegurar que los trabajos de Microsoft en IA cumplen con los estándares éticos de la compañía. La decisión es similar, sólo que un año después, de la que tomó Alphabet/Google a raíz de la controversia sobre el uso de datos de pacientes para desarrollar algoritmos. El horno no está para bollos, de modo que Microsoft quiere evitarse incidencias en un terreno proclive a patinazos y daños  ´reputacionales`.

La reorganización también implicará combinar cloud computing con lo que ahora se llama edge computing, dos conceptos que Microsoft considera  complementarios, en la medida que espera un incremento de los procesos que tienen lugar en los  dispositivos de usuario final y, por tanto, fuera del perímetro clásico de TI.

Cuando Nadella fue designado CEO, la visión que Microsoft tenía de esos dispositivos estaba condicionada por la obsesión de Ballmer de restablecer el lugar que Windows había perdido como sistema operativo para smartphones.  Lo que entrañó la ruinosa compra de la división de móviles de Nokia. Nadella se tomó su tiempo pero acabó desmontando el disparate.

En sus cuatro años al frente de Microsoft, el actual CEO no sólo ha sido capaz de romper con el legado de Ballmer sino que ha logrado mirar cara a cara al líder del cloud computing: Azure aparece en segundo lugar, detrás de Amazon Web Services (AWS) en todo ranking del mercado de infraestructura cloud (IaaS), mientras que Office 365 y Dynamics se aseguran una posición de liderazgo en el de aplicaciones como servicio (SaaS).

En el segundo trimestre de este año fiscal, los resultados de Microsoft han sido buenos en casi todos los frentes. Casi, porque mientras los ingresos de Azure crecían un 98%, los de Windows a duras penas llegaban al 1%. Los del tercer trimestre se conocerán el próximo día 26.

[informe de Arantxa Herranz]


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