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  21/06/2018

Computex 2018: que la rueda siga girando

Es justo reconocer que durante décadas los fabricantes se han esforzado por refinar el PC para que sea útil a un amplio espectro de usuarios y resista los ataques de nuevas oleadas de gadgets. La verdad es que, con décadas a sus espaldas, el PC aguanta mejor el tipo que dispositivos más jóvenes. Una vez más, Computex 2018 ha sido escenario de un ritual característico: poco que ver, muy poco que tocar y mucho que intuir de las novedades que llegarán a las tiendas próximamente. No se puede olvidar que es una feria de componentes y, como tal, la mejor fecha del año para que en Taipei coincidan todos los eslabones de una industria que, desde hace décadas, somete al PC a un lifting tras otro.

Gregory Bryant

Intel, que durante años tuvo un protagonismo incuestionable, ha preferido ser discreta, confirmando así que tiene otros mercados en la cabeza. No viajó Brian Krzanich, pero sí Gregory Bryant, senior VP y director general del Client Computing Group [un puesto que rota a un ritmo sorprendente). Como no tenía mucho que anunciar, echó mano de un estudio de la compañía según el cual el 80% de los usuarios usan un PC cuando realmente quieren «hacer cosas», pero se distraen más que nunca: de media, «algo» les interrumpe cada tres minutos.

Lo que Bryant pretendía era sentar doctrina y por eso Intel distribuyó sus palabras como si fueran el sermón de la montaña. A la vista de los hallazgos del estudio, lo más importante para la industria debería ser la innovación en cinco mandamientos: 1) rendimiento, 2) conectividad, 3) duración de la batería, 4) adaptación al usuario y 5) inteligencia. Como no se puede contentar a todo el mundo todo el tiempo, Bryant propuso que las marcas exploren combinaciones y permutaciones de estos cinco atributos.

Como antesala de lo que se verá en las tiendas a partir de septiembre, se habló mucho de «conveniencia» y de «comodidad» en las tres categorías de PC: sobremesa, portátiles y convertibles. Los nuevos modelos serán más bonitos, ligeramente más potentes y ofrecerán prestaciones mejoradas, todo a un precio razonable [habrá que olvidarse de los PC a 299 y 399 euros] y a la vez polivalentes. Con la experiencia adquirida, los usuarios saben que el modelo perfecto no existe y, llegado el caso, ya se las arreglarán las marcas para que dentro de unos años vuelvan a tener motivos para cambiar. En el fondo subyace el dilema del ciclo de vida, en el que hasta ahora han influído decisivamente Intel y Microsoft, ambos en pleno cambio de marcha.

El discurso de Bryant sería olvidable si no fueran acompañadas de dos anuncios de procesadores oportunamente dopados: el Core i9 Extreme, de 18 núcleos, amén de una versión especial (limitada a 8.806 unidades) Core i7-8086 K, conmemorativo del histórico chip 8086 que la compañía presentó hace 40 años.

La gama de procesadores de octava generación que Intel puso en el mercado hace pocos meses tendrá con quien pelear en el tercer trimestre del año: AMD anunció en Computex la segunda generación de Ryzen Threadripper con hasta 32 núcleos, reglas de diseño de 12 nm y, a tenor de su comunicado, prestaciones extraordinarias. Reveló también que en las próximas semanas enviará a los fabricantes muestras de sus Epyc para servidores, con arquitectura de 7 nm, estimando que estarían disponibles a principios de 2019, antes de lo previsto. Con la conjunción de Ryzen, Epyc y nuevas tarjetas gráficas, Lisa Su, la CEO de AMD, confía en igualar las batallas que libra simultáneamente con Intel y Nvidia.

Los únicos frustrados por esta edición de Computex han sido, ay, los aficionados a los juegos de ordenador, tras desvelarse que Nvidia no renovará por ahora sus tarjetas gráficas, para centrarse en su otra ambición: desarrollar servidores más inteligentes para las empresas.

Era previsible que el ubicuo Jen Hsun ´Jensen` Huang, CEO de Nvidia, asumiera el estrellato en su país natal.  A priori, iba a presentar una nueva gama de tarjetas gráficas, capaces de superar de largo a las actuales GeForce 1080 y 1080Ti, al mismo precio y disponibles justo después de vacaciones. Pero Huang enfrío las expectativas al declarar que esa próxima generación de tarjetas para jugone esperará «bastante tiempo». Quizá fuera una táctica para que se hablara de lo que él quería que se hablara. A nadie extrañaría que, pese a lo dicho, las primeras unidades llegaran a tiempo para la campaña navideña.

La cuestión de fondo es que Nvidia no da abasto para producir suficientes tarjetas de muy alto rendimiento. Porque la demanda no viene sólo de los gamers: los clientes de servidores empresariales se las disputan a cientos para aplicaciones de inteligencia artificial, blockchain y desarrollo de vehículos autónomos. La escasez de tarjetas, debida a la de componentes, ha disparado su precio. Parece que la situación tiende a normalizarse, pero aún están fuera de alcance para un jugador medio, por muy fervoroso que sea.

La circunstancia era propicia para que el tal Jensen aprovechara la oportunidad para dos presentaciones. Isaac se define como una plataforma de desarrollo y simulación para máquinas autónomas; Jetson Xavier es «el primer ordenador que ha sido diseñado específicamente para robótica» (sic). Según Huang con la misma capacidad de proceso que 10.000 estaciones de trabajo, consume 30 vatios y su precio es asombrosamente bajo para sus prestaciones: 1.299 dólares.

Muchos expertos se declaran escépticos hasta no saber con qué compara Nvidia esas prestaciones. Sin embargo, el bajo consumo de energía permite imaginar que la empresa estaría a punto de resolver el principal problema de sus tarjetas de alto rendimiento, que superan los 300 vatios cuando las corrientes no pasan de 30 vatios.

Nvidia sabe que no puede dormirse; tendrá que renovar pronto sus GeForce con dos años de existencia. AMD ha anunciado para el otoño su nueva generación de tarjetas gráficas Radeon Vega con una envidiable relación precio/prestaciones y con reglas de diseño de 7 nanómetros. Intel, tras acordar una colaboración ´antinatural` con AMD,  también quiere dotar a sus procesadores de más potencia gráfica. Entre ambas aspiran a laminar el muy rentable negocio de Nvidia y, por supuesto, atraer para sí una facturación que otros nichos de mercado tardarían en producir.

La otra pata en la que se apoya la nueva hornada de ordenadores son las memorias y discos duros de estado sólido. Combinando memorias DRAM y NAND flash más rápidas, los fabricantes consiguen arañar unos preciosos nanosegundos en el volcado de datos al procesador y reducen el consumo de energía en algunos milivatios, en determinadas tareas. Con ello ganan en rapidez de ejecución y en autonomía. La japonesa Sharp, ahora propiedad de la china Foxconn, dice haber desarrollado unas pantallas que consumen un vatio, con lo que aumenta considerablemente la autonomía de un elemento que en la práctica es el que más energía consume.

Queda dicho que Computex no es sino una feria de componentes, destinados a integrarse en ordenadores para consumidores finales y empresas y, como tal, un barómetro de tendencias. Este año ha querido incluir los servidores y seguir la moda de la inteligencia artificial.

Con lo anunciado en junio, los integradores y fabricantes de ordenadores podrán remodelar su oferta otoñal o, al menos, presumir de innovación. Los últimos informes de las consultoras especializadas aventuran que las ventas de PC se mantendrán planas o quizá crezcan ligeramente este año. Con este factor y mejora de márgenes más la cada vez más evidente concentración, bastará para que la rueda siga girando, que es de lo que se trata. Con cambios incrementales, sí, poco revolucionarios pero estabilizadores.  

[informe de Lluís Alonso]


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