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  17/05/2018

Hannover Messe: la factoría digital se deja ver

La fábrica del futuro, Industria 4.0, factoría ágil o digital (escoja el lector su consigna preferida) empieza a ser una realidad tangible: notoriamente se está rebasando la fase de las pruebas de concepto. Son muchas las empresas industriales que implantan múltiples tecnologías integrándolas con buen resultado. Este podría ser un resumen de la Hannover Messe, feria industrial de referencia en la que el pasado abril pudo apreciarse una nutrida oferta de suministradores tradicionales como Siemens, ABB, GE o Fanuc, arropados por Microsoft y Google entre otros ´intrusos´, sin olvidar una multitud cada año más numerosa de empresas chinas. ¿Es una señal de la reindustrialización de Europa?

Bajo uno u otro nombre, el concepto se basa en el empleo masivo de las TIC apoyado en otras novedades técnicas, como una nueva generación de robots, réplicas virtuales, sensores IoT y realidad aumentada. También hubo sitio para observar los avances en fabricación aditiva, antes llamada impresión 3D. Para un espacio ferial sin glamur, son muy resultones los robots llamados ´colaborativos` – más flexibles gracias a que pueden ocuparse de operaciones diversas y se pueden programar fácilmente – que, según lo expuesto en Hannover, están transformando las cadenas de montaje. Las tareas de diseño, optimización y mantenimiento de equipos industriales se están agilizando con el empleo de «gemelos digitales», como ha dado en llamarse a las réplicas virtuales que ahorran tiempo (y bastante dinero) en prototipos, validaciones y mantenimiento.

Tal vez lo más atractivo en la edición de 2018 haya sido el despliegue masivo de sensores IoT, permanentemente conectados por todos los rincones de las plantas, lo que ha hecho realidad el concepto – teórico no hace mucho tiempo – de factoría digital o ágil. Una prueba del poder transformador de IoT es el creciente interés que despierta la tecnología blockchain en relación con la logística y el control de suministros tanto dentro como fuera de las fábricas.

Un ejemplo de aplicación de blockchain a entornos industriales ha sido la prueba piloto que presentaron IBM y la naviera Maersk para rastrear no sólo la localización permanente de contenedores y equipos sino también su estado real: temperatura, humedad, orientación y otra información asociada a los expedientes de suministro, contratos o facturación, todo ello automatizado, con seguridad y confidencialidad.

 

La expresión «tecnología transformadora» fue mucho más utilizado este año que la más radical de «tecnología disruptiva». La razón es bien fácil de entender: los suministradores son conscientes de que sus clientes en la industria reaccionan con prudencia ante el aluvión de nuevas ideas, sobre todo si requieren cambiar estructuras y manejar componentes de cierto volumen y peso. La inmediatez en la aplicación de nuevas soluciones industriales es, por tanto, relativa. Lo fundamental es que las propuestas sean sólidas y superen con facilidad la fase de prueba. Un problema está en que muchas de esas soluciones utilizan tecnologías ´propietarias`, lo que hace complicado, llegado el caso, cambiar de proveedor o combinar distintas fuentes.

En un informe sobre la Hannover Messe 2018, la consultora ABI Research destaca que será cosa de pocos años ver integrada una constelación de tecnologías, gracias a avances paralelos en los componentes, los equipos de producción y la logística asociada. Al extremo de afirmar que quienes no implanten a su debido tiempo los nuevos desarrollos verán mermada su capacidad competitiva. Recíprocamente, a los suministradores se les exigirá un alto grado de automatización.

El área de robots industriales destacó en Hannover con propuestas no tan dirigidas a grandes usuarios como los fabricantes de automóviles – que ya las conocen bien – sino a las pequeñas y medianas empresas industriales, a las que se promete una sensible reducción de costes de producción con inversión razonable. Al respecto, el informe de ABI Research advierte que los suministradores deberían ser más precisos y específicos para resultar convincentes. La retórica del marketing queda desfasada rápidamente.

Por otro lado, se ha puesto en evidencia que China ha dejado de ser un consumidor de robots. Ya es un fabricante y proveedor de pleno derecho, con una oferta muy amplia y competitiva, en la que destacan compañías basadas en Shenzhen. Según el informe mencionado, «será vital que los analistas e inversores implicados conozcan la oferta china con igual grado de detalle que tienen sobre los mercados americano, europeo o japonés». Una advertencia que dice mucho y sugiere más de lo que dice.

En las tecnologías de fabricación inteligente, los usuarios ven la necesidad de implantación cuanto antes, para ser eficientes y competitivos. Pero no por ello están dispuestos a renovar toda su planta: quieren añadirlas gradualmente, verificando que se complementan y compenetran con la base instalada. Al parecer, los suministradores van captando el mensaje y esto se nota en ciertas propuestas.

Por ejemplo, Ubimax – una empresa de la no lejana Bremen – expuso en Hannover cuatro casos de aplicación de realidad aumentada: recogida, ensamblaje, inspección y reparación. Es interesante que una tecnología que en sus inicios parecía haber nacido para el ocio, ha encontrado hueco en empresas que no quieren sustituir sus plantas sino sólo ayudar a los trabajadores y técnicos a hacer mejor sus tareas.

Poco a poco, los vendedores de soluciones IoT han caído en la cuenta de que la construcción de ´ecosistemas` aconseja multiplicar los acuerdos. Este parece ser el caso de VMware (controlada por Dell) y Eurotech, que produce gateways que compiten con los de Dell pero los exhibía como parte de una solución apoyada en software de VMware. El mensaje implícito es que no siempre se puede trabajar con el socio aparentemente afín: el cliente puede forzar colaboraciones a priori inesperadas.

La seguridad es un asunto al que nunca se prestará la atención suficiente, con la expansión de las comunicaciones inalámbricas y los sensores de todo tipo. Microsoft, Google e IBM han mostrado soluciones de seguridad en entornos industriales. La primera con su plataforma Azure Sphere, una arquitectura que la firma describe como «segura en el hardware, el sistema operativo y la gestión de los datos». Algunos de estos servicios están basados en chips de ARM, pero Intel – por supuesto, presente en la feria – ha creado una solución de seguridad encapsulada en su propio chip, con la plataforma que denomina EPID (Enhanced Privacy ID).

El panorama, como puede verse, es de ebullición, con abundancia de propuestas interesantes. Los suministradores tradicionales de soluciones industriales las proponen más robustas, probadas e integradas, aunque no renuncian a sus protocolos ´propietarios`. Un caso ejemplar es Siemens, que en Hanover juega en propio campo: en un recinto propio presentó su Digital Enterprise Suite, un conjunto de software que mostró aplicado a la industria de automoción, empezando por el diseño con un programa que crea una réplica digital sobre la que se pueden hacer los cambios requeridos, con simulaciones y pruebas virtuales previas a entrar en producción. Con MindSphere, Siemens dispone de un sistema operativo basado en cloud para IoT industrial; su versión 3.0 se ha hecho en directa colaboración con Amazon Web Services.

[informe de Lluís Alonso]


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