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  24/02/2020

José Antonio López

Consejero Delegado de Ericsson España

Hoy debía inaugurarse en Barcelona la edición 2020 del Mobile World Congress, finalmente cancelado en una discutida decisión que en los días posteriores se ha justificado ampliamente por la llegada a Europa de la gravísima epidemia del coronavirus. Con aquel motivo, este blog había programado una cobertura que empezaría con la entrevista a José Antonio López, CEO de Ericsson España. La suspensión del evento no invalida la conversación que fue grabada dos semanas antes. El leit motiv de la conversación era/es el estado de desarrollo de las redes 5G. La  frase de López fue concluyente: “ninguna de las generaciones anteriores de redes móviles ha tenido una preparación tan intensa como la 5G”.

Jose Antonio López

El otro día leí un titular que decía “5G: show me, don´t tell me”. Al menos en España, la prensa ha pasado de una visión eufórica de 5G a otra de frialdad ante lo que les parece un desarrollo lento. ¿Existe el punto medio?  

Esta misma conversación pudimos haberla tenido en 2003 o en 2013. En el primer caso, con el lanzamiento de 3G, no había terminales, no se planteaba siquiera la cuestión de los casos de uso, pese a que se había pagado una barbaridad por las licencias. Cuando llegó 4G, diez años después, trajo como gran innovación que el vídeo se pudiera transmitir en movilidad y esto hizo aflorar nuevos servicios con los cuales algunas compañías se hicieron ricas y famosas; pero de esto hace sólo seis años, no diez. No hubo con 3G ni con 4G un alineamiento comparable con un estándar mundial como el que ahora tenemos[…] En España, por centrarnos, ya tenemos una parte significativa de la población cubierta por despliegues reales de 5G. Algo que no ocurría a estas alturas de las generaciones anteriores. .

Es pronto para sacar conclusiones, ¿es lo que quiere decir?

Quiero decir que ninguna de las generaciones anteriores de redes móviles ha tenido una preparación tan exhaustiva como la 5G. Si me pregunta por la necesidad, francamente creo que hay algo de mito en lo que se dice y escribe: no deberíamos pensar que 5G es algo así como un Big Bang, una explosión originaria. Se ha extendido la idea de que este salto delante de la tecnología hará que los operadores tengan que desembolsar un dineral y amortizarlo durante diez años. No es así. En España, cada tres años en promedio cambiamos las redes de nuestros clientes por una constante búsqueda de eficiencia de los operadores. Las 3G se cambiaron tres veces en diez años, las 4G dos veces en seis años y ahora toca la tercera oleada. Creo que esto no se sabe, o sale menos en los medios […]

¿Qué significa cambiar las redes?

Cambiar totalmente los equipos, el 100%. Cada operador necesita disponer de más espectro y cada fabricante intenta que el hardware y el software sean más eficientes, para que el espectro quepa en menos cajas, simplificando. A medida que se incrementa el tráfico, se va modernizando la red, con lo que en términos de despliegue – no  de funcionalidad – se puede decir que 5G es una G más. Si por alguna razón no se lanzara 5G este año, digamos, los operadores estarían modernizando sus redes 4G. Lo que se debe al incremento de la demanda: aun cuando el usuario se diera por contento con la velocidad que obtiene, no sería económicamente sostenible con 4G.

¿De verdad no sería sostenible?

No, la prueba está en las tarifas de datos ilimitados como la que lanzó Vodafone antes del verano y que esta misma mañana ha anunciado Orange, pero de la que no conozco los detalles. Aparte de mostrarse competitivo, un operador tiene que ir a 5G porque esas tarifas se van a generalizar, inexorablemente, para responder a los hábitos del usuario. Aunque en la pantalla de los smartphones no aparezca un 5, la realidad es que la gestión, el consumo y el mantenimiento de la red van a costar menos por Giga con 5G que con 4G. Ahí tenemos el primer caso de uso, el tráfico crece y en consecuencia hay que atenderlo.

Con la diferencia de que la red 4G ya está pagada e instalada, funciona satisfactoriamente

Pero hay que seguir modernizándola para que satisfaga la demanda con más eficiencia. Su razonamiento valdría si la red se pagara una vez cada diez años […] pero en 2020 tocaría renovar la de 4G en España, su tercera modernización en seis años desde el despliegue inicial. Y como habría que acometerla en cualquier caso, lo más práctico es pasar a la siguiente G, que de entrada aporta ventajas que la anterior generación no tenía.

¿Por eso ha dicho que no hay que esperar un Big Bang?

Lo que no espero es un pico excepcional de inversión. Cuando uno tiene 4G y necesita modernizarla para responder a la demanda, lógicamente se pregunta en qué invertir. Lo atractivo de 5G es que los operadores pueden gestionar el tráfico con flexibilidad, gracias a que el espectro no entiende de Gs […] Luego, en función del terminal o del caso de uso, un usuario o una empresa se van a beneficiar más o menos de la novedad.

[…] el operador tiene que decidir en qué y cuándo invertir

Racionalmente, lo que se plantea no es la disyuntiva entre un 4 y un 5, sino cómo invertir para que su red gestione la banda de 3,5, la de 2,6, la de 1,8, la de 900, 800 y 700… porque ese es todo el espectro que puede tener a su disposición y le permite  aplicar el G que quiera en cada banda.

¿Quién lo determina?

El mercado, el consumo de tráfico. La disponibilidad de nuevas licencias hace que a todo operador le interese modernizar su red, por la sencilla razón de que es más económico hacerlo con equipos nuevos que soporten todo el tráfico. Podemos discutir quién va más rápido o más lento en su propia modernización, si llega a acuerdos de compartición y con quién, etcétera. Vuelvo al principio: nunca una G ha gozado de más facilidades, entre otras cosas porque sus opciones de monetización son hoy mucho más amplias.

¿Estará dispuesto el usuario a pagar más por más?

Probablemente no, pero al operador se le abre la opción de combinar servicios premium con datos ilimitados, como ya se está haciendo, cuya finalidad es, en principio, subir su ARPU en lo que pueda.

Una explicación de las dudas sería la falta de terminales

Siempre ha sido así. Es cuestión de tiempo. Lo importante es otra cosa: ya que la tecnología ha creado terminales 5G, ¿qué vamos a hacer con ellos? Nosotros, en Ericsson, vemos dos efectos principales en los próximos años. Uno es la realidad aumentada que se va a montar sobre la vorágine de redes sociales. En Corea, primer país donde se ha lanzado 5G como servicio comercial, se está viviendo un tirón sobre este ´caso de uso`. ¿Se podía hacer lo mismo con 4G? Quizás, pero sería lento y caro, por tanto no se ha intentado. La otra gran tendencia prevista entre los consumidores es el gaming: hasta ahora, el gamer ha estado anclado a una red fija, pero con 5G se le abre todo un mundo. Y atención, que los gigantes de Internet ya han olido la presa: Google, Facebook, Apple, Amazon.

Aparte del consumo, ¿cómo ve las expectativas en el entorno industrial?

Ericsson se siente muy cercana al mundo de la industria. En Suecia, pero también en Alemania y en Estados Unidos. Observamos un gran interés de las empresas por quitar cableado, debido al coste de mantenimiento y a las restricciones productivas que supone. Y entonces vuelven su mirada hacia 5G, por su latencia y su seguridad intrínsecas. Esta es una veta de monetización que nuestro sector nunca tuvo a la mano y en el que tampoco vamos a sentirnos solos. Ojalá podamos repetir la conversación en 2023 y echaremos cuentas.

Ah, la rentabilidad daría para una novela [risas]

Yo la veo como la forma de preservar unos ritmos de generación de caja que mantienen vivo el interés de los inversores en ese sector. ¿Era  más rentable antes? Puede que sí, pero el coste del dinero también era más bajo […]

Es un sector penalizado en bolsa, pero esa sería otra entrevista ¿Cómo ve el ritmo de los despliegues?

Serán masivos en el mercado residencial en 2020 y 2021, acompasados por complementos de core e industriales entre 2021 y 2023. Se cumple así con el ciclo habitual de diez años para completar cada generación.

No necesariamente con los mismos actores

Totalmente de acuerdo. Empezando por el mundo industrial. Es notorio que hay otros actores, no sólo las telecos, ávidos por entrar en este nuevo negocio. ¿Van a ser competidores o serán aliados de los operadores que conocemos? Este es un debate que hemos tenido anteriormente […] En la práctica, las propias telecos se han abierto a un modelo mayorista que prácticamente no se había visto con las anteriores G, pero que ha ganado vigor, por mucho que se discuta. Y no hablo sólo de los operadores virtuales, sino de actores nuevos que se van a arrimar a un negocio que aflora visiblemente.

En este preciso momento se interponen los conflictos geopolíticos, con una virulencia inusitada. La Comisión Europea ha consensuado una toolbox para garantizar la ciberseguridad de los despliegues de 5G, algo que nunca había sido necesario con generaciones anteriores […] El Reino Unido se ha anticipado y ya sabemos cuál ha sido la reacción de la Casa Blanca

Primero: conflictos geopolíticos ha habido siempre, y el actual está entre los más civilizados que ha vivido Europa. Segundo: ignoro si 5G tardará dos, tres o cinco años en alcanzar su desarrollo pleno, pero no tengo dudas de que afectará a infraestructuras críticas, a la sanidad, al transporte,…que en general aceptamos que son materias sensible, así que es razonable mirarlas con cuidado. Porque hay algo innegable: la criticidad de 5G es muy superior a la de las anteriores G. Como consecuencia, surge la toolbox, que formalmente no es más que un cuestionario para definir recomendaciones a los países miembros de la UE.

[…] Creo que es algo más que un cuestionario

Toda check list busca algo: ´mire usted, le recomiendo chequear este asunto técnico desde su punto de vista estratégico y por favor responda antes del 30 de abril si se siente confortable con el hallazgo`. La Comisión recopilará las respuestas antes del 30 de junio y juzgará que pasos adicionales dar. Esta hoja de ruta debería conducir a un nuevo debate entre los 27 en octubre.

[…] No disimulemos la naturaleza política del envite,. Esa check list tiene en el punto de mira a Huawei, con lo que vuelvo al conflicto geopolítico. ¿Cuál es la posición de Ericsson?

Apoyamos todo lo que contribuya a definir políticas de seguridad basadas en estándares, productos y procesos, en todo caso una seguridad end-to-end. Lo que nos toca es seguir las reglas de juego, como hemos hecho siempre con una larga historia de certificaciones y homologaciones. Por esto agradecemos que las autoridades sean claras […] El Reino Unido ha dicho ´esto es así` y nosotros no juzgamos si es bueno o malo, pero nos hemos enterado de cómo competir. A los operadores, nuestros clientes,  les da tranquilidad de cara a sus inversiones. En abril, en junio o en octubre, nos encantaría que cada país se manifieste […] los operadores de ese país van a saber a qué atenerse y así despejar su ciclo de inversiones. Por nuestra parte, siempre listos para competir con quien sea.

¿Qué efecto tendrá esta situación sobre la competición entre suministradores? ¿Puede la toolbox alterar el casting de la película sobre 5G?

No lo sé. Ericsson es una empresa cotizada, sus cifras son transparentes y quien mire nuestro operating income o el de Nokia puede comprobar que esta industria sigue atrayendo a los inversores, siempre que no anden buscando un pelotazo [risas]. Ahora bien, ¿me pregunta si 5G incita a la  concentración en menos manos? Por lo que se ve, más bien ocurre lo contrario, como en cualquier sector que vive una revolución  tecnológica. El nuestro, en los tres últimos años ha vivido la disrupción del core, la llegada de empresas de virtualización que no existían y lo están haciendo fenomenal. Al juego se ha incorporado Samsung, que no estaba en el mapa hace cinco años. Ahora mismo están las iniciativas de Open RAN, unas compañías de las que pocos habían oído hablar, como Mavenir o Altiostar […] Al final pueden ser cinco o seis competidores nuevos. No parece que los usuarios deban temer una escasez de competencia [risas].

Me he pasado de tiempo, pero no puedo omitir otra pregunta: ¿está satisfecha Ericsson con el ritmo de inversión de los operadores en España?

De lo que he dicho debería entenderse que sí [risas]. España ha sido uno de los primeros países en lanzar 5G en Europa. Para los operadores es una forma de diferenciarse entre ellos. Hemos visto el anuncio de Vodafone y siete meses después tenemos una declaración de intenciones de Orange. Telefónica no se ha manifestado todavía […] Que todos van a tener 5G en servicio el año que viene o quizás antes, es algo tan evidente que no le aconsejo apostar.


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