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  5/02/2020

Smartphones 2020, para salir del atasco

El derrotero del mercado de smartphones en 2020 quedará señalado la semana entrante con la presentación del nuevo Galaxy S [aún no está claro su numeral] con permiso de las pinceladas que dejó el CES de enero. El evento de Samsung servirá de precalentamiento para el Mobile World Congress, la cita anual por excelencia para que las marcas marquen tendencia. Esta temporada los fabricantes volverán a esforzarse para reavivar una demanda atascada. No hay fórmulas mágicas: los plegables son una curiosidad minoritaria y la entrada en servicio de 5G aún es un reclamo ambiguo. Para quienes lo ven desde lejos, puede ser difícil creer que un mercado de este tamaño no reaccione al declive.

Declive, sí, pero con 5.300 millones de usuarios, el 67% de la población mundial, según la estadística avalada por GSMA. En Europa y Estados Unidos, el 90% de los individuos posee uno de estos dispositivos y pasa en sus pantallas más del 50% de su tiempo online. Es precisamente este alto nivel de uso en los mercados occidentales lo que ha ralentizado las ventas, lo que obliga a mirar hacia otras latitudes. China, por supuesto, aunque ya está mostrando flaquezas, o India – que ya es el segundo mercado del mundo en volumen – o países africanos de impetuoso crecimiento, como Nigeria.

La situación no es idéntica a la de hace un año por estas fechas precedía la apertura del MWC. Las novedades que se verán del 24 al 27 de este mes en Barcelona darán una cierta perspectiva, al orientarse a públicos con más poder adquisitivo. Hay otro fenómeno que debe hacer poca gracia a las marcas dominantes: la compraventa de teléfonos usados crece sin freno. Según cifras de IDC, el mercadeo de segunda mano alcanzó en 2019 la cifra de 206,7 millones de unidades, un incremento del 17,6% con respecto a 2018 y que se prevé aumente hasta 332 millones en 2023.

El CES de Las Vegas, que nunca ha sido un terreno propicio para que los smartphones destacaran, ha dejado alguna pista: aparecieron terminales 5G por menos de 500 dólares, lo que pone de manifiesto que puede haber empezado su abaratamiento. Destacó entre otros el Galaxy S10 Lite, lo que es otro signo de cómo van las cosas. Esta versión reducida del dispositivo bandera de Samsung en 2019 representa una táctica in extremis que otros, como Huawei, emplean desde hace años; se dice que Apple tiene planes similares para 2020.

Una de las tendencias del momento son los smartphones plegables, aunque  a escala testimonial, objetos de deseo para abrir el apetito en espera de modelos más asequibles. Lógico: cargan con costes elevados en I+D, aunque no tardarán demasiado en bajar de precio, paso que Samsung será el primero en dar con el llamado Galaxy Z Flip, del que se han filtrado imágenes y un rango de precio que no excedería mucho los 1.000 dólares.

Los próximos plegables podrían usar pantallas de cristal ultrafino que se contraponen a las plásticas de la primera generación, más vulnerables, gracias a una tecnología OLED reforzada y a la mejora del sellado entre pantalla y mecanismo de pliegue. Para bajar el precio, Samsung parece haber optado por centrarse en la esencia del producto, su capacidad de plegarse, e invertir menos en incorporar la mejor cámara y otras prestaciones que se asocian con los smartphones de gama alta.

La otra gran baza de este año será 5G, como el lector sabe bien. Alguna de los terminales de gama superior ya han incorporado esta capacidad y es muy previsible que se extienda pronto a otros modelos. Aunque el ritmo de los despliegues – y sobre todo la adopción por el consumidor – apuntan a plazos más largos. La GSMA prevé que en 2025 habrá 1.500 millones de smartphones 5G frente a 4.700 millones 4G (1.000 millones más que en la actualidad). Otra forma de verlo es el informe de Strategy Analytycs que estima en 19 millones el número de smartphones de quinta generación despachados en 2019 [14 millones repartidos a partes iguales entre Huawei y Samsung]. Es fácil de entender que los usuarios se tomen con calma el desembolso.

Sólo en unos pocos países se ha desplegado una infraestructura 5G abundante. Corea del Sur sería la excepción conocida, con 4 millones. En los últimos días se ha sabido que el ritmo de despachos de smartphones ha aflojado tras la euforia inicial, lo que no quiere decir mucho a largo plazo. Es recomendable recordar que las características del mercado coreano no son directamente replicables, por esa obsesión nacional por el juego, favorecida por la tecnología 5G.

A pesar de las reticencias, todo apunta a que las diferentes versiones del nuevo Galaxy S – tal vez S11 o tal vez S20 – llevará 5G en sus entrañas. Y lo mismo se espera del futuro iPhone, con un rasgo peculiar. La línea de acción de Apple tiene una meta: incentivar la renovación de su parque instalado. Todos sus móviles de 2019 tendrán que sustituirse en un par de años si los usuarios quieren 5G y si el precio y la experiencia les animan.

Tampoco hay que desmerecer los ganchos que tradicionalmente han usado las marcas para estimular sus ventas. La cámara, quizás el primero de ellos, parece haber tocado techo, pero queda margen de mejora en ciertos aspectos, como la estabilización del vídeo o la fotografía en peores condiciones y nocturna, sin omitir la incorporación de zoom óptico. Al mismo tiempo, la alocada carrera de los megapíxeles, que parecía haberse detenido en los 40, ya apunta a sensores de 64 mpx o incluso 108 dentro de poco tiempo.

El diseño jugará su papel habitual. Uno de los aspectos clave de los modelos que se preparan es la distribución de varias cámaras traseras. O la ubicación de los sensores de huella digital y cámara frontal, dos de las decisiones que tendrán que tomar los diseñadores. Una tendencia que se advierte es la renuncia a la huella para adoptar el reconocimiento facial. No sólo por seguridad: el sensor de huella hay que disimularlo en el frente del dispositivo, que se pretende diáfano. Una fórmula es ocultarlo tras la pantalla, pero esto encarece el coste del panel.

Estas batallitas ocuparán las energías de prácticamente todos los fabricantes, pero quienes de verdad tienen capacidad para sacarles partido son los tres primeros del ranking.

Apple, imperturbable al qué dirán, mantiene su fórmula de asegurarse el mayor margen de beneficio y esto determinará su listón de precio. Por su lado, Samsung saca partido de su integración vertical para reforzar sus márgenes en todas las gamas. Una estrategia que Huawei trata de imitar, pero ahora mismo su atención está puesta en resolver el problema que le ha  creado Google al excluirla de sus Mobile Services. Es un reto grande pero no imposible: convencer a los usuarios de que vale la pena comprar sus dispositivos pese a esa limitación. Y aquí viene el siguiente problema: ¿a qué precio?

Un caso al alcance es el Mate 30, el primer terminal de Huawei privado de los servicios de Google. Sus ventas han sido sorprendentemente buenas: a finales de año, 12 millones de unidades, aunque la mayor parte en China, un mercado en el que esa carencia no tiene importancia. En el MWC se prevé que la firma pondrá el acento en el software: un nuevo buscador, una aplicación de música y un servicio de mapas (este gracias al oportuno acuerdo con TomTon). Sus esfuerzos para seducir a los desarrolladores van a marcha forzada: un centenar de aplicaciones diarias se suben a su tienda online.

Samsung, que copará el protagonismo el martes próximo con su evento de San Francisco, se propone atacar todos los ángulos. La compañía coreana ha cortado por lo sano reemplazando al líder de su división de móviles, Koh Dong Jin  [más conocido como DJ Koh], su cara más familiar, por un menos conocido Roh Tae-moon, que debutará en un evento que se pretende tenga repercusión global anticipándose a la cita de Barcelona.

El nuevo Galaxy S será la punta de lanza, pero el arsenal de Samsung se completará con otros modelos, además del ya mencionado portátil con nueva nomenclatura. También el Galaxy XCover Pro, que aunque orientado a empresas, no es un smartohone para oficinistas sino que está pensado para sectores verticales como industria, sanidad y logística. Entre sus virtudes se encuentra la de programar botones para acciones específicas como lanzar un CRM o activar un escáner. Este es otro camino que la compañía explora en busca de nichos rentables.

Queda Apple, naturalmente a su aire. Durante los dos últimos años, ha ido parejo con el estancamiento del mercado de smartphones. La compañía siempre ha incentivado ciclos de renovación rápidos, pero factores propios y ajenos han retrasado el plazo de adquisición de un dispositivo nuevo. Como nueva receta, se rumorea que volverá a presentar distintos formatos de pantalla, pero no hay duda de que Apple tiene puesta la cabeza en su división de servicios.

[informe de Pablo G. Bejerano]


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